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2 Reyes 11:11-21

2 Reyes 11:11-21 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)

Y los de la guardia se pusieron en fila, teniendo cada uno sus armas en sus manos, desde el lado derecho de la casa hasta el lado izquierdo, junto al altar y el templo, en derredor del rey. Sacando luego Joiada al hijo del rey, le puso la corona y el testimonio, y le hicieron rey ungiéndole; y batiendo las manos dijeron: ¡Viva el rey! Oyendo Atalía el estruendo del pueblo que corría, entró al pueblo en el templo de Jehová. Y cuando miró, he aquí que el rey estaba junto a la columna, conforme a la costumbre, y los príncipes y los trompeteros junto al rey; y todo el pueblo del país se regocijaba, y tocaban las trompetas. Entonces Atalía, rasgando sus vestidos, clamó a voz en cuello: ¡Traición, traición! Mas el sacerdote Joiada mandó a los jefes de centenas que gobernaban el ejército, y les dijo: Sacadla fuera del recinto del templo, y al que la siguiere, matadlo a espada. (Porque el sacerdote dijo que no la matasen en el templo de Jehová.) Le abrieron, pues, paso; y en el camino por donde entran los de a caballo a la casa del rey, allí la mataron. Entonces Joiada hizo pacto entre Jehová y el rey y el pueblo, que serían pueblo de Jehová; y asimismo entre el rey y el pueblo. Y todo el pueblo de la tierra entró en el templo de Baal, y lo derribaron; asimismo despedazaron enteramente sus altares y sus imágenes, y mataron a Matán sacerdote de Baal delante de los altares. Y el sacerdote puso guarnición sobre la casa de Jehová. Después tomó a los jefes de centenas, los capitanes, la guardia y todo el pueblo de la tierra, y llevaron al rey desde la casa de Jehová, y vinieron por el camino de la puerta de la guardia a la casa del rey; y se sentó el rey en el trono de los reyes. Y todo el pueblo de la tierra se regocijó, y la ciudad estuvo en reposo, habiendo sido Atalía muerta a espada junto a la casa del rey. Era Joás de siete años cuando comenzó a reinar.

2 Reyes 11:11-21 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)

Arma en mano, los guardias tomaron sus puestos alrededor del rey, cerca del altar y desde el lado sur hasta el lado norte del Templo. Entonces Joyadá sacó al hijo del rey, le puso la corona y le entregó una copia del pacto. Luego lo ungieron, y todos aplaudieron, gritando: «¡Viva el rey!». Cuando Atalía oyó la gritería de los guardias y de la tropa, fue al Templo del SEÑOR, donde estaba la gente. Al ver que el rey estaba de pie junto a la columna, como era la costumbre, y que los oficiales y músicos estaban a su lado, y que todo el pueblo se alegraba al son de las trompetas, Atalía se rasgó las vestiduras y gritó: «¡Traición! ¡Traición!». Entonces el sacerdote Joyadá, como no quería que la mataran en el Templo del SEÑOR, dio órdenes a los comandantes que estaban al mando de las fuerzas. Les dijo: «¡Sáquenla de entre las filas! Y, si alguien se pone de su lado, ¡mátenlo a filo de espada!». Así que la apresaron y la llevaron al palacio por la puerta de la caballería; allí la mataron. Luego Joyadá hizo un pacto entre el SEÑOR, el rey y la gente para que fueran el pueblo del SEÑOR; también hizo un pacto entre el rey y el pueblo. Entonces todo el pueblo fue al templo de Baal y lo derribó. Destruyeron los altares y las imágenes, y frente a los altares degollaron a Matán, sacerdote de Baal. El sacerdote Joyadá apostó guardias en el Templo del SEÑOR y, acompañado de los comandantes y de los quereteos, los guardias y todo el pueblo, llevó al rey desde el Templo del SEÑOR hasta el palacio real. Entraron juntos por la puerta del cuartel y Joás se sentó en el trono real. Todo el pueblo estaba alegre y la ciudad, tranquila, pues habían matado a Atalía a filo de espada en el palacio. Joás tenía siete años cuando comenzó a reinar.

2 Reyes 11:11-21 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

Los guardias, con sus armas en la mano, rodearon el altar y el templo desde la parte sur hasta la parte norte, y así protegieron al rey. Entonces Joiadá sacó a Joás, le puso la corona y le dio un documento con instrucciones para gobernar. Después le derramó aceite en la cabeza y así lo nombró rey. Todos aplaudieron y gritaron: «¡Viva el rey!» Cuando Atalía escuchó el alboroto que hacían los guardias y la gente, fue al templo. Allí vio a Joás de pie, al lado de la columna del templo, como era la costumbre al nombrarse un rey. Junto a él estaban los capitanes y los músicos; la gente, llena de alegría, tocaba las trompetas. Entonces Atalía rompió su ropa y gritó: «¡Traición! ¡Traición!» El sacerdote Joiadá les ordenó a los capitanes del ejército: «¡No la maten en el templo, mátenla afuera, y también a cualquiera que la defienda!» Así que la tomaron presa, la sacaron por la puerta del establo, la llevaron al palacio y allí la mataron. Después Joiadá les pidió al rey y al pueblo apoyarse mutuamente. También les pidió que se mantuvieran fieles a Dios. Después todos fueron al templo de Baal y lo derribaron, y destruyeron los altares y los ídolos. En cuanto al sacerdote de Baal, que se llamaba Matán, le cortaron la cabeza frente a los altares. Joiadá dejó una guardia vigilando el templo de Dios, y luego reunió al resto de los soldados y a toda la gente. Entre todos ellos llevaron al rey desde el templo hasta el palacio, entrando por el portón de la guardia. El rey Joás se sentó en el trono, y todo el pueblo hizo fiesta. Después de la muerte de Atalía, la ciudad vivió tranquila. 21 (12.1) Joás comenzó a reinar en Judá a los siete años de edad

2 Reyes 11:11-21 Reina Valera Contemporánea (RVC)

Los de la guardia se formaron, desde el lado derecho hasta el lado izquierdo del templo, y junto al altar y el templo, y en derredor del rey. Cada uno tenía en sus manos sus armas. Luego Joyadá sacó al hijo del rey, le puso la corona y el testimonio, lo ungieron y lo proclamaron rey. Aplaudían y gritaban: «¡Viva el rey!» Cuando Atalía oyó el bullicio de la gente que corría, entró al templo del Señor y se hizo presente. Cuando vio que el rey estaba junto a la columna, como era la costumbre, y que los príncipes y los trompeteros estaban junto al rey, y que todo el pueblo del país se regocijaba y tocaba las trompetas, se rasgó las vestiduras y a voz en cuello gritó: «¡Traición, traición!» Pero el sacerdote Joyadá dio órdenes a los jefes de centenas que gobernaban el ejército, y les dijo: «¡Échenla fuera del recinto del templo! A quien la siga, ¡mátenlo a filo de espada!» Y es que el sacerdote había ordenado que no la mataran en el templo del Señor. Por eso le abrieron paso, y la mataron en el camino por donde la gente de a caballo entra al palacio del rey. El sacerdote Joyadá hizo un pacto entre el Señor, por una parte, y entre el rey y el pueblo, por la otra, y juraron que serían el pueblo del Señor. También se hizo un pacto entre el rey y el pueblo. Y toda la gente del país entró en el templo de Baal, y lo derribaron; también destruyeron del todo sus altares y sus imágenes, y delante de los altares mataron a Matán, que era sacerdote de Baal. Luego, el sacerdote apostó una guarnición en el templo del Señor. Después tomó a los jefes de centenas, a los capitanes y a la guardia, y a todo el pueblo del país, y llevaron al rey desde el templo del Señor, siguiendo el camino que va de la puerta de la guardia al palacio del rey, y el rey se sentó en el trono real. Y todo el pueblo del país se regocijó, y la ciudad se quedó tranquila, pues Atalía había muerto a filo de espada junto al palacio del rey. Joás tenía siete años cuando comenzó a reinar.

2 Reyes 11:11-21 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)

Los guardias tomaron sus puestos, desde el ala derecha hasta el ala izquierda del templo, y alrededor del altar, cada cual con su arma en la mano para proteger al rey. Entonces Joiadá sacó al hijo del rey, le puso la corona y las insignias reales, y después de derramar aceite sobre él lo proclamó rey. Luego todos aplaudieron y gritaron: «¡Viva el rey!» Cuando Atalía oyó las aclamaciones de los guardias y de la gente, fue al templo del Señor, donde estaban todos. Vio allí al rey, de pie junto a la columna, según era la costumbre. A su lado estaban los jefes y la banda de música, y la gente muy alegre y tocando trompetas. Entonces Atalía rasgó sus vestidos, y gritó: —¡Traición! ¡Traición! Pero el sacerdote Joiadá ordenó a los capitanes que estaban al mando del ejército: —¡Sáquenla de entre las filas, y pasen a cuchillo al que la siga! Como el sacerdote había ordenado que no la mataran en el templo del Señor, la apresaron y la sacaron por la entrada de la caballería al palacio real, y allí la mataron. Después Joiadá hizo una alianza entre el Señor, el rey y el pueblo, de que ellos serían el pueblo del Señor, y también entre el rey y el pueblo. Luego fueron todos al templo de Baal y lo derribaron, destrozando por completo sus altares y sus ídolos. En cuanto a Matán, el sacerdote de Baal, lo degollaron ante los altares. A continuación, el sacerdote puso una guardia en el templo del Señor; luego tomó a los capitanes, a los quereteos, a los guardias y a toda la gente, y juntos acompañaron al rey desde el templo del Señor hasta el palacio real, entrando por la puerta de la guardia. Joás se sentó en el trono, y todo el pueblo se alegró. Y como Atalía había muerto a filo de espada en el palacio real, la ciudad quedó tranquila. 21 (12.1) Joás tenía siete años cuando comenzó a reinar

2 Reyes 11:11-21 La Biblia de las Américas (LBLA)

Y los guardias se colocaron cada uno con sus armas en la mano, desde el lado derecho de la casa hasta el lado izquierdo de la misma, junto al altar y junto a la casa, alrededor del rey. Entonces Joiada sacó al hijo del rey y le puso la corona, y le dio el libro del testimonio; hicieron rey a Joás y lo ungieron, y batiendo palmas, gritaron: ¡Viva el rey! Al oír Atalía el ruido de la guardia y del pueblo, se llegó al pueblo en la casa del SEÑOR, y miró, y he aquí el rey estaba de pie junto a la columna, según la costumbre, y los capitanes y los trompetas estaban al lado del rey; y todo el pueblo del país se regocijaba y tocaba trompetas. Entonces Atalía rasgó sus vestidos, y gritó: ¡Traición, traición! Pero el sacerdote Joiada dio orden a los capitanes de centenas que estaban al mando del ejército, y les dijo: Sacadla de entre las filas, y al que la siga, matadlo a espada. Porque el sacerdote había dicho: No la matéis en la casa del SEÑOR. Y le echaron mano; y cuando ella llegó a la entrada de los caballos de la casa del rey, allí la mataron. Entonces Joiada hizo un pacto entre el SEÑOR y el rey y el pueblo, de que ellos serían el pueblo del SEÑOR; asimismo entre el rey y el pueblo. Y todo el pueblo del país fue a la casa de Baal y la derribaron, destruyeron completamente sus altares y sus imágenes y mataron delante de los altares a Matán, sacerdote de Baal. Y el sacerdote nombró oficiales sobre la casa del SEÑOR. Y tomó a los capitanes de centenas, a los cariteos, a los guardias y a todo el pueblo del país, e hicieron descender al rey de la casa del SEÑOR, y vinieron por el camino de la puerta de los guardias a la casa del rey. Y él se sentó en el trono de los reyes. Y todo el pueblo del país se regocijó, y la ciudad quedó tranquila, porque Atalía había sido muerta a espada en la casa del rey. Joás tenía siete años cuando comenzó a reinar.

2 Reyes 11:11-21 Nueva Traducción Viviente (NTV)

Los guardias del palacio se ubicaron alrededor del rey, con sus armas listas. Formaron una hilera desde el lado sur del templo hasta el lado norte y alrededor del altar. Entonces Joiada sacó a Joás, el hijo del rey, puso la corona sobre su cabeza y le entregó una copia de las leyes de Dios. Lo ungieron y lo proclamaron rey, y todos aplaudieron y gritaron: «¡Viva el rey!». Cuando Atalía oyó el ruido que hacían los guardias del palacio y la gente, fue de prisa al templo del SEÑOR para ver qué pasaba. Cuando llegó, vio al recién coronado rey de pie en el lugar de autoridad, junto a la columna, como era la costumbre durante las coronaciones. Los comandantes y los trompetistas lo rodeaban, y gente de todo el reino celebraba y tocaba las trompetas. Cuando Atalía vio todo esto, rasgó su ropa en señal de desesperación y gritó: «¡Traición! ¡Traición!». Después el sacerdote Joiada ordenó a los comandantes que estaban a cargo de las tropas: «Llévensela a los soldados que están de guardia frente al templo, y maten a cualquiera que intente rescatarla». Pues el sacerdote había dicho: «No deben matarla dentro del templo del SEÑOR». Por eso la agarraron y la llevaron a la puerta por donde los caballos entraban al predio del palacio, y allí la mataron. Luego Joiada hizo un pacto entre el SEÑOR y el rey y el pueblo, de que serían el pueblo del SEÑOR. También hizo un pacto entre el rey y el pueblo. Así que toda la gente fue al templo de Baal y entre todos lo destruyeron; demolieron los altares, hicieron pedazos los ídolos y mataron a Matán, el sacerdote de Baal, frente a los altares. El sacerdote Joiada puso guardias en el templo del SEÑOR. Después los comandantes, los mercenarios cariteos, los guardias del palacio y toda la gente del reino escoltaron al rey desde el templo del SEÑOR; pasaron por la puerta de la guardia y entraron al palacio, y el rey se sentó en el trono real. Toda la gente del reino se alegró, y la ciudad estaba tranquila porque Atalía había sido ejecutada en el palacio del rey. Joás tenía siete años cuando subió al trono.