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Job 1:8-18

Job 1:8-18 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)

—¿Te has puesto a pensar en mi siervo Job? —volvió a preguntarle el SEÑOR—. No hay en la tierra nadie como él; es un hombre íntegro e intachable, que me honra y vive apartado del mal. Satanás respondió: —¿Y acaso Job te honra sin esperar nada a cambio? ¿Acaso no están bajo tu protección él y su familia y todas sus posesiones? De tal modo has bendecido la obra de sus manos que sus rebaños y ganados llenan toda la tierra. Pero extiende la mano y daña todo lo que posee, ¡a ver si no te maldice en tu propia cara! —Muy bien —contestó el SEÑOR—. Todas sus posesiones están en tus manos, con la condición de que a él no le pongas la mano encima. Dicho esto, Satanás se retiró de la presencia del SEÑOR. Llegó el día en que los hijos y las hijas de Job celebraban un banquete en casa de su hermano mayor. Entonces un mensajero llegó a decirle a Job: «Mientras los bueyes araban y los asnos pastaban por allí cerca, nos atacaron los de Sabá y se los llevaron. A los criados los mataron a filo de espada. ¡Solo yo pude escapar y ahora vengo a contárselo!». No había terminado de hablar este mensajero cuando uno más llegó y dijo: «El fuego de Dios cayó del cielo y quemó a las ovejas y a los criados. ¡Solo yo pude escapar para venir a contárselo!». No había terminado de hablar este mensajero cuando otro más llegó y dijo: «Unos salteadores caldeos vinieron y, dividiéndose en tres grupos, se apoderaron de los camellos y se los llevaron. A los criados los mataron a filo de espada. ¡Solo yo pude escapar y ahora vengo a contárselo!». No había terminado de hablar este mensajero todavía cuando otro llegó y dijo: «Los hijos y las hijas de usted estaban celebrando un banquete en casa del mayor de todos ellos

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Job 1:8-18 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

—¿Qué piensas de Job, mi fiel servidor? No hay en toda la tierra nadie tan bueno como él. Siempre me obedece en todo y evita hacer lo malo. El ángel acusador respondió: —¡Por supuesto! ¡Pero si Job te obedece, es por puro interés! Tú siempre lo proteges a él y a su familia; cuidas todo lo que tiene, y bendices lo que hace. ¡Sus vacas y ovejas llenan la región! Pero yo te aseguro que si lo maltratas y le quitas todo lo que tiene, ¡te maldecirá en tu propia cara! Entonces Dios le dijo al acusador: —Muy bien, haz lo que quieras con todo lo que tiene, pero a él ni lo toques. Dicho esto, el ángel se marchó. Un día, mientras los hijos y las hijas de Job celebraban una fiesta en casa del hermano mayor, llegó un mensajero a decirle a Job: «¡Unos bandidos de la región de Sabá nos atacaron y se robaron los animales! Nosotros estábamos arando con los bueyes, mientras los burros se alimentaban por allí cerca. De repente, esos bandidos comenzaron a matar gente, y solo yo pude escapar para darle la noticia». Todavía estaba hablando ese hombre cuando otro mensajero llegó y le dijo a Job: «¡Un rayo acaba de matar a las ovejas y a los pastores! ¡Solo yo pude escapar para darle la noticia!» No terminaba de hablar ese hombre cuando otro mensajero llegó y le dijo: «¡Tres grupos de bandidos de la región de Caldea nos atacaron, mataron a los esclavos, y se llevaron los camellos! ¡Solo yo pude escapar para darle la noticia!» Todavía estaba hablando ese hombre cuando un cuarto mensajero llegó y le dijo a Job: «Todos sus hijos estaban celebrando una fiesta en casa de su hijo mayor.

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Job 1:8-18 Reina Valera Contemporánea (RVC)

Entonces el Señor le preguntó: «¿Y no has pensado en mi siervo Job? ¿Acaso has visto alguien con una conducta tan intachable como él? ¡No le hace ningún mal a nadie, y es temeroso de Dios!» Pero Satanás le respondió al Señor: «¿Y acaso Job teme a Dios sin recibir nada a cambio? ¿Acaso no lo proteges, a él y a su familia, y a todo lo que tiene? Tú bendices todo lo que hace, y aumentas sus riquezas en esta tierra. Pero pon tu mano sobre todo lo que tiene, y verás cómo blasfema contra ti, y en tu propia cara.» Entonces el Señor le respondió a Satanás: «Ahí está Job. Haz lo que quieras con todas sus riquezas. Pero te prohíbo que a él le hagas daño.» Y dicho esto, Satanás salió de la presencia del Señor. Un día, mientras los hijos y las hijas de Job comían y bebían en la casa del hermano mayor, llegó un mensajero a la casa de Job y le dijo: «Estábamos arando el campo con los bueyes, y las asnas pacían cerca, cuando de pronto llegaron los sabeos y nos atacaron, y mataron a los pastores y se llevaron los animales. Solo yo pude escapar para traerte la noticia.» Todavía estaba hablando el mensajero, cuando llegó otro y dijo: «Dios permitió que del cielo cayera un fuego destructor, que fulminó a tus ovejas y a los pastores. ¡Todo lo consumió! Solo yo pude escapar para traerte la noticia.» Enseguida llegó otro mensajero con otra mala noticia: «Tres escuadrones de caldeos llegaron y atacaron a los criados, y se llevaron los camellos. Solo yo pude escapar para traerte la noticia.» Aún no terminaba de hablar este hombre, cuando llegó otro con esta noticia: «Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo en casa de su hermano mayor

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Job 1:8-18 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)

Entonces le dijo el Señor: —¿Te has fijado en mi siervo Job? No hay nadie en la tierra como él, que me sirva tan fielmente y viva una vida tan recta y sin tacha, cuidando de no hacer mal a nadie. Pero el acusador respondió: —Pues no de balde te sirve con tanta fidelidad. Tú no dejas que nadie lo toque, ni a él ni a su familia ni a nada de lo que tiene; tú bendices todo lo que hace, y él es el hombre más rico en ganado de todo el país. Pero quítale todo lo que tiene y verás cómo te maldice en tu propia cara. El Señor respondió al acusador: —Está bien. Haz lo que quieras con todas las cosas de Job, con tal de que a él mismo no le hagas ningún daño. Entonces el acusador se retiró de la presencia del Señor. Un día, mientras los hijos y las hijas de Job estaban celebrando un banquete en casa del hermano mayor, un hombre llegó a casa de Job y le dio esta noticia: —Estábamos arando el campo con los bueyes, y las asnas estaban pastando cerca; de repente llegaron los sabeos, y se robaron el ganado y mataron a cuchillo a los hombres. Solo yo pude escapar para venir a avisarte. Aún no había terminado de hablar aquel hombre, cuando llegó otro y dijo: —Cayó un rayo y mató a los pastores y las ovejas. Solo yo pude escapar para venir a avisarte. Aún no había terminado de hablar ese hombre, cuando llegó un tercero y dijo: —Tres grupos de caldeos nos atacaron y se robaron los camellos, y mataron a cuchillo a los hombres. Solo yo pude escapar para venir a avisarte. Aún no había terminado de hablar este hombre, cuando llegó uno más y dijo: —Tus hijos y tus hijas estaban celebrando un banquete en la casa de tu hijo mayor

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Job 1:8-18 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)

Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal? Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: ¿Acaso teme Job a Dios de balde? ¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra. Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia. Dijo Jehová a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él. Y salió Satanás de delante de Jehová. Y un día aconteció que sus hijos e hijas comían y bebían vino en casa de su hermano el primogénito, y vino un mensajero a Job, y le dijo: Estaban arando los bueyes, y las asnas paciendo cerca de ellos, y acometieron los sabeos y los tomaron, y mataron a los criados a filo de espada; solamente escapé yo para darte la noticia. Aún estaba este hablando, cuando vino otro que dijo: Fuego de Dios cayó del cielo, que quemó las ovejas y a los pastores, y los consumió; solamente escapé yo para darte la noticia. Todavía estaba este hablando, y vino otro que dijo: Los caldeos hicieron tres escuadrones, y arremetieron contra los camellos y se los llevaron, y mataron a los criados a filo de espada; y solamente escapé yo para darte la noticia. Entre tanto que este hablaba, vino otro que dijo: Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en casa de su hermano el primogénito

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Job 1:8-18 La Biblia de las Américas (LBLA)

Y el SEÑOR dijo a Satanás: ¿Te has fijado en mi siervo Job? Porque no hay ninguno como él sobre la tierra, hombre intachable y recto, temeroso de Dios y apartado del mal. Respondió Satanás al SEÑOR: ¿Acaso teme Job a Dios de balde? ¿No has hecho tú una valla alrededor de él, de su casa y de todo lo que tiene, por todos lados? Has bendecido el trabajo de sus manos y sus posesiones han aumentado en la tierra. Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, verás si no te maldice en tu misma cara. Entonces el SEÑOR dijo a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu poder; pero no extiendas tu mano sobre él. Y Satanás salió de la presencia del SEÑOR. Y aconteció que un día en que sus hijos y sus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en la casa del hermano mayor, vino un mensajero a Job y dijo: Los bueyes estaban arando y las asnas paciendo junto a ellos, y los sabeos atacaron y se los llevaron. También mataron a los criados a filo de espada; solo yo escapé para contártelo. Mientras estaba este hablando, vino otro y dijo: Fuego de Dios cayó del cielo y quemó las ovejas y a los criados y los consumió; solo yo escapé para contártelo. Mientras estaba este hablando, vino otro y dijo: Los caldeos formaron tres cuadrillas y atacaron los camellos y se los llevaron, y mataron a los criados a filo de espada; solo yo escapé para contártelo. Mientras estaba este hablando, vino otro y dijo: Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en la casa de su hermano mayor

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Job 1:8-18 Nueva Traducción Viviente (NTV)

Entonces el SEÑOR preguntó a Satanás: —¿Te has fijado en mi siervo Job? Es el mejor hombre en toda la tierra; es un hombre intachable y de absoluta integridad. Tiene temor de Dios y se mantiene apartado del mal. Satanás le respondió al SEÑOR: —Sí, pero Job tiene una buena razón para temer a Dios: siempre has puesto un muro de protección alrededor de él, de su casa y de sus propiedades. Has hecho prosperar todo lo que hace. ¡Mira lo rico que es! Así que extiende tu mano y quítale todo lo que tiene, ¡ten por seguro que te maldecirá en tu propia cara! —Muy bien, puedes probarlo —dijo el SEÑOR a Satanás—. Haz lo que quieras con todo lo que posee, pero no le hagas ningún daño físico. Entonces Satanás salió de la presencia del SEÑOR. Un día cuando los hijos y las hijas de Job celebraban en casa del hermano mayor, llegó un mensajero a casa de Job con las siguientes noticias: «Sus bueyes estaban arando y los burros comiendo a su lado, cuando los sabeos nos asaltaron. Robaron todos los animales y mataron a los trabajadores, y yo soy el único que escapó para contárselo». Mientras este mensajero todavía hablaba, llegó otro con esta noticia: «Cayó del cielo el fuego de Dios y calcinó a las ovejas y a todos los pastores; yo soy el único que escapó para contárselo». Mientras este mensajero todavía hablaba, llegó un tercero con esta noticia: «Tres bandas de saqueadores caldeos robaron sus camellos y mataron a los sirvientes; yo soy el único que escapó para contárselo». No había terminado de hablar el tercer mensajero cuando llegó otro con esta noticia: «Sus hijos e hijas estaban festejando en casa del hermano mayor y

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