Isaías 5:25-30
Isaías 5:25-30 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Por eso se enciende la ira del SEÑOR contra su pueblo, levanta la mano contra él y lo golpea; las montañas se estremecen, los cadáveres quedan como basura en medio de las calles. A pesar de todo esto, la ira de Dios no se ha aplacado; su mano aún sigue extendida. Con una bandera hará señas a una nación lejana, con un silbido la llamará desde el extremo de la tierra, y esta nación llegará presta y veloz. Ninguno de ellos se cansa ni tropieza, ni dormita ni se duerme; a ninguno se le afloja el cinturón ni se le rompe la correa de las sandalias. Sus flechas son puntiagudas, tensos todos sus arcos; parecen dura piedra los cascos de sus caballos y torbellino las ruedas de sus carros. Su rugido es el de una leona, como el de los leoncillos: gruñe y atrapa la presa, y se la lleva sin que nadie se la arrebate. En aquel día bramará contra ella como brama el mar. Si alguien contempla la tierra, la verá sombría y angustiada; entonces la luz se ocultará tras negros nubarrones.
Isaías 5:25-30 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
»Por eso Dios se enojó con ustedes, que son su pueblo, y levantó su mano poderosa para castigarlos. Temblaron las montañas, y los cadáveres quedaron tirados como basura en las calles. Pero Dios sigue muy enojado, su mano está lista para seguir con el castigo. »Dios llama a una nación lejana para atacar a su pueblo. Los soldados de esa nación atienden pronto a su llamado. Son fuertes y no se cansan; están siempre alertas y listos para la guerra. »Ya han preparado sus arcos, y han afilado sus flechas. Los cascos de sus caballos son duros como las piedras; las ruedas de sus carros avanzan con rapidez. Los soldados lanzan gritos de guerra; parecen leones feroces que arrastran la presa y se la llevan; ¡nadie se las puede quitar! En el momento indicado, esa nación atacará a Israel con la fuerza de un mar tormentoso. Entonces la tierra quedará envuelta en tinieblas, y la luz del día se perderá entre oscuros nubarrones. ¡Israel quedará muy angustiada!»
Isaías 5:25-30 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Por eso se encendió el furor del Señor contra su pueblo; por eso su mano se extendió contra él para herirlo; por eso se estremecieron los montes y sus cadáveres fueron arrojados a las calles. Y a pesar de todo esto, su furor no se ha calmado; su mano sigue aún extendida. Agitará una bandera para llamar a naciones lejanas; con un silbido llamará a los que están en los confines de la tierra; y estos vendrán con gran rapidez. Nadie entre ellos se mostrará cansado, ninguno de ellos tropezará ni se caerá de sueño; ninguno de ellos vendrá a medio vestir, ni con las correas de sus sandalias rotas. Sus flechas ya estarán afiladas; todos sus arcos, bien tensados; los cascos de sus caballos parecerán pedernal; las ruedas de sus carros parecerán torbellinos. Rugirán como leones, como cachorros de león; rechinarán los dientes y atraparán a su presa, y se la llevarán a un lugar seguro, sin que nadie se la pueda arrebatar. Cuando llegue ese día, él bramará sobre ellos como brama el mar. Cuando mire hacia la tierra, solo verá angustiosas tinieblas, y en sus cielos la luz será oscuridad.
Isaías 5:25-30 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Por eso el Señor se enojó contra su pueblo y levantó la mano para castigarlo. Los montes se estremecieron, los cadáveres quedaron tirados como basura en las calles. Y sin embargo la ira del Señor no se ha calmado; él sigue amenazando todavía. El Señor levanta una bandera y a silbidos llama a una nación lejana; de lo más lejano de la tierra la hace venir. Viene en seguida, llega con gran rapidez; no hay entre ellos nadie débil ni cansado, nadie que no esté bien despierto, nadie que no tenga el cinturón bien ajustado, nadie que tenga rotas las correas de sus sandalias. Tienen las flechas bien agudas y todos sus arcos bien tensos. Los cascos de sus caballos son como dura piedra, y como un torbellino las ruedas de sus carros; su rugido es como el rugido de un león, que gruñe y agarra la presa, y se la lleva sin que nadie se la pueda quitar. Esa nación, al llegar el día señalado, rugirá, como el mar, contra Israel; y si alguien observa la tierra, la verá envuelta en tinieblas y oscurecida la luz por los nubarrones.
Isaías 5:25-30 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Por esta causa se encendió el furor de Jehová contra su pueblo, y extendió contra él su mano, y le hirió; y se estremecieron los montes, y sus cadáveres fueron arrojados en medio de las calles. Con todo esto no ha cesado su furor, sino que todavía su mano está extendida. Alzará pendón a naciones lejanas, y silbará al que está en el extremo de la tierra; y he aquí que vendrá pronto y velozmente. No habrá entre ellos cansado, ni quien tropiece; ninguno se dormirá, ni le tomará sueño; a ninguno se le desatará el cinto de los lomos, ni se le romperá la correa de sus sandalias. Sus saetas estarán afiladas, y todos sus arcos entesados; los cascos de sus caballos parecerán como de pedernal, y las ruedas de sus carros como torbellino. Su rugido será como de león; rugirá a manera de leoncillo, crujirá los dientes, y arrebatará la presa; se la llevará con seguridad, y nadie se la quitará. Y bramará sobre él en aquel día como bramido del mar; entonces mirará hacia la tierra, y he aquí tinieblas de tribulación, y en sus cielos se oscurecerá la luz.
Isaías 5:25-30 La Biblia de las Américas (LBLA)
Por esta causa se ha encendido la ira del SEÑOR contra su pueblo, y ha extendido su mano contra ellos y los ha herido; los montes temblaron y sus cadáveres yacen como desecho en medio de las calles. Con todo esto, no se ha agotado su ira, y aún está extendida su mano. ¶Alzará estandarte a la nación lejana, y le silbará desde los confines de la tierra, y he aquí, vendrá muy pronto, con rapidez. En ella nadie está cansado ni nadie se tambalea, ninguno dormita ni duerme; a ninguno se le ha desatado el cinturón de la cintura, ni se le ha roto la correa de su sandalia. Sus flechas están afiladas y todos sus arcos entesados; los cascos de sus caballos son como pedernal y las ruedas de sus carros como torbellino. Su rugido es como de leona, ruge como leoncillos; gruñe y atrapa la presa, y se la lleva sin que nadie la libre. En aquel día gruñirá sobre ella como el bramido del mar. Si se mira hacia la tierra, he aquí, hay tinieblas y angustia; aun la luz es oscurecida por sus nubes.
Isaías 5:25-30 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Por eso el enojo del SEÑOR arde contra su pueblo y ha levantado el puño para aplastarlo. Los montes tiemblan y los cadáveres de su pueblo están tirados por las calles como basura. Pero aun así, el enojo del SEÑOR no está satisfecho. ¡Su puño todavía está listo para asestar el golpe! Él enviará una señal a las naciones lejanas y llamará con un silbido a los que están en los confines de la tierra; ellos irán corriendo a Jerusalén. No se cansarán, ni tropezarán. No se detendrán para descansar ni para dormir. Nadie tendrá flojo el cinturón ni rotas las correas de ninguna sandalia. Sus flechas estarán afiladas y sus arcos listos para la batalla. De los cascos de sus caballos saltarán chispas, y las ruedas de sus carros de guerra girarán como un torbellino. Rugirán como leones, como los más fuertes entre los leones. Se lanzarán gruñendo sobre sus víctimas y se las llevarán, y no habrá nadie para rescatarlas. Rugirán sobre sus víctimas en aquel día de destrucción, como el rugido del mar. Si alguien extiende su mirada por toda la tierra, solo verá oscuridad y angustia; hasta la luz quedará oscurecida por las nubes.