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Jueces 15:9-20

Jueces 15:9-20 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)

Los filisteos subieron y acamparon en Judá, incursionando cerca de Lejí. Los hombres de Judá preguntaron: —¿Por qué han venido a luchar contra nosotros? —Hemos venido a tomar prisionero a Sansón —respondieron—, para hacerle lo mismo que nos hizo a nosotros. Entonces tres mil hombres de Judá descendieron a la cueva en la peña de Etam y dijeron a Sansón: —¿No te das cuenta de que los filisteos nos gobiernan? ¿Por qué nos haces esto? —Simplemente les he hecho lo que ellos me hicieron a mí —contestó él. Ellos dijeron: —Hemos venido a atarte, para entregarte en manos de los filisteos. —Júrenme que no me matarán ustedes mismos —dijo Sansón. —De acuerdo —respondieron ellos—. Solo te ataremos y te entregaremos en sus manos. No te mataremos. Entonces lo ataron con dos sogas nuevas y lo sacaron de la peña. Cuando se acercaba a Lejí, los filisteos salieron a su encuentro con gritos de victoria. En ese momento, el Espíritu del SEÑOR vino sobre él con poder y las sogas que ataban sus brazos se volvieron como fibra de lino quemada; además las ataduras de sus manos se deshicieron. Al encontrar una quijada de burro que todavía estaba fresca, la agarró y con ella mató a mil hombres. Entonces dijo Sansón: «Con la quijada de un asno los he amontonado. Con una quijada de asno he matado a mil hombres». Cuando terminó de hablar, arrojó la quijada y llamó a aquel lugar Ramat Lejí. Como tenía mucha sed clamó al SEÑOR: «Tú le has dado a tu siervo esta gran victoria. ¿Acaso voy ahora a morir de sed y a caer en manos de los incircuncisos?». Entonces Dios abrió la hondonada que hay en Lejí y de allí brotó agua. Cuando Sansón la bebió, recobró sus fuerzas y se reanimó. Por eso al manantial que todavía hoy está en Lejí se le llamó Enacoré. Y Sansón lideró a Israel durante veinte años en tiempos de los filisteos.

Jueces 15:9-20 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

Los filisteos vinieron y acamparon en Judá. Cuando atacaron la ciudad de Lejí, los de Judá les preguntaron: —¿Por qué nos atacan? Ellos contestaron: —Hemos venido a capturar a Sansón, para hacerle lo mismo que nos hizo a nosotros. Al oír esto, tres mil hombres de Judá fueron a la cueva de Etam y le dijeron a Sansón: —¿Por qué nos has metido en problemas? ¿No sabías que los filisteos nos dominan? Él les respondió: —Yo les hice a los filisteos lo que ellos me hicieron a mí. Entonces le dijeron: —Nosotros hemos venido para capturarte y entregarte a los filisteos. Sansón contestó: —Júrenme que no me matarán. Ellos le aseguraron que no lo harían. Le dijeron: —Nosotros no te vamos a matar. Solo vamos a entregarte a los filisteos. Así que lo ataron con dos sogas nuevas y lo sacaron de la cueva. Cuando se acercaron a Lejí, los filisteos, muy alborotados, salieron a su encuentro. En ese momento el espíritu de Dios llenó a Sansón de fuerza, y este reventó las sogas que le sujetaban los brazos y las manos como si fueran hilos viejos. Luego encontró una quijada de burro que todavía no estaba seca, y con ella mató a muchos filisteos. Después de eso dijo: «Con la quijada de un burro maté a muchísimos hombres, y los junté en uno y dos montones». Dicho esto, tiró la quijada. Por eso a ese lugar se le llamó Ramat-lejí, que quiere decir: «Colina de la quijada». Como Sansón tenía muchísima sed, le suplicó a Dios: «¿Después de darme una victoria tan grande, me vas a dejar morir de sed? ¿Vas a dejar que estos filisteos me capturen?» Entonces Dios permitió que saliera agua de un hueco. Al beberla, Sansón se sintió mucho mejor. Por eso, hasta el momento en que esto se escribe, ese lugar se llama En-hacoré, que significa: «Manantial del que suplica». Durante veinte años, Sansón fue jefe de los israelitas. Era el tiempo cuando los filisteos dominaban la región.

Jueces 15:9-20 Reina Valera Contemporánea (RVC)

Entonces los filisteos fueron y acamparon en Judá donde se extendieron por Lehí. Los habitantes de Judá les preguntaron: «¿Por qué quieren pelear contra nosotros?» Y ellos respondieron: «Hemos venido por Sansón, para castigarlo por lo que nos ha hecho.» Entonces tres mil hombres de Judá fueron a la cueva de Etam, donde estaba Sansón, y le dijeron: «¿Acaso no sabes que los filisteos nos tienen dominados? ¿Por qué nos has hecho esto?» Y Sansón respondió: «Simplemente, yo me vengué por lo que ellos me hicieron.» Pero ellos le respondieron: «Hemos venido a aprehenderte y a entregarte a los filisteos.» Sansón les dijo: «Júrenme que ustedes no me van matar.» Y ellos le respondieron: «No, no te mataremos. Solamente vamos a aprehenderte y a entregarte a ellos.» Sansón dejó entonces que lo ataran con dos cuerdas nuevas, y luego lo obligaron a bajar de la peña. Cuando llegó a Lehí, los filisteos salieron a su encuentro gritando con furia; pero el espíritu del Señor vino sobre Sansón y las cuerdas que ataban sus brazos se rompieron como lino quemado, y las ataduras cayeron al suelo. Sansón vio que allí cerca había una quijada de asno que aún estaba fresca, así que extendió la mano y la tomó, y con ella mató a mil filisteos. Después de eso, dijo: «Con la quijada de un asno maté a montones; con la quijada de un asno maté a mil filisteos.» Y cuando acabó de hablar, tiró la quijada. A ese lugar lo llamó Ramat Lehí. Pero Sansón tenía mucha sed, así que clamó al Señor y le dijo: «Tú me has usado a mí, que soy tu siervo, para salvar a tu pueblo. ¿Y ahora tendré que morir de sed, y caer en mano de estos incircuncisos?» Entonces Dios abrió el pozo que está en Lehí, y de allí brotó agua para que bebiera y se reanimara. Por esto, ese lugar se llama Enacoré, y hasta el día de hoy todavía está en Lehí. Sansón gobernó a Israel durante veinte años, en los días de los filisteos.

Jueces 15:9-20 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)

Los filisteos vinieron y acamparon en Judá, extendiéndose hasta Lehi, y los de Judá les preguntaron: —¿Por qué han venido a pelear contra nosotros? Y ellos contestaron: —Hemos venido a capturar a Sansón, para que pague lo que nos ha hecho. Al oír esto, tres mil hombres de la tribu de Judá fueron a la cueva de la peña de Etam y le dijeron a Sansón: —¿No sabes que los filisteos son más fuertes que nosotros? ¿Por qué nos has puesto en esta situación? Sansón les contestó: —Yo no he hecho más que pagarles con la misma moneda. Entonces ellos le dijeron: —Pues nosotros hemos venido a capturarte para entregarte a los filisteos. Sansón respondió: —Júrenme que no me van a matar ustedes mismos. Y ellos le aseguraron: —No, no te vamos a matar. Solo queremos capturarte y entregarte a los filisteos. Entonces lo ataron con dos sogas nuevas, y lo sacaron de su escondite. Cuando llegaron a Lehi, los filisteos salieron a su encuentro, gritando de alegría. Pero el espíritu del Señor se apoderó de Sansón, el cual rompió las sogas que le sujetaban los brazos y las manos, como si fueran cordeles de lino quemados; luego tomó una quijada de asno que había por allí y que aún no estaba reseca, y con ella mató a mil filisteos. Después dijo: «Con la quijada de un asno hice uno y dos montones; con la quijada de un asno a mil hombres maté.» Después arrojó la quijada, y por eso aquel lugar se llama Ramat-lehi. Y como Sansón tenía muchísima sed, llamó al Señor y le dijo: «¿Cómo es posible que me hayas dado esta victoria tan grande, para ahora dejarme morir de sed y en manos de estos paganos?» Entonces Dios abrió el hoyo que hay en Lehi, y Sansón bebió del agua que brotaba del hoyo, y se sintió reanimado. Por eso, al manantial que hasta la fecha está en Lehi se le llamó En-hacoré. Sansón fue caudillo de Israel durante veinte años, en la época en que los filisteos dominaban la región.

Jueces 15:9-20 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)

Entonces los filisteos subieron y acamparon en Judá, y se extendieron por Lehi. Y los varones de Judá les dijeron: ¿Por qué habéis subido contra nosotros? Y ellos respondieron: A prender a Sansón hemos subido, para hacerle como él nos ha hecho. Y vinieron tres mil hombres de Judá a la cueva de la peña de Etam, y dijeron a Sansón: ¿No sabes tú que los filisteos dominan sobre nosotros? ¿Por qué nos has hecho esto? Y él les respondió: Yo les he hecho como ellos me hicieron. Ellos entonces le dijeron: Nosotros hemos venido para prenderte y entregarte en mano de los filisteos. Y Sansón les respondió: Juradme que vosotros no me mataréis. Y ellos le respondieron, diciendo: No; solamente te prenderemos, y te entregaremos en sus manos; mas no te mataremos. Entonces le ataron con dos cuerdas nuevas, y le hicieron venir de la peña. Y así que vino hasta Lehi, los filisteos salieron gritando a su encuentro; pero el Espíritu de Jehová vino sobre él, y las cuerdas que estaban en sus brazos se volvieron como lino quemado con fuego, y las ataduras se cayeron de sus manos. Y hallando una quijada de asno fresca aún, extendió la mano y la tomó, y mató con ella a mil hombres. Entonces Sansón dijo: Con la quijada de un asno, un montón, dos montones; Con la quijada de un asno maté a mil hombres. Y acabando de hablar, arrojó de su mano la quijada, y llamó a aquel lugar Ramat-lehi. Y teniendo gran sed, clamó luego a Jehová, y dijo: Tú has dado esta grande salvación por mano de tu siervo; ¿y moriré yo ahora de sed, y caeré en mano de los incircuncisos? Entonces abrió Dios la cuenca que hay en Lehi; y salió de allí agua, y él bebió, y recobró su espíritu, y se reanimó. Por esto llamó el nombre de aquel lugar, En-hacore, el cual está en Lehi, hasta hoy. Y juzgó a Israel en los días de los filisteos veinte años.

Jueces 15:9-20 La Biblia de las Américas (LBLA)

Subieron los filisteos y acamparon en Judá, y se esparcieron por Lehi. Y los hombres de Judá dijeron: ¿Por qué habéis subido contra nosotros? Y ellos dijeron: Hemos subido para prender a Sansón a fin de hacerle como él nos ha hecho. Tres mil hombres de Judá descendieron a la hendidura de la peña de Etam, y dijeron a Sansón: ¿No sabes que los filisteos reinan sobre nosotros? ¿Qué, pues, es esto que nos has hecho? Y él les dijo: Como ellos me hicieron, así les he hecho. Y ellos le dijeron: Hemos descendido para prenderte y entregarte en manos de los filisteos. Y Sansón les dijo: Juradme que no me mataréis. Ellos le respondieron: No, sino que te ataremos bien y te entregaremos en sus manos; ciertamente no te mataremos. Entonces lo ataron con dos sogas nuevas y lo sacaron de la peña. Al llegar él a Lehi, los filisteos salieron a su encuentro gritando. Y el Espíritu del SEÑOR vino sobre él con poder, y las sogas que estaban en sus brazos fueron como lino quemado con fuego y las ataduras cayeron de sus manos. Y halló una quijada de asno fresca aún, y extendiendo su mano, la tomó y mató a mil hombres con ella. Entonces Sansón dijo: Con la quijada de un asno, montones sobre montones, con la quijada de un asno he matado a mil hombres. Y al terminar de hablar, arrojó la quijada de su mano, y llamó a aquel lugar Ramat-lehi. Después sintió una gran sed, y clamando al SEÑOR, dijo: Tú has dado esta gran liberación por mano de tu siervo, y ahora, ¿moriré yo de sed y caeré en manos de los incircuncisos? Y abrió Dios la cuenca que está en Lehi y salió agua de ella. Cuando bebió, recobró sus fuerzas y se reanimó. Por eso llamó a aquel lugar En-hacore, el cual está en Lehi hasta el día de hoy. Sansón juzgó a Israel veinte años en los días de los filisteos.

Jueces 15:9-20 Nueva Traducción Viviente (NTV)

En represalia, los filisteos armaron su campamento en Judá y se extendieron hasta cerca de la ciudad de Lehi. Entonces los hombres de Judá les preguntaron a los filisteos: —¿Por qué nos atacan? —Vinimos para capturar a Sansón —contestaron los filisteos—, y a vengarnos por lo que nos hizo. Entonces tres mil hombres de Judá bajaron a buscar a Sansón, dentro de la cueva en la roca de Etam, y le dijeron: —¿No te das cuenta de que los filisteos nos gobiernan? ¿Qué nos estás haciendo? Pero Sansón les contestó: —Yo solamente les hice a ellos lo que ellos me hicieron a mí. Pero los hombres de Judá le dijeron: —Vinimos para amarrarte y entregarte a los filisteos. —Está bien —les dijo Sansón—. Pero prométanme que no me matarán ustedes. —Nosotros solo te amarraremos y te entregaremos a los filisteos —respondieron ellos—. No te mataremos. Así que lo amarraron con dos sogas nuevas y lo sacaron de la roca. Cuando Sansón llegó a Lehi, los filisteos salieron gritando de triunfo. Sin embargo, el Espíritu del SEÑOR vino con poder sobre Sansón, y él rompió las sogas que tenía atadas en los brazos como si fueran hilos de lino quemados, y cayeron de las muñecas. Luego Sansón encontró la quijada de un burro recién matado. La levantó, y la usó para matar a mil filisteos. Después dijo: «¡Con la quijada de un burro, los he apilado en montones! ¡Con la quijada de un burro, he matado a mil hombres!». Cuando acabó de jactarse, tiró la quijada; y a ese lugar se le llamó «Colina de la Quijada». Después Sansón tuvo mucha sed y clamó al SEÑOR: «Has logrado esta gran victoria por medio de la fuerza de tu siervo, ¿y ahora tengo que morir de sed y caer en manos de estos paganos?». Entonces Dios hizo que brotara agua a chorros de un hoyo en el suelo de Lehi, y Sansón se reanimó al beber. Luego llamó a ese lugar «Manantial del que Clamó», el cual todavía se encuentra en Lehi hasta el día de hoy. Sansón fue juez de Israel por veinte años, durante el tiempo en que los filisteos dominaban la tierra.