Eclesiastés 4:4-8
Eclesiastés 4:4-8 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Vi, además, que tanto el afán como el éxito en la vida despiertan envidias. Y también esto es vanidad; ¡es correr tras el viento! El necio se cruza de brazos y se devora a sí mismo. Mejor un puñado de tranquilidad que dos de fatiga y de correr tras el viento. Me fijé entonces en otra vanidad bajo el sol: Vi a un hombre solitario, sin hijos ni hermanos. Nunca dejaba de afanarse; ¡jamás le parecían demasiadas sus riquezas! «¿Para quién trabajo tanto», se preguntó, «y me abstengo de las cosas buenas?». ¡También esto es vanidad y una penosa tarea!
Eclesiastés 4:4-8 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
También vi que todos trabajan y buscan progresar solo para tener más que los otros. Pero tampoco esto tiene sentido, porque es como querer atrapar el viento. Es verdad que, «el tonto no quiere trabajar y por eso acaba muriéndose de hambre»; pero «más vale una hora de descanso que dos horas de trabajo», pues el mucho trabajo no sirve de nada. Miré hacia otro lado, y vi que en esta vida hay algo más que no tiene sentido. Me refiero al hombre solitario, que no tiene hijos ni hermanos: todo el tiempo se lo pasa trabajando, y nunca está satisfecho; siempre quiere tener más. Ese hombre jamás se pone a pensar si vale la pena tanto trabajar y nunca gozar de la vida. ¡No tiene sentido esforzarse tanto!
Eclesiastés 4:4-8 Reina Valera Contemporánea (RVC)
También he podido ver que todo el que se afana y tiene éxito en lo que hace despierta la envidia de su prójimo. ¡Y esto también es vanidad y aflicción de espíritu! El necio se cruza de brazos, y acaba por destruirse a sí mismo. Más vale un puñado de descanso que dos puñados de afanes y aflicción de espíritu. Una vez más dirigí la mirada hacia la vanidad que existe bajo el sol. Y vi a un hombre solo, sin hijos ni hermanos que lo sucedieran, y que no obstante nunca dejaba de trabajar ni se cansaba de contemplar sus riquezas, ni tampoco se preguntaba: «Y yo, ¿para quién trabajo? ¿Para qué reprimo mi apetito por las cosas buenas?» ¡Y esto también es vanidad, y un trabajo infructuoso!
Eclesiastés 4:4-8 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Vi también que el mucho trabajar y el éxito en una empresa provocan la envidia de unos contra otros, y esto también es vana ilusión y querer atrapar el viento. La gente dice: «El necio se cruza de brazos y se destruye a sí mismo.» Pero yo digo: «Más vale un puñado de descanso que dos de fatiga por querer atrapar el viento.» Al volverme hacia otro lado, vi otra vana ilusión en este mundo: un hombre solo, sin amigos ni hijos ni hermanos, que jamás se toma un momento de descanso y que nunca se cansa de contemplar sus riquezas, ni se pregunta: «¿Y para quién trabajo tanto? ¿Para qué me niego el bienestar?» Pues también esto es vana ilusión y una pesada carga.
Eclesiastés 4:4-8 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
He visto asimismo que todo trabajo y toda excelencia de obras despierta la envidia del hombre contra su prójimo. También esto es vanidad y aflicción de espíritu. El necio cruza sus manos y come su misma carne. Más vale un puño lleno con descanso, que ambos puños llenos con trabajo y aflicción de espíritu. Yo me volví otra vez, y vi vanidad debajo del sol. Está un hombre solo y sin sucesor, que no tiene hijo ni hermano; pero nunca cesa de trabajar, ni sus ojos se sacian de sus riquezas, ni se pregunta: ¿Para quién trabajo yo, y defraudo mi alma del bien? También esto es vanidad, y duro trabajo.
Eclesiastés 4:4-8 La Biblia de las Américas (LBLA)
Y he visto que todo trabajo y toda obra hábil que se hace, es el resultado de la rivalidad entre el hombre y su prójimo. También esto es vanidad y correr tras el viento. El necio se cruza de manos, y devora su propia carne. Más vale una mano llena de descanso que dos puños llenos de trabajo y correr tras el viento. Entonces yo me volví y observé la vanidad bajo el sol: Había un hombre solo, sin sucesor, que no tenía hijo ni hermano, sin embargo, no había fin a todo su trabajo. En verdad, sus ojos no se saciaban de las riquezas, y nunca se preguntó: ¿Para quién trabajo yo y privo a mi vida del placer? También esto es vanidad y tarea penosa.
Eclesiastés 4:4-8 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Luego observé que a la mayoría de la gente le interesa alcanzar el éxito porque envidia a sus vecinos; pero eso tampoco tiene sentido, es como perseguir el viento. «Los necios se cruzan de brazos, y acaban en la ruina». Sin embargo, «es mejor tener un puñado con tranquilidad que tener dos puñados con mucho esfuerzo y perseguir el viento». También observé otro ejemplo de algo absurdo bajo el sol. Es el caso de un hombre que está totalmente solo, sin hijos ni hermanos, no obstante trabaja mucho para acumular toda la riqueza posible. Sin embargo, luego se pregunta: «¿Para quién trabajo? ¿Por qué me privo de tantos placeres?». Nada tiene sentido, todo es tan deprimente.