Esdras 1:1-8
Esdras 1:1-8 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
En el primer año del reinado de Ciro, rey de Persia, el SEÑOR movió el espíritu del rey para que promulgara un decreto en todo su reino y así se cumpliera la palabra del SEÑOR por medio del profeta Jeremías. Tanto oralmente como por escrito, el rey decretó lo siguiente: «Esto es lo que ordena Ciro, rey de Persia: »El SEÑOR, Dios del cielo, que me ha dado todos los reinos de la tierra, me ha encargado que le construya un templo en la ciudad de Jerusalén, que está en Judá. Por tanto, cualquiera que pertenezca a Judá, suba a Jerusalén a construir el templo del SEÑOR, Dios de Israel, el Dios que habita en Jerusalén; y que Dios lo acompañe. También ordeno que los habitantes de cada lugar donde haya judíos sobrevivientes los ayuden dándoles plata y oro, bienes y ganado, y ofrendas voluntarias para el templo de Dios en Jerusalén». Entonces los jefes de familia de Benjamín y de Judá, junto con los sacerdotes y levitas, es decir, con todos aquellos en cuyo espíritu Dios puso el deseo de construir el templo del SEÑOR, se dispusieron a subir a Jerusalén. Todos sus vecinos los ayudaron con plata y oro, bienes y ganado, objetos valiosos y todo tipo de ofrendas voluntarias. Además, el rey Ciro hizo sacar los utensilios que Nabucodonosor se había llevado del Templo del SEÑOR en Jerusalén y había depositado en el templo de su dios. Ciro, el rey de Persia, los entregó a su tesorero Mitrídates, el cual los contó y se los pasó a Sesbasar, gobernador de Judá.
Esdras 1:1-8 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
En el primer año del gobierno de Ciro, rey de Persia, este rey dio la siguiente orden a todos los habitantes de su reino: «El Dios de los cielos, que es dueño de todo, me hizo rey de todas las naciones, y me encargó que le construya un templo en la ciudad de Jerusalén, que está en la región de Judá. Por tanto, todos los que sean de Judá y quieran reconstruir el templo, tienen mi permiso para ir a Jerusalén. El Dios de Israel vive allí, y los ayudará. »Todos los que decidan ir a Jerusalén para trabajar en la reconstrucción, recibirán de sus vecinos ayuda en dinero, mercaderías y ganado. También recibirán donaciones para el templo de Dios». Ciro, rey de Persia Con esta orden se cumplió la promesa que Dios había hecho por medio del profeta Jeremías. Cuando los jefes de las tribus de Judá y de Benjamín se enteraron de esta orden, sintieron que Dios les pedía que fueran a Jerusalén para reconstruir su templo. Lo mismo sintieron los sacerdotes, sus ayudantes y muchos otros judíos. Todos sus vecinos les dieron recipientes de oro y plata, mercadería, ganado y otros objetos valiosos, además de muchas donaciones. Por su parte, el rey Ciro le ordenó al tesorero Mitrídates que les devolviera a los judíos los utensilios del templo de Dios. Estos utensilios los había sacado del templo de Jerusalén el rey Nabucodonosor, y los había llevado al templo de sus dioses. Mitrídates se aseguró de entregarle todos estos utensilios a Sesbasar, gobernador de Judá.
Esdras 1:1-8 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por medio de Jeremías, en el primer año del reinado de Ciro de Persia el Señor despertó el espíritu de Ciro para que hiciera pregonar por todo su reino, de palabra y por escrito, lo siguiente: «Así dice Ciro, rey de los persas: El Señor, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra, y me ha ordenado reconstruir el templo de Jerusalén, que está en Judá. Si hay entre ustedes alguien que sea de su pueblo, que su Dios lo acompañe, y vuelva a Jerusalén, que está en Judá, para reconstruir el templo del Señor, Dios de Israel, pues solo él es Dios. Todos los que se queden, sea cual sea el lugar donde residan, ayuden a los que se van y denles oro, plata, ganado y cualquier otro apoyo que puedan darles, además de las ofrendas voluntarias para el templo del Señor, que está en Jerusalén.» Los patriarcas de las familias de Judá y de Benjamín, los sacerdotes y los levitas, y todos aquellos en quienes Dios despertó en ellos el deseo de reconstruir el templo del Señor, se prepararon para ir a Jerusalén. Los que vivían en los alrededores les ayudaron con oro, plata, bienes y objetos de valor, y ganado, además de toda clase de ofrendas voluntarias. Además, el rey Ciro ordenó sacar los utensilios que habían estado en el templo del Señor, y que Nabucodonosor había sacado de Jerusalén para ponerlos en los templos de sus dioses. Mitrídates, tesorero del rey Ciro de Persia, hizo lo que el rey le mandó, y entregó uno por uno los utensilios a Sesbasar, jefe de Judá.
Esdras 1:1-8 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
En el primer año del reinado de Ciro, rey de Persia, y para que se cumpliera la palabra del Señor anunciada por Jeremías, el Señor impulsó a Ciro a que en todo su reino promulgara, de palabra y por escrito, este decreto: «Ciro, rey de Persia, declara lo siguiente: El Señor, Dios de los cielos, ha puesto en mis manos todos los reinos de la tierra, y me ha encargado que le construya un templo en Jerusalén, que está en la región de Judá. Así que, a cualquiera de ustedes que pertenezca al pueblo del Señor, que Dios lo ayude, y vaya a Jerusalén, que está en Judá, a construir el templo del Señor, el Dios de Israel, que es el Dios que habita en Jerusalén. Y a cualquiera de los sobrevivientes que emigre del lugar donde ahora vive, que le ayuden sus vecinos con plata, oro, bienes y ganado, además de donativos para el templo de Dios en Jerusalén.» Los jefes de las familias de Judá y Benjamín, y los sacerdotes y los levitas, o sea todos los que habían sido animados por Dios, se prepararon para ir a Jerusalén y reconstruir el templo del Señor. Todos sus vecinos les ayudaron con plata, oro, bienes, ganado y objetos valiosos, además de toda clase de ofrendas voluntarias. El rey Ciro, por su parte, hizo entrega de los utensilios del templo del Señor, que Nabucodonosor había sacado de Jerusalén y llevado al templo de sus dioses. Ciro los devolvió por conducto de Mitrídates, el tesorero, quien después de contarlos los entregó a Sesbasar, gobernador de Judá.
Esdras 1:1-8 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
En el primer año de Ciro rey de Persia, para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, despertó Jehová el espíritu de Ciro rey de Persia, el cual hizo pregonar de palabra y también por escrito por todo su reino, diciendo: Así ha dicho Ciro rey de Persia: Jehová el Dios de los cielos me ha dado todos los reinos de la tierra, y me ha mandado que le edifique casa en Jerusalén, que está en Judá. Quien haya entre vosotros de su pueblo, sea Dios con él, y suba a Jerusalén que está en Judá, y edifique la casa a Jehová Dios de Israel (él es el Dios), la cual está en Jerusalén. Y a todo el que haya quedado, en cualquier lugar donde more, ayúdenle los hombres de su lugar con plata, oro, bienes y ganados, además de ofrendas voluntarias para la casa de Dios, la cual está en Jerusalén. Entonces se levantaron los jefes de las casas paternas de Judá y de Benjamín, y los sacerdotes y levitas, todos aquellos cuyo espíritu despertó Dios para subir a edificar la casa de Jehová, la cual está en Jerusalén. Y todos los que estaban en sus alrededores les ayudaron con plata y oro, con bienes y ganado, y con cosas preciosas, además de todo lo que se ofreció voluntariamente. Y el rey Ciro sacó los utensilios de la casa de Jehová, que Nabucodonosor había sacado de Jerusalén, y los había puesto en la casa de sus dioses. Los sacó, pues, Ciro rey de Persia, por mano de Mitrídates tesorero, el cual los dio por cuenta a Sesbasar príncipe de Judá.
Esdras 1:1-8 La Biblia de las Américas (LBLA)
En el primer año de Ciro, rey de Persia, para que se cumpliera la palabra del SEÑOR por boca de Jeremías, el SEÑOR movió el espíritu de Ciro, rey de Persia, y este hizo proclamar por todo su reino y también por escrito, diciendo: Así dice Ciro, rey de Persia: «El SEÑOR, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra, y Él me ha designado para que le edifique una casa en Jerusalén, que está en Judá. El que de entre todos vosotros pertenezca a su pueblo, sea su Dios con él. Que suba a Jerusalén, que está en Judá, y edifique la casa del SEÑOR, Dios de Israel; Él es el Dios que está en Jerusalén. Y a todo sobreviviente, en cualquier lugar que habite, que los hombres de aquel lugar lo ayuden con plata y oro, con bienes y ganado, junto con una ofrenda voluntaria para la casa de Dios que está en Jerusalén». Entonces se levantaron los jefes de las casas paternas de Judá y de Benjamín, y los sacerdotes y los levitas, y todos aquellos cuyo espíritu Dios había movido a subir para edificar la casa del SEÑOR que está en Jerusalén. Y todos los que habitaban alrededor de ellos les ayudaron con objetos de plata, con oro, con bienes, con ganado y con objetos preciosos, además de todo lo que fue dado como ofrenda voluntaria. También el rey Ciro sacó los objetos de la casa del SEÑOR que Nabucodonosor se había llevado de Jerusalén y había puesto en la casa de sus dioses; Ciro, rey de Persia, los hizo sacar por mano del tesorero Mitrídates, que los dio contados a Sesbasar, príncipe de Judá.
Esdras 1:1-8 Nueva Traducción Viviente (NTV)
En el primer año de Ciro, rey de Persia, el SEÑOR cumplió la profecía que había dado por medio de Jeremías. Movió el corazón de Ciro a poner por escrito el siguiente edicto y enviarlo a todo el reino: «Esto dice Ciro, rey de Persia: »“El SEÑOR, Dios del cielo, me ha dado todos los reinos de la tierra. Me encargó construirle un templo en Jerusalén, que está en Judá. Cualquiera que pertenezca a su pueblo puede ir a Jerusalén de Judá para reconstruir el templo del SEÑOR, Dios de Israel, quien vive en Jerusalén, ¡y que su Dios esté con ustedes! En el lugar que se encuentre este remanente judío, que sus vecinos los ayuden con los gastos, dándoles plata y oro, provisiones para el viaje y animales, como también una ofrenda voluntaria para el templo de Dios en Jerusalén”». Luego Dios movió el corazón de los sacerdotes, de los levitas y de los jefes de las tribus de Judá y de Benjamín, para que fueran a Jerusalén a reconstruir el templo del SEÑOR. Todos los vecinos colaboraron, dándoles objetos de plata y de oro, provisiones para el viaje y animales. Les dieron muchos regalos valiosos además de todas las ofrendas voluntarias. El propio rey Ciro sacó los objetos que el rey Nabucodonosor se había llevado del templo del SEÑOR en Jerusalén y había colocado en el templo de sus dioses. Ciro le ordenó a Mitrídates, el tesorero de Persia, que contara esos artículos y se los entregara a Sesbasar, el líder de los desterrados que regresaban a Judá.