Job 31:13-23
Job 31:13-23 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
»Si me negué a hacerles justicia a mis siervos y a mis siervas cuando tuvieron queja contra mí, ¿qué haré cuando Dios me llame a cuentas? ¿qué responderé cuando me haga comparecer? El mismo Dios que me formó en el vientre fue el que los formó también a ellos; nos dio forma en el seno materno. »Jamás he desoído los ruegos de los pobres ni he dejado que las viudas desfallezcan; jamás el pan me lo he comido solo, sin querer compartirlo con los huérfanos. Desde mi juventud he sido un padre para ellos; a las viudas las he guiado desde mi nacimiento. Si he dejado que alguien muera por falta de vestido o que un necesitado no tenga qué ponerse; si este no me ha bendecido de corazón por haberlo abrigado con lana de mis rebaños; o si he levantado contra el huérfano mi mano por contar con influencias en los tribunales, ¡que los brazos se me caigan de los hombros!, ¡que se me zafen de sus articulaciones! Siempre he sido temeroso del castigo de Dios; ¡ante su majestad no podría resistir!
Job 31:13-23 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
»Cuando mis esclavos me hacían algún reclamo siempre fui justo con ellos. De otra manera, ¿cómo podría responder a Dios si él me llamara a cuentas? ¡Tanto a ellos como a mí Dios nos hizo iguales! »Jamás he dejado de atender los ruegos de los pobres; jamás he dejado que las viudas se desmayen de hambre; jamás he probado un bocado sin compartirlo con los huérfanos. Desde mi más temprana edad, siempre he sido el apoyo de huérfanos y viudas; jamás he dejado que los pobres mueran por falta de ropa. Muchos me agradecieron el abrigarlos con ropa de lana. Nunca abusé de mi autoridad para amenazar a los huérfanos. ¡No quiero que Dios me castigue! ¡No podría resistir su poder! Pero si acaso he actuado así, ¡que me quede yo sin brazos!
Job 31:13-23 Reina Valera Contemporánea (RVC)
»Si no hubiera atendido a mi siervo y a mi sierva cuando me reclamaban que les hiciera justicia, ¿con qué cara podría presentarme ante Dios, y responderle cuando me preguntara por ellos? ¡El mismo Dios nos dio vida en el vientre! ¡A ellos y a mí nos dio forma en la matriz! »¿Acaso impedí la felicidad del pobre, o dejé que las viudas desfallecieran de hambre? ¿Acaso me aparté para comer a solas, para no compartir mi pan con los huérfanos? ¡Más bien, para los huérfanos fui un padre, y protegí a las viudas como a mi propia madre! »¿Acaso vi a alguien totalmente desnudo, y dejé al pobre sin un abrigo con qué cubrirse? ¡Más bien, me bendijo de todo corazón cuando entró en calor con mis vestidos de lana! »Jamás alcé mi mano contra el huérfano, cuando estuvo en mi mano impartir justicia. ¡Que se me zafen los brazos si miento! ¡Que se me rompan los huesos del brazo! ¡Siempre he sido temeroso de Dios! ¡Ante su gran poder, nada puedo hacer!
Job 31:13-23 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Si mis criados me reclamaban algo, yo siempre atendía a sus peticiones. ¿De qué otra manera podría yo presentarme ante Dios? ¿Qué le respondería cuando él me pidiera cuentas? Un mismo Dios nos formó en el vientre, y tanto a ellos como a mí nos dio la vida. Nunca dejé de socorrer al pobre en su necesidad, ni permití que las viudas pasaran hambre. Nunca comí yo solo mi bocado sin compartirlo con el huérfano. Siempre traté al huérfano como un padre; siempre fui protector de las viudas. Cuando yo veía que alguien moría por falta de ropa, o que un pobre no tenía con qué cubrirse, con la lana de mis propias ovejas le daba calor, y él me quedaba agradecido. Jamás amenacé a un huérfano valiéndome de mi influencia con los jueces. Y si esto no es verdad, que los brazos se me rompan; que se me caigan de los hombros. Yo temía el castigo de Dios; ¡no habría podido resistir su majestad!
Job 31:13-23 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Si hubiera tenido en poco el derecho de mi siervo y de mi sierva, Cuando ellos contendían conmigo, ¿Qué haría yo cuando Dios se levantase? Y cuando él preguntara, ¿qué le respondería yo? El que en el vientre me hizo a mí, ¿no lo hizo a él? ¿Y no nos dispuso uno mismo en la matriz? Si estorbé el contento de los pobres, E hice desfallecer los ojos de la viuda; Si comí mi bocado solo, Y no comió de él el huérfano (Porque desde mi juventud creció conmigo como con un padre, Y desde el vientre de mi madre fui guía de la viuda); Si he visto que pereciera alguno sin vestido, Y al menesteroso sin abrigo; Si no me bendijeron sus lomos, Y del vellón de mis ovejas se calentaron; Si alcé contra el huérfano mi mano, Aunque viese que me ayudaran en la puerta; Mi espalda se caiga de mi hombro, Y el hueso de mi brazo sea quebrado. Porque temí el castigo de Dios, Contra cuya majestad yo no tendría poder.
Job 31:13-23 La Biblia de las Américas (LBLA)
¶Si he menospreciado el derecho de mi siervo o de mi sierva cuando presentaron queja contra mí, ¿qué haré cuando Dios se levante? Y cuando Él me pida cuentas, ¿qué le responderé? ¿Acaso aquel que me hizo a mí en el seno materno, no lo hizo también a él? ¿No fue uno mismo el que nos formó en la matriz? ¶Si he impedido a los pobres su deseo, o he hecho desfallecer los ojos de la viuda, o si he comido mi bocado solo, y el huérfano no ha comido de él (aunque desde mi juventud él creció conmigo como con un padre, y a la viuda la guié desde mi infancia); si he visto a alguno perecer por falta de ropa, y sin abrigo al necesitado, si sus lomos no me han expresado gratitud, pues no se ha calentado con el vellón de mis ovejas; si he alzado contra el huérfano mi mano, porque vi que yo tenía apoyo en la puerta, que mi hombro se caiga de la coyuntura, y mi brazo se quiebre en el codo. Porque el castigo de Dios es terror para mí, y ante su majestad nada puedo hacer.
Job 31:13-23 Nueva Traducción Viviente (NTV)
»Si he sido injusto con mis siervos o con mis siervas cuando me han presentado sus quejas, ¿cómo podría enfrentarme con Dios? ¿Qué podría decir cuando él me interrogara? Pues Dios me creó tanto a mí como a mis siervos; nos formó a ambos en el vientre. »¿He rehusado ayudar al pobre o he acabado con las esperanzas de las viudas? ¿He sido tacaño con mi comida o me he negado a compartirla con los huérfanos? No, desde la niñez he cuidado a los huérfanos como un padre, y toda mi vida me he ocupado de las viudas. Cuando veía sin vestido a los que no tienen hogar y a los necesitados sin nada que ponerse, ¿acaso no me alababan por darles ropas de lana para combatir el frío? »Si he levantado la mano contra un huérfano sabiendo que los jueces se pondrían de mi parte, entonces, ¡que se disloque mi hombro! ¡Que mi brazo se descoyunte! Eso sería mejor que enfrentarme al juicio de Dios. Si la majestad de Dios está en mi contra, ¿qué esperanza queda?