Salmos 10:3-6
Salmos 10:3-6 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
El malvado hace alarde de su propia codicia; alaba al ambicioso y menosprecia al SEÑOR. El malvado, con su nariz en alto, no busca a Dios. No hay lugar para él en sus pensamientos. Todas sus empresas son siempre exitosas; tan altas y alejadas de él están tus leyes que se burla de todos sus enemigos. Y se dice a sí mismo: «Nada me hará caer jamás. Nadie me hará daño».
Salmos 10:3-6 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Alaban a los ambiciosos, pero a ti te menosprecian. No te buscan, porque para ellos no existes. Son groseros. Levantan la nariz y presumen de su codicia, pues solo en eso piensan; ¡siempre les va bien en todo lo que hacen! Tus leyes, Dios mío, no las pueden entender. Se burlan de sus enemigos, y en su interior piensan que jamás fracasarán, que nunca tendrán problemas y que siempre serán felices.
Salmos 10:3-6 Reina Valera Contemporánea (RVC)
El injusto se jacta de sus malos deseos; alaba al ambicioso y desprecia al Señor. Tan soberbio es el impío que no busca a Dios, ni le da lugar en sus pensamientos. Todo el tiempo sus caminos son torcidos, desprecia a todos sus adversarios, y tus leyes están muy lejos de su vista. Y se dice: «Jamás voy a tropezar. ¡Jamás me alcanzará la desgracia!»
Salmos 10:3-6 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
El malvado se jacta de sus propios deseos; el ambicioso maldice y desprecia al Señor. Levanta insolente la nariz, y dice: «No hay Dios. No hay quien me pida cuentas.» Eso es todo lo que piensa. Siempre tiene éxito en lo que hace. Para él, tus juicios están lejos, muy lejos de su vista. Se burla de sus enemigos, y piensa que nadie lo hará caer, que jamás tendrá problemas.
Salmos 10:3-6 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Porque el malo se jacta del deseo de su alma, Bendice al codicioso, y desprecia a Jehová. El malo, por la altivez de su rostro, no busca a Dios; No hay Dios en ninguno de sus pensamientos. Sus caminos son torcidos en todo tiempo; Tus juicios los tiene muy lejos de su vista; A todos sus adversarios desprecia. Dice en su corazón: No seré movido jamás; Nunca me alcanzará el infortunio.
Salmos 10:3-6 La Biblia de las Américas (LBLA)
¶Porque del deseo de su corazón se jacta el impío, y el codicioso maldice y desprecia al SEÑOR. El impío, en la altivez de su rostro, no busca a Dios. Todo su pensamiento es: No hay Dios. ¶Sus caminos prosperan en todo tiempo; tus juicios, oh Dios, están en lo alto, lejos de su vista; a todos sus adversarios los desprecia. Dice en su corazón: No hay quien me mueva; por todas las generaciones no sufriré adversidad.
Salmos 10:3-6 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Pues hacen alarde de sus malos deseos; elogian al codicioso y maldicen al SEÑOR. Los malvados son demasiado orgullosos para buscar a Dios; parece que piensan que Dios está muerto. Sin embargo, prosperan en todo lo que hacen. No ven que les espera tu castigo; miran con desdén a todos sus enemigos. Piensan: «¡Jamás nos sucederá algo malo! ¡Estaremos para siempre sin problemas!».