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Proverbios 12:1-22

Proverbios 12:1-22 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)

El que ama la disciplina ama el conocimiento, pero el que la aborrece es un necio. El hombre bueno recibe el favor del SEÑOR, pero el intrigante recibe su condena. Nadie puede afirmarse por medio de la maldad; solo queda firme la raíz de los justos. La mujer ejemplar es corona de su esposo; la desvergonzada corroe los huesos. En los planes del justo hay justicia, pero en los consejos del malvado hay engaño. Las palabras del malvado son insidias de muerte, pero la boca de los justos los pone a salvo. Los malvados se derrumban y dejan de existir, pero las familias de los justos permanecen. Al hombre se le alaba según su sabiduría, pero al de malos pensamientos se le desprecia. Vale más un despreciado con criado que un vanaglorioso sin pan. El justo atiende a las necesidades de su bestia, pero el malvado es cruel. El que trabaja su tierra tendrá abundante comida, pero el que sueña despierto es falto de juicio. El codicioso anhela el botín de los perversos; pero la raíz de los justos da fruto. En el pecado de sus labios se enreda el malvado, pero el justo sale del aprieto. Cada uno se sacia del buen fruto de sus labios y de la obra de sus manos recibe su recompensa. Al necio le parece bien lo que emprende, pero el sabio escucha el consejo. El necio muestra enseguida su enojo, pero el prudente pasa por alto el insulto. El testigo veraz declara lo que es justo, pero el testigo falso engaña. El charlatán hiere con la lengua como con una espada, pero la lengua del sabio brinda sanidad. Los labios sinceros permanecen para siempre, pero la lengua mentirosa dura solo un instante. En los que planean el mal habita el engaño, pero hay gozo para los que promueven la paz. Al justo no le sobrevendrá ningún daño, pero al malvado lo cubrirá la desgracia. El SEÑOR aborrece a los de labios mentirosos, pero se complace en los que actúan con lealtad.

Proverbios 12:1-22 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

Quien ama la corrección, también ama el conocimiento; ¡hay que ser tonto para no aprender del castigo! Al que es bondadoso Dios le muestra su bondad, pero al que es tramposo Dios le da su merecido. La maldad no es apoyo seguro; la bondad es una base firme. La buena esposa llena de orgullo a su esposo; la mala esposa le arruina la vida. La gente buena hace planes justos; la malvada solo piensa en engañar. Cuando habla la gente malvada, tiende trampas mortales; cuando habla la gente buena, libra a otros de la muerte. Caen los malvados, y termina su existencia; solo queda con vida toda la gente buena. Al sabio se le alaba por su sabiduría; al tonto se le desprecia por su estupidez. Más vale pobre acompañado, que rico abandonado. Los buenos saben que hasta los animales sufren, pero los malvados de nadie tienen compasión. El que trabaja la tierra siempre tiene comida de sobra, pero el que sueña despierto es un gran tonto. Los malvados son esclavos de sus malos deseos; pero los buenos son como árboles que dan mucho fruto. Los malvados caen en la trampa de sus propias mentiras; los buenos triunfan sobre el mal. Cada uno recibe lo que merecen sus palabras y sus hechos. El tonto está seguro de que hace lo correcto; el sabio hace caso del consejo. Los tontos fácilmente se enojan; los sabios perdonan la ofensa. La gente honrada siempre dice la verdad, pero el testigo falso dice puras mentiras. El que habla sin pensar hiere como un cuchillo, pero el que habla sabiamente sabe sanar la herida. El que dice la verdad vive una larga vida; el que solo dice mentiras no vive mucho tiempo. En la mente de los malvados solo hay engaño; entre los que aman la paz reina la alegría. El bueno no sufre ningún daño; al malvado los males le llegan juntos. Dios no soporta a los mentirosos, pero ama a la gente sincera.

Proverbios 12:1-22 Reina Valera Contemporánea (RVC)

El que ama la corrección ama la sabiduría; el que aborrece la reprensión es ignorante. El Señor se agrada del hombre bueno, pero condena al mal intencionado. Por su maldad nadie se mantiene firme, pero la raíz de los justos jamás es removida. La mujer noble es corona de su esposo; la malvada es como carcoma en sus huesos. Los justos solo piensan en la justicia; los impíos solo piensan en engañar. Los impíos hablan para derramar sangre, pero los hombres rectos hablan y los ponen a salvo. Los impíos caen y dejan de existir, pero los justos y los suyos permanecen firmes. El hombre es alabado según su sabiduría, pero el de corazón perverso es menospreciado. Más vale un patrón despreciado que un engreído que carece de pan. El justo sabe cuando su bestia tiene hambre, pero los impíos son crueles de corazón. El que labra su tierra se sacia de pan, pero el amigo de vagos no tiene cordura. La codicia del impío es una trampa del mal, pero la raíz de los justos da fruto. El impío se enreda en sus labios pecadores, pero el justo logra salir del aprieto. El hombre se sacia del buen fruto de su boca, y recibe su paga según la obra de sus manos. El necio piensa que va por buen camino, pero el sabio presta atención al consejo. El necio al instante revela su enojo, pero el prudente desdeña la injuria. Quien dice la verdad proclama la justicia, pero el testigo falso propaga el engaño. Hay gente cuyas palabras son puñaladas, pero la lengua de los sabios sana las heridas. Los labios veraces permanecen para siempre, pero la lengua mentirosa tiene corta vida. En la mente malvada habita el engaño; entre los que promueven la paz hay alegría. Ninguna adversidad le sobreviene al justo, pero todos los males caen sobre los impíos. Al Señor le repugnan los labios mentirosos; pero le agradan los que dicen la verdad.

Proverbios 12:1-22 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)

Amar la disciplina es amar el saber; odiar la reprensión es ser ignorante. Al hombre bueno el Señor lo aprueba, y al pícaro lo condena. El mal no es base firme para nadie; los justos tienen raíz permanente. La mujer ejemplar hace de su marido un rey, pero la mala esposa lo destruye por completo. Los hombres justos piensan en la justicia; los malvados, solo en el engaño. Las palabras del malvado son una trampa mortal; las del hombre justo, salvación. Los malvados caen, y ese es su fin, pero la casa de los justos queda en pie. Al hombre se le alaba según su inteligencia, pero el tonto sólo merece desprecio. Más vale menospreciado pero servido, que reverenciado pero mal comido. El justo sabe que sus animales sienten, pero el malvado nada entiende de compasión. El que trabaja su tierra tiene abundancia de pan; el imprudente se ocupa en cosas sin provecho. Los malos deseos son la red de los malvados; la raíz de los justos es permanente. El malvado se enreda en sus propias mentiras, pero el hombre justo sale bien del apuro. Cada uno recoge el fruto de lo que dice y recibe el pago de lo que hace. El necio cree que todo lo que hace está bien, pero el sabio atiende los consejos. El necio muestra en seguida su enojo; el prudente pasa por alto la ofensa. El testigo verdadero declara la verdad; el testigo falso afirma mentiras. Hay quienes hieren con sus palabras, pero hablan los sabios y dan el alivio. El que dice la verdad permanece para siempre, pero el mentiroso, solo un instante. En los planes de los malvados hay mentira; en los consejos del hombre de paz, alegría. El hombre justo jamás sufrirá ningún mal, pero el malvado recibirá todos los males juntos. El Señor aborrece a los mentirosos, pero mira con agrado a los que actúan con verdad.

Proverbios 12:1-22 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)

El que ama la instrucción ama la sabiduría; Mas el que aborrece la reprensión es ignorante. El bueno alcanzará favor de Jehová; Mas él condenará al hombre de malos pensamientos. El hombre no se afirmará por medio de la impiedad; Mas la raíz de los justos no será removida. La mujer virtuosa es corona de su marido; Mas la mala, como carcoma en sus huesos. Los pensamientos de los justos son rectitud; Mas los consejos de los impíos, engaño. Las palabras de los impíos son asechanzas para derramar sangre; Mas la boca de los rectos los librará. Dios trastornará a los impíos, y no serán más; Pero la casa de los justos permanecerá firme. Según su sabiduría es alabado el hombre; Mas el perverso de corazón será menospreciado. Más vale el despreciado que tiene servidores, Que el que se jacta, y carece de pan. El justo cuida de la vida de su bestia; Mas el corazón de los impíos es cruel. El que labra su tierra se saciará de pan; Mas el que sigue a los vagabundos es falto de entendimiento. Codicia el impío la red de los malvados; Mas la raíz de los justos dará fruto. El impío es enredado en la prevaricación de sus labios; Mas el justo saldrá de la tribulación. El hombre será saciado de bien del fruto de su boca; Y le será pagado según la obra de sus manos. El camino del necio es derecho en su opinión; Mas el que obedece al consejo es sabio. El necio al punto da a conocer su ira; Mas el que no hace caso de la injuria es prudente. El que habla verdad declara justicia; Mas el testigo mentiroso, engaño. Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; Mas la lengua de los sabios es medicina. El labio veraz permanecerá para siempre; Mas la lengua mentirosa solo por un momento. Engaño hay en el corazón de los que piensan el mal; Pero alegría en el de los que piensan el bien. Ninguna adversidad acontecerá al justo; Mas los impíos serán colmados de males. Los labios mentirosos son abominación a Jehová; Pero los que hacen verdad son su contentamiento.

Proverbios 12:1-22 La Biblia de las Américas (LBLA)

Él que ama la instrucción ama el conocimiento, pero el que odia la reprensión es torpe. El bueno alcanzará el favor del SEÑOR, mas Él condenará al hombre de malos designios. El hombre no se afianzará por medio de la impiedad, y la raíz de los justos no será removida. La mujer virtuosa es corona de su marido, mas la que lo avergüenza es como podredumbre en sus huesos. Los pensamientos de los justos son rectos, los consejos de los impíos, engañosos. Las palabras de los impíos son asechanzas sangrientas, pero a los rectos su boca los librará. Los impíos son derribados y ya no existen, pero la casa de los justos permanecerá. El hombre será alabado conforme a su discernimiento, pero el perverso de corazón será despreciado. Más vale el poco estimado que tiene siervo, que el que se alaba y carece de pan. El justo se preocupa de la vida de su ganado, pero las entrañas de los impíos son crueles. Él que labra su tierra se saciará de pan, pero el que persigue lo vano carece de entendimiento. El impío codicia el botín de los malos, pero la raíz de los justos da fruto. En la transgresión de sus labios se enreda el malvado, pero el justo escapará del apuro. Por el fruto de su boca cada cual se saciará de bien, y las obras de las manos del hombre volverán a él. El camino del necio es recto a sus propios ojos, mas el que escucha consejos es sabio. El enojo del necio se conoce al instante, mas el prudente oculta la deshonra. Él que habla verdad declara lo que es justo, pero el testigo falso, falsedad. Hay quien habla sin tino como golpes de espada, pero la lengua de los sabios sana. Los labios veraces permanecerán para siempre, pero la lengua mentirosa, solo por un momento. Hay engaño en el corazón de los que traman el mal, y gozo en los consejeros de paz. Ningún daño sobreviene al justo, mas los impíos están llenos de pesares. Los labios mentirosos son abominación al SEÑOR, pero los que obran fielmente son su deleite.

Proverbios 12:1-22 Nueva Traducción Viviente (NTV)

Para aprender, hay que amar la disciplina; es tonto despreciar la corrección. El SEÑOR aprueba a los que son buenos, pero condena a quienes traman el mal. La perversidad nunca produce estabilidad, pero los justos tienen raíces profundas. Una esposa digna es una corona para su marido, pero la desvergonzada es como cáncer a sus huesos. Los planes de los rectos son justos, pero el consejo de los perversos es traicionero. Las palabras de los perversos son como una emboscada mortal, pero las palabras de los justos salvan vidas. Los perversos mueren y no dejan rastro, mientras que la familia de los justos permanece firme. La persona sensata gana admiración, pero la persona con la mente retorcida recibe desprecio. Más vale ser una persona común con sirvientes, que darse aires de grandeza y no tener para comer. Los justos cuidan de sus animales, pero los perversos siempre son crueles. El que se esfuerza en su trabajo tiene comida en abundancia, pero el que persigue fantasías no tiene sentido común. Cada ladrón envidia el botín del otro, pero los justos están bien arraigados y dan su propio fruto. Los perversos quedan atrapados por sus propias palabras, pero los justos escapan de semejante enredo. Las palabras sabias producen muchos beneficios, y el arduo trabajo trae recompensas. Los necios creen que su propio camino es el correcto, pero los sabios prestan atención a otros. Un necio se enoja enseguida, pero una persona sabia mantiene la calma cuando la insultan. Un testigo honrado dice la verdad; un testigo falso dice mentiras. Algunas personas hacen comentarios hirientes, pero las palabras del sabio traen alivio. Las palabras veraces soportan la prueba del tiempo, pero las mentiras pronto se descubren. El corazón que trama el mal está lleno de engaño; ¡el corazón que procura la paz rebosa de alegría! Nada malo le sucederá a los justos, pero los perversos se llenarán de dificultades. El SEÑOR detesta los labios mentirosos, pero se deleita en los que dicen la verdad.