1 Timoteo 2:5-12
1 Timoteo 2:5-12 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, que es Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo. Para esto fui constituido predicador y apóstol (digo la verdad en Cristo, no miento), y maestro de los no judíos en la fe y la verdad. Por tanto, quiero que los hombres oren en todas partes, y levanten manos santas, sin ira ni contienda. Quiero también que las mujeres se vistan con ropa decorosa, con pudor y modestia, y no con peinados ostentosos, ni con oro, ni perlas, ni vestidos costosos, sino con buenas obras, como corresponde a las mujeres que profesan la piedad. Que la mujer aprenda en silencio y con toda sujeción, pues no permito que la mujer enseñe ni ejerza dominio sobre el hombre, sino que guarde silencio.
1 Timoteo 2:5-12 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo. Para esto yo fui constituido predicador y apóstol (digo verdad en Cristo, no miento), y maestro de los gentiles en fe y verdad. Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda. Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad. La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio.
1 Timoteo 2:5-12 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, quien dio su vida como rescate por todos. Este testimonio Dios lo ha dado a su debido tiempo, y para proclamarlo me nombró heraldo y apóstol. Digo la verdad y no miento: Dios me hizo maestro de los no judíos para enseñarles la verdadera fe. Quiero, pues, que en todas partes los hombres oren, levantando las manos al cielo con santidad, sin enojos ni contiendas. En cuanto a las mujeres, quiero que ellas se vistan decorosamente, con modestia y recato, sin peinados ostentosos, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos. Que se adornen más bien con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan servir a Dios. La mujer debe aprender con serenidad, con toda sumisión. No permito que la mujer enseñe al hombre y ejerza autoridad sobre él; debe mantenerse ecuánime.
1 Timoteo 2:5-12 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Solo hay un Dios, y solo hay uno que puede ponernos en paz con Dios: Jesucristo, el hombre. Jesús dio su propia vida para salvar a todo el mundo. En el momento oportuno, Dios nos demostró que quiere salvar a todos. Dios me envió a dar esta buena noticia a los que no son judíos. Debo enseñarles la verdad y lo que significa confiar en Dios. ¡Les aseguro que no estoy mintiendo, sino que digo la verdad! Deseo que en todas partes los varones dejen de discutir y de enojarse, y que en vez de eso sean buenos cristianos y oren. También deseo que las mujeres se vistan con sencillez, decencia y modestia. Que no usen peinados exagerados, ni joyas de oro o adornos de perlas ni ropa muy cara. Más bien, que se preocupen por hacer lo bueno, como se espera de las mujeres que aman y respetan a Dios. Quiero que las mujeres aprendan en silencio lo que se les enseñe, y que sean obedientes. Y no permito que las mujeres enseñen en las reuniones de la iglesia, ni que les den órdenes a los hombres.
1 Timoteo 2:5-12 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Porque no hay más que un Dios, y un solo hombre que sea el mediador entre Dios y los hombres: Cristo Jesús. Porque él se entregó a la muerte como rescate por la salvación de todos y como testimonio dado por él a su debido tiempo. Para anunciar esto, yo he sido nombrado mensajero y apóstol, y se me ha encargado que enseñe acerca de la fe y de la verdad a los que no son judíos. Lo que digo es cierto; no miento. Así pues, quiero que los hombres oren en todas partes, y que eleven sus manos a Dios con pureza de corazón y sin enojos ni discusiones. Y quiero que las mujeres se vistan decentemente, que se adornen con modestia y sencillez, no con peinados exagerados, ni con oro, perlas o vestidos costosos. Que su adorno sean las buenas obras, como corresponde a las mujeres que quieren honrar a Dios. La mujer debe escuchar la instrucción en silencio, con toda sumisión; y no permito que la mujer enseñe en público ni domine al hombre. Quiero que permanezca callada
1 Timoteo 2:5-12 La Biblia de las Américas (LBLA)
Porque hay un solo Dios, y también un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús hombre, quien se dio a sí mismo en rescate por todos, testimonio dado a su debido tiempo. Y para esto yo fui constituido predicador y apóstol (digo la verdad en Cristo, no miento) como maestro de los gentiles en fe y verdad. Por consiguiente, quiero que en todo lugar los hombres oren levantando manos santas, sin ira ni discusiones. Asimismo, que las mujeres se vistan con ropa decorosa, con pudor y modestia, no con peinado ostentoso, no con oro, o perlas, o vestidos costosos; sino con buenas obras, como corresponde a las mujeres que profesan la piedad. Que la mujer aprenda calladamente, con toda obediencia. Yo no permito que la mujer enseñe ni que ejerza autoridad sobre el hombre, sino que permanezca callada.
1 Timoteo 2:5-12 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Pues, Hay un Dios y un Mediador que puede reconciliar a la humanidad con Dios, y es el hombre Cristo Jesús. Él dio su vida para comprarles la libertad a todos. Este es el mensaje que Dios le dio al mundo justo en el momento preciso. Y yo fui elegido como predicador y apóstol para enseñarles a los gentiles este mensaje acerca de la fe y la verdad. No estoy exagerando, solo digo la verdad. Deseo que en cada lugar de adoración los hombres oren con manos santas, levantadas a Dios, y libres de enojo y controversia. Y quiero que las mujeres se vistan de una manera modesta. Deberían llevar ropa decente y apropiada y no llamar la atención con la manera en que se arreglan el cabello ni con accesorios de oro ni con perlas ni ropa costosa. Pues las mujeres que pretenden ser dedicadas a Dios deberían hacerse atractivas por las cosas buenas que hacen. Las mujeres deben aprender en silencio y sumisión. Yo no les permito a las mujeres que les enseñen a los hombres ni que tengan autoridad sobre ellos, sino que escuchen en silencio.