2 Reyes 13:3-25
2 Reyes 13:3-25 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Por eso la ira del SEÑOR se encendió contra los israelitas y, por mucho tiempo, los puso bajo el poder de Jazael, rey de Aram, y de su hijo Ben Adad. Entonces Joacaz clamó al SEÑOR, y él lo escuchó, pues vio la gran opresión del rey de Aram sobre Israel. El SEÑOR les proveyó un libertador, de modo que los israelitas pudieron librarse del poder de los arameos y vivir tranquilos, como antes. Sin embargo, siguieron el mal ejemplo de la familia de Jeroboán y no se apartaron de los pecados con que estos hicieron pecar a Israel, y hasta dejaron en pie la imagen de la diosa Aserá, que estaba en Samaria. Del ejército no le habían quedado a Joacaz más que cincuenta jinetes, diez carros de combate y diez mil soldados de infantería, pues el rey de Aram había destruido el ejército, reduciéndolo a polvo. Los demás acontecimientos del reinado de Joacaz, y todo lo que hizo y su poderío, están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel. Joacaz murió y fue sepultado con sus antepasados en Samaria. Y su hijo Joás lo sucedió en el trono. En el año treinta y siete del reinado de Joás, rey de Judá, Joás, hijo de Joacaz, comenzó a reinar sobre Israel; reinó en Samaria dieciséis años. Joás hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, pues siguió el mal ejemplo de Jeroboán, hijo de Nabat, y no se apartó de ninguno de los pecados con que este hizo pecar a Israel. Los demás acontecimientos del reinado de Joás, y todo lo que hizo y su poderío, incluso la guerra que sostuvo contra Amasías, rey de Judá, están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel. Joás murió y fue sepultado con sus antepasados en Samaria con los reyes de Israel. Y Jeroboán lo sucedió en el trono. Cuando Eliseo cayó enfermo de muerte, Joás, rey de Israel, fue a verlo. Echándose sobre él, lloró y exclamó: —¡Padre mío, padre mío, carro y jinete poderoso de Israel! Eliseo le dijo: —Consigue un arco y varias flechas. Joás así lo hizo. Luego Eliseo dijo: —Empuña el arco. Cuando el rey empuñó el arco, Eliseo puso las manos sobre las del rey y dijo: —Abre la ventana que da hacia el oriente. Joás la abrió, y Eliseo ordenó: —¡Dispara! Así lo hizo. Entonces Eliseo declaró: —¡Flecha victoriosa del SEÑOR! ¡Flecha victoriosa contra Aram! ¡Tú vas a derrotar a los arameos en Afec hasta acabar con ellos! Así que toma las flechas —añadió. El rey las tomó, entonces Eliseo ordenó: —¡Golpea el suelo! Joás golpeó el suelo tres veces y se detuvo. Ante eso, el hombre de Dios se enojó y dijo: —Debiste haber golpeado el suelo cinco o seis veces; entonces habrías derrotado a los arameos hasta acabar con ellos. Pero ahora los derrotarás solo tres veces. Después de esto, Eliseo murió y fue sepultado. Cada año, bandas armadas de moabitas invadían el país. En cierta ocasión, unos israelitas iban a enterrar a un muerto, pero de pronto vieron a esas bandas y echaron el cadáver en la tumba de Eliseo. Cuando el cadáver tocó los huesos de Eliseo, ¡el hombre recobró la vida y se puso de pie! Durante el reinado de Joacaz, Jazael, rey de Aram, oprimió a los israelitas. Sin embargo, el SEÑOR tuvo misericordia de ellos. Por causa del pacto que había hecho con Abraham, Isaac y Jacob, se compadeció de los israelitas y los preservó, y hasta el día de hoy no ha querido destruirlos ni arrojarlos de su presencia. Cuando murió Jazael, rey de Aram, lo sucedió en el trono su hijo Ben Adad. Entonces Joás, hijo de Joacaz, logró rescatar del poder de Ben Adad las ciudades que este le había arrebatado a Joacaz. En tres ocasiones Joás logró derrotarlo, de modo que pudo recuperar las ciudades de Israel.
2 Reyes 13:3-25 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Por eso Dios se enojó y permitió que Hazael, rey de Siria, y su hijo Ben-hadad, vencieran a Israel en varias oportunidades. Hazael destruyó el ejército de Joacaz, y solo le dejó cincuenta jinetes, diez carros de combate y diez mil soldados de infantería. Preocupado por esto, Joacaz oró a Dios, pues Hazael estaba haciendo sufrir mucho a los israelitas. En respuesta a su oración, Dios envió a un hombre que los libró del poder de los sirios, y así volvió a reinar la paz en los hogares israelitas. A pesar de esto, los israelitas no dejaron de cometer los mismos pecados que habían cometido los descendientes de Jeroboam, quien había hecho pecar a Israel. Al contrario, continuaron pecando y no quitaron de Samaria la imagen de la diosa Astarté. Todo lo que hizo Joacaz, y cómo demostró su poder, está escrito en el libro de la historia de los reyes de Israel. Cuando Joacaz murió, lo enterraron en Samaria. Su hijo Joás reinó en su lugar. Joás hijo de Joacaz comenzó a reinar sobre Israel cuando el rey de Judá, que también se llamaba Joás, tenía ya treinta y siete años de gobernar. La capital de su reino fue Samaria, y su reinado duró dieciséis años. Joás desobedeció a Dios, y cometió los mismos pecados que Jeroboam había cometido, con los cuales hizo pecar a los israelitas. Todo lo que hizo Joás, y el poder con que luchó contra Amasías, rey de Judá, está escrito en el libro de la historia de los reyes de Israel. Cuando Joás murió, lo enterraron en Samaria, en la tumba de los reyes de Israel. Su hijo Jeroboam reinó en su lugar. Eliseo se puso tan enfermo que estaba a punto de morir. Joás, rey de Israel, fue a verlo, y lloró por él, diciendo: «¡Mi señor, mi señor! ¡Fuiste más importante para Israel que los carros de combate y los soldados de caballería!» Eliseo le dijo: —Toma un arco y algunas flechas. El rey así lo hizo, y Eliseo le dijo: —Prepara el arco para disparar. Él lo preparó. Entonces Eliseo puso sus manos sobre las de Joás, y le ordenó: —Abre la ventana que da al este. El rey la abrió, y Eliseo le dijo: —¡Dispara! El rey disparó la flecha, y Eliseo exclamó: —¡Esa flecha es una señal de Dios! Él te dará la victoria sobre Siria. Lucharás contra los sirios en Afec, y los vencerás por completo. Después Eliseo le dijo al rey: —Toma las flechas. El rey las tomó, y Eliseo le dijo: —¡Golpea el piso con las flechas! El rey golpeó el piso tres veces y se detuvo. Entonces el profeta se enojó con él y le dijo: —¡Tendrías que haber golpeado el piso cinco o seis veces! Si lo hubieras hecho así, habrías podido vencer a Siria de una vez por todas. Pero ahora solo vas a derrotarla tres veces. Después de esto Eliseo murió, y lo enterraron. Tiempo después, en cierta ocasión, unos israelitas estaban enterrando a un hombre, y de repente fueron atacados por un grupo de bandidos moabitas que todas las primaveras atacaban el país de Israel. Así que, para huir rápidamente, los israelitas arrojaron al muerto en la tumba de Eliseo. En cuanto el cuerpo tocó los huesos de Eliseo, el muerto volvió a vivir y se puso de pie. Hazael, rey de Siria, había hecho sufrir a Israel durante todo el reinado de Joacaz. Pero Dios demostró su amor por los israelitas, y los ayudó, pues había hecho un pacto con Abraham, Isaac y Jacob. Por eso no destruyó a Israel por completo, y hasta el momento en que esto se escribió, Dios siguió protegiendo a los israelitas. Cuando murió Hazael, su hijo Ben-hadad reinó en su lugar. Entonces Joás, rey de Israel, se enfrentó a Ben-hadad en tres batallas, y en todas lo derrotó. Así recuperó las ciudades que Hazael le había quitado en la guerra a Joacaz, su padre.
2 Reyes 13:3-25 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Entonces se encendió el furor del Señor contra Israel, y durante mucho tiempo los entregó en manos del rey Jazael de Siria y de su hijo Ben Adad. Sin embargo, Joacaz oró en presencia del Señor, y el Señor lo escuchó porque vio cómo el rey de Siria afligía a Israel. En efecto, el Señor envió un salvador a Israel, que los libró del poder de los sirios; así los israelitas volvieron a habitar en sus tiendas, como antes. A pesar de eso, no se apartaron de los pecados con que la familia de Jeroboán hizo pecar a Israel, sino que siguieron cometiéndolos, y también la imagen de Asera permaneció en Samaria. Joacaz no contaba ya con más de cincuenta soldados de caballería, diez carros de combate y diez mil soldados de infantería, pues el rey de Siria había desbaratado el ejército y lo había hecho morder el polvo. El resto de los hechos de Joacaz, y todas sus obras y hazañas, se halla registrado en el libro de las crónicas de los reyes de Israel. Cuando Joacaz se reunió con sus antepasados, lo sepultaron en Samaria, y en su lugar reinó su hijo Joás. Joás tenía treinta y siete años de reinar sobre Judá cuando Joás hijo de Joacaz comenzó a reinar sobre Israel, y reinó dieciséis años en Samaria. Pero hizo lo malo a los ojos del Señor. No se apartó de todos los pecados con que Jeroboán hijo de Nabat hizo pecar a Israel, sino que siguió cometiéndolos. Los demás hechos de Joás, y todas sus obras, y su denodada lucha contra el rey Amasías de Judá, se hallan registrados en el libro de las crónicas de los reyes de Israel. Cuando Joás se reunió con sus antepasados, fue sepultado en Samaria con los reyes de Israel. Jeroboán lo sucedió en el trono. Eliseo cayó enfermo, y de esa enfermedad murió. El rey Joás fue a visitarlo, y con lágrimas en los ojos dijo: «¡Padre mío, padre mío! ¡Tú has sido para Israel su caballería y sus carros de combate!» Eliseo le dijo: «Toma un arco y unas flechas.» Joás tomó el arco y las flechas, y entonces Eliseo le dijo: «Rey de Israel, sujeta el arco con tus manos.» Joás así lo hizo. Entonces Eliseo puso sus manos sobre las manos del rey, y dijo: «Ahora abre la ventana que da al oriente.» Cuando Joás la abrió, Eliseo le ordenó: «Ahora, ¡lanza la flecha!» En el momento en que Joás lanzó la flecha, Eliseo exclamó: «Con esta flecha el Señor los salvará de Siria. En Afec herirás de muerte a los sirios, y acabarás con ellos.» Dicho esto, añadió: «Toma las flechas restantes.» En cuanto el rey de Israel las tomó, le dijo: «Ahora golpea el suelo.» El rey golpeó el suelo tres veces, y se detuvo. Entonces el varón de Dios se enojó con él, y le dijo: «Si hubieras golpeado el suelo cinco o seis veces, habrías derrotado a Siria hasta su último hombre. Pero ahora solo derrotarás a Siria tres veces.» Eliseo murió, y lo sepultaron. Ese mismo año, unas bandas de bandoleros moabitas incursionaron en el país. Y sucedió que, mientras se enterraba un cadáver, de pronto apareció una banda de esos bandoleros; entonces los enterradores dejaron caer el cadáver en el sepulcro de Eliseo, y en cuanto el cadáver tocó los huesos de Eliseo, cobró vida y se puso de pie. El rey Jazael de Siria afligió a Israel durante todo el reinado de Joacaz. Pero el Señor vio esto y tuvo misericordia; se compadeció de su pueblo por causa de su pacto con Abrahán, Isaac y Jacob, y no quiso destruirlos ni arrojarlos de su presencia, hasta el día de hoy. A la muerte del rey Jazael de Siria, reinó en su lugar su hijo Ben Adad. Entonces Joás hijo de Joacaz retomó las ciudades que Jazael le había ganado en combate a Joacaz, su padre. Tres veces derrotó Joás a Ben Adad hijo de Jazael, y así recuperó las ciudades para Israel.
2 Reyes 13:3-25 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Por lo tanto se encendió la ira del Señor contra Israel, y por mucho tiempo los entregó en manos de Hazael, rey de Siria, y de Ben-hadad, su hijo. Entonces Joacaz oró al Señor, y el Señor atendió su oración, porque había visto de qué manera el rey de Siria oprimía a los israelitas. Y dio el Señor a Israel un libertador, y así los israelitas se libraron del poder de Siria y volvieron a vivir tranquilos en sus casas, como antes. Sin embargo, no se apartaron de los pecados cometidos por los descendientes de Jeroboam, el cual hizo pecar a Israel, sino que siguieron pecando, y la representación de Aserá siguió estando en Samaria. A Joacaz no le había quedado más ejército que cincuenta soldados de caballería, diez carros de combate y diez mil soldados de infantería, porque el rey de Siria los había destruido y hecho polvo. El resto de la historia de Joacaz y de todo lo que hizo, y de sus hazañas, está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel. Cuando murió, lo enterraron en Samaria. Después reinó en su lugar su hijo Joás. En el año treinta y siete del reinado de Joás, rey de Judá, Joás, hijo de Joacaz, comenzó a reinar en Israel, y reinó en Samaria durante dieciséis años. Pero sus hechos fueron malos a los ojos del Señor, pues no se apartó de todos los pecados con que Jeroboam, hijo de Nabat, hizo pecar a Israel, sino que siguió cometiéndolos. El resto de la historia de Joás y de todo lo que hizo, y de sus hazañas, y de cómo luchó contra Amasías, rey de Judá, está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel. Cuando Joás murió, lo enterraron en Samaria con los reyes de Israel. Después subió al trono Jeroboam. Eliseo estaba enfermo de muerte, y Joás, rey de Israel, fue a verlo, y lloró y lo abrazó, diciendo: —¡Padre mío, padre mío, que has sido para Israel como un poderoso ejército! Eliseo le dijo: —Toma un arco y algunas flechas. El rey tomó un arco y unas flechas. Entonces Eliseo le dijo: —Prepárate a disparar una flecha. Mientras el rey hacía esto, Eliseo puso sus manos sobre las del rey y le dijo: —Abre la ventana que da al oriente. El rey la abrió, y Eliseo le ordenó: —Ahora, ¡dispara! Y el rey disparó la flecha. Entonces Eliseo exclamó: —¡Flecha salvadora del Señor! ¡Flecha salvadora contra Siria! ¡Tú vas a derrotar a los sirios en Afec, y acabarás con ellos! Después le dijo al rey: —Toma las flechas. Al tomarlas el rey, Eliseo le ordenó: —Ahora golpea el suelo. El rey golpeó el suelo tres veces, y se detuvo. Entonces el profeta se enojó con él y le dijo: —Si hubieras golpeado el suelo cinco o seis veces, habrías podido derrotar a los sirios hasta acabar con ellos; pero ahora los derrotarás solo tres veces. Eliseo murió, y lo enterraron. Y como año tras año bandas de ladrones moabitas invadían el país, en cierta ocasión en que unos israelitas estaban enterrando a un hombre, al ver que una de esas bandas venía, arrojaron al muerto dentro de la tumba de Eliseo y se fueron. Pero tan pronto el muerto rozó los restos de Eliseo, resucitó y se puso de pie. Hazael, rey de Siria, oprimió a Israel mientras Joacaz vivió. Pero el Señor tuvo misericordia y compasión de ellos, y por causa de su alianza con Abraham, Isaac y Jacob, puso su atención en ellos y no quiso destruirlos ni arrojarlos de su presencia. Y hasta ahora no lo ha hecho. Cuando Hazael, rey de Siria, murió, reinó en su lugar su hijo Ben-hadad. Entonces Joás, hijo de Joacaz, rescató del poder de Ben-hadad las ciudades que este le había quitado en la guerra a Joacaz, su padre. Y derrotó Joás a Ben-hadad tres veces, y recuperó las ciudades de Israel.
2 Reyes 13:3-25 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Y se encendió el furor de Jehová contra Israel, y los entregó en mano de Hazael rey de Siria, y en mano de Ben-adad hijo de Hazael, por largo tiempo. Mas Joacaz oró en presencia de Jehová, y Jehová lo oyó; porque miró la aflicción de Israel, pues el rey de Siria los afligía. (Y dio Jehová salvador a Israel, y salieron del poder de los sirios; y habitaron los hijos de Israel en sus tiendas, como antes. Con todo eso, no se apartaron de los pecados de la casa de Jeroboam, el que hizo pecar a Israel; en ellos anduvieron; y también la imagen de Asera permaneció en Samaria.) Porque no le había quedado gente a Joacaz, sino cincuenta hombres de a caballo, diez carros, y diez mil hombres de a pie; pues el rey de Siria los había destruido, y los había puesto como el polvo para hollar. El resto de los hechos de Joacaz, y todo lo que hizo, y sus valentías, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel? Y durmió Joacaz con sus padres, y lo sepultaron en Samaria, y reinó en su lugar Joás su hijo. El año treinta y siete de Joás rey de Judá, comenzó a reinar Joás hijo de Joacaz sobre Israel en Samaria; y reinó dieciséis años. E hizo lo malo ante los ojos de Jehová; no se apartó de todos los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo pecar a Israel; en ellos anduvo. Los demás hechos de Joás, y todo lo que hizo, y el esfuerzo con que guerreó contra Amasías rey de Judá, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel? Y durmió Joás con sus padres, y se sentó Jeroboam sobre su trono; y Joás fue sepultado en Samaria con los reyes de Israel. Estaba Eliseo enfermo de la enfermedad de que murió. Y descendió a él Joás rey de Israel, y llorando delante de él, dijo: ¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de a caballo! Y le dijo Eliseo: Toma un arco y unas saetas. Tomó él entonces un arco y unas saetas. Luego dijo Eliseo al rey de Israel: Pon tu mano sobre el arco. Y puso él su mano sobre el arco. Entonces puso Eliseo sus manos sobre las manos del rey, y dijo: Abre la ventana que da al oriente. Y cuando él la abrió, dijo Eliseo: Tira. Y tirando él, dijo Eliseo: Saeta de salvación de Jehová, y saeta de salvación contra Siria; porque herirás a los sirios en Afec hasta consumirlos. Y le volvió a decir: Toma las saetas. Y luego que el rey de Israel las hubo tomado, le dijo: Golpea la tierra. Y él la golpeó tres veces, y se detuvo. Entonces el varón de Dios, enojado contra él, le dijo: Al dar cinco o seis golpes, hubieras derrotado a Siria hasta no quedar ninguno; pero ahora solo tres veces derrotarás a Siria. Y murió Eliseo, y lo sepultaron. Entrado el año, vinieron bandas armadas de moabitas a la tierra. Y aconteció que al sepultar unos a un hombre, súbitamente vieron una banda armada, y arrojaron el cadáver en el sepulcro de Eliseo; y cuando llegó a tocar el muerto los huesos de Eliseo, revivió, y se levantó sobre sus pies. Hazael, pues, rey de Siria, afligió a Israel todo el tiempo de Joacaz. Mas Jehová tuvo misericordia de ellos, y se compadeció de ellos y los miró, a causa de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob; y no quiso destruirlos ni echarlos de delante de su presencia hasta hoy. Y murió Hazael rey de Siria, y reinó en su lugar Ben-adad su hijo. Y volvió Joás hijo de Joacaz y tomó de mano de Ben-adad hijo de Hazael las ciudades que este había tomado en guerra de mano de Joacaz su padre. Tres veces lo derrotó Joás, y restituyó las ciudades a Israel.
2 Reyes 13:3-25 La Biblia de las Américas (LBLA)
Y se encendió la ira del SEÑOR contra Israel, y los entregó día tras día en mano de Hazael, rey de Aram, y en mano de Ben-adad, hijo de Hazael. Entonces Joacaz imploró el favor del SEÑOR, y el SEÑOR lo oyó; porque Él vio la opresión de Israel, de cómo el rey de Aram los oprimía. Y el SEÑOR dio a Israel un libertador, y escaparon del poder de los arameos; y habitaron los hijos de Israel en sus tiendas como antes. Con todo, no se apartaron de los pecados con que la casa de Jeroboam hizo pecar a Israel, sino que anduvieron en ellos; y también la Asera permaneció en pie en Samaria. Pues a Joacaz no le había quedado del ejército más que cincuenta hombres de a caballo, diez carros y diez mil hombres de a pie, porque el rey de Aram los había destruido y los había hecho como polvo de trilla. Los demás hechos de Joacaz y todo lo que hizo y su poder, ¿no están escritos en el libro de las Crónicas de los reyes de Israel? Y durmió Joacaz con sus padres y lo sepultaron en Samaria, y su hijo Jeoás reinó en su lugar. En el año treinta y siete de Joás, rey de Judá, Jeoás, hijo de Joacaz, comenzó a reinar sobre Israel en Samaria, y reinó dieciséis años. E hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR; no se apartó de todos los pecados con que Jeroboam, hijo de Nabat, hizo pecar a Israel, sino que anduvo en ellos. Los demás hechos de Jeoás, y todo lo que hizo, y el poder con que peleó contra Amasías, rey de Judá, ¿no están escritos en el libro de las Crónicas de los reyes de Israel? Y durmió Jeoás con sus padres, y Jeroboam se sentó en su trono; y Jeoás fue sepultado en Samaria con los reyes de Israel. Cuando Eliseo se enfermó con la enfermedad de la cual había de morir, Jeoás, rey de Israel, descendió a él y lloró sobre su rostro, y dijo: ¡Padre mío, padre mío, los carros de Israel y sus hombres de a caballo! Y Eliseo le dijo: Toma un arco y flechas. Y él tomó un arco y flechas. Entonces dijo al rey de Israel: Pon tu mano en el arco. Y él puso su mano sobre el arco; entonces Eliseo colocó sus manos sobre las manos del rey. Y dijo: Abre la ventana hacia el oriente, y él la abrió. Entonces Eliseo dijo: Tira. Y él tiró. Y Eliseo dijo: Flecha de victoria del SEÑOR, y flecha de victoria sobre Aram, porque derrotarás a los arameos en Afec hasta exterminarlos. Entonces añadió: Toma las flechas; y él las tomó. Y dijo al rey de Israel: Golpea la tierra; y él la golpeó tres veces y se detuvo. Y el hombre de Dios se enojó con él, y dijo: Deberías haber golpeado cinco o seis veces, entonces hubieras herido a Aram hasta exterminarlo. Pero ahora herirás a Aram solo tres veces. Y murió Eliseo y lo sepultaron. Y las bandas de los moabitas solían invadir la tierra en la primavera de cada año. Y cuando estaban sepultando a un hombre, he aquí, vieron una banda de merodeadores y arrojaron al hombre en la tumba de Eliseo. Y cuando el hombre cayó y tocó los huesos de Eliseo, revivió, y se puso en pie. Y Hazael, rey de Aram, había oprimido a Israel todos los días de Joacaz. Pero el SEÑOR tuvo piedad de ellos, y les tuvo compasión y se volvió a ellos a causa de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob, y no quiso destruirlos ni echarlos de su presencia hasta hoy. Al morir Hazael, rey de Aram, su hijo Ben-adad reinó en su lugar. Entonces Jeoás, hijo de Joacaz, recobró de nuevo de mano de Ben-adad, hijo de Hazael, las ciudades que este había tomado en guerra de mano de su padre Joacaz. Tres veces Jeoás lo derrotó y recobró las ciudades de Israel.
2 Reyes 13:3-25 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Por eso el SEÑOR estaba muy enojado con los israelitas y permitió que el rey Hazael de Aram y su hijo Ben-adad los derrotaran en repetidas ocasiones. Entonces Joacaz pidió en oración la ayuda del SEÑOR, y el SEÑOR oyó su oración, pues veía la cruel opresión que el rey de Aram ejercía sobre Israel. Así que el SEÑOR envió a un hombre para rescatar a los israelitas de la tiranía de los arameos. Después Israel vivió a salvo otra vez como en tiempos anteriores. Sin embargo, los israelitas siguieron pecando, siguiendo el mal ejemplo de Jeroboam. También dejaron en pie el poste dedicado a la diosa Asera en Samaria. Finalmente, el ejército de Joacaz quedó reducido a cincuenta conductores de carros de guerra, diez carros de guerra y diez mil soldados de infantería. El rey de Aram había matado a los demás, pisoteándolos como al polvo debajo de sus pies. Los demás acontecimientos del reinado de Joacaz —todo lo que hizo y el alcance de su poder— están registrados en El libro de la historia de los reyes de Israel. Cuando Joacaz murió, lo enterraron en Samaria. Luego su hijo Yoás lo sucedió en el trono. Yoás, hijo de Joacaz, comenzó a gobernar Israel durante el año treinta y siete del reinado de Joás en Judá, y reinó en Samaria dieciséis años. Él hizo lo malo a los ojos del SEÑOR. Se negó a apartarse de los pecados que Jeroboam, hijo de Nabat, hizo cometer a Israel. Los demás acontecimientos del reinado de Yoás y todo lo que hizo, incluso el alcance de su poder y su guerra contra el rey Amasías de Judá, están registrados en El libro de la historia de los reyes de Israel. Cuando Yoás murió, lo enterraron en Samaria con los reyes de Israel. Luego su hijo Jeroboam II lo sucedió en el trono. Cuando Eliseo cayó enfermo de muerte, el rey Yoás de Israel fue a visitarlo y lloró sobre él diciendo: —¡Padre mío! ¡Padre mío! ¡Veo los carros de Israel con sus conductores! Eliseo le dijo: —Consigue un arco y algunas flechas. Y el rey hizo lo que se le indicó. Luego Eliseo le dijo: —Pon tu mano sobre el arco. Eliseo puso sus dos manos sobre las manos del rey. Luego le ordenó: —Abre la ventana que da al oriente. Él la abrió, y Eliseo le dijo: —¡Dispara! Así que el rey disparó una flecha y Eliseo proclamó: —Esta es la flecha del SEÑOR, una flecha de victoria sobre Aram, porque tú conquistarás por completo a los arameos en Afec. Luego Eliseo dijo: —Ahora levanta las demás flechas y golpéalas contra el piso. Entonces el rey las tomó y golpeó el piso tres veces; pero el hombre de Dios se enojó con él y exclamó: —¡Tendrías que haber golpeado el piso cinco o seis veces! Así habrías vencido a Aram hasta destruirlo por completo. Ahora saldrás vencedor solamente tres veces. Después Eliseo murió y fue enterrado. Unos grupos de saqueadores moabitas solían invadir el país cada primavera. Cierta vez, mientras unos israelitas enterraban a un hombre, divisaron a una banda de esos saqueadores. Entonces en el apuro arrojaron el cuerpo en la tumba de Eliseo y huyeron; pero en cuanto el cuerpo tocó los huesos de Eliseo, ¡el muerto resucitó y de un salto se puso de pie! El rey Hazael de Aram había oprimido a Israel durante todo el reinado de Joacaz, pero el SEÑOR tuvo bondad y misericordia de los israelitas y no los destruyó por completo. Tuvo compasión de ellos por el pacto que había hecho con Abraham, Isaac y Jacob; y hasta el día de hoy no los ha destruido por completo ni los ha expulsado de su presencia. El rey Hazael de Aram murió y su hijo Ben-adad lo sucedió en el trono. Entonces Yoás, hijo de Joacaz, recuperó de manos de Ben-adad, hijo de Hazael, las ciudades que le habían quitado a Joacaz, su padre. Yoás venció a Ben-adad en tres oportunidades y así recuperó las ciudades israelitas.