1 Tesalonicenses 2:3-4
1 Tesalonicenses 2:3-4 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Nuestra exhortación no se origina en el error ni en malas intenciones; tampoco procura engañar a nadie. Al contrario, hablamos como hombres a quienes Dios aprobó y les confió el evangelio: no tratamos de agradar a la gente, sino a Dios que examina nuestro corazón.
1 Tesalonicenses 2:3-4 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Y cuando la anunciamos, dijimos siempre la verdad: nuestras intenciones eran buenas y no tratamos de engañar a nadie. Al contrario, Dios nos aprobó y nos encargó anunciar la buena noticia, y eso es lo que hacemos. No tratamos de agradar a nadie, sino solo a Dios, pues él examina todo lo que sentimos y pensamos.
1 Tesalonicenses 2:3-4 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Porque nuestra exhortación no se basa en el error ni en malas intenciones, ni tampoco tratamos de engañar a nadie, sino que hablamos porque Dios nos aprobó y nos confió el evangelio. No buscamos agradar a los hombres, sino a Dios, que es quien examina nuestro corazón.
1 Tesalonicenses 2:3-4 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Porque no estábamos equivocados en lo que predicábamos, ni tampoco hablábamos con malas intenciones ni con el propósito de engañar a nadie. Al contrario, Dios nos aprobó y nos encargó el evangelio, y así es como hablamos. No tratamos de agradar a la gente, sino a Dios, que examina nuestros corazones.
1 Tesalonicenses 2:3-4 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Porque nuestra exhortación no procedió de error ni de impureza, ni fue por engaño, sino que según fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el evangelio, así hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones.
1 Tesalonicenses 2:3-4 La Biblia de las Américas (LBLA)
Pues nuestra exhortación no procede de error ni de impureza ni es con engaño; sino que así como hemos sido aprobados por Dios para que se nos confiara el evangelio, así hablamos, no como agradando a los hombres, sino a Dios que examina nuestros corazones.
1 Tesalonicenses 2:3-4 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Como ven, no predicamos con engaño ni con intenciones impuras o artimañas. Pues hablamos como mensajeros aprobados por Dios, a quienes se les confió la Buena Noticia. Nuestro propósito es agradar a Dios, no a las personas. Solamente él examina las intenciones de nuestro corazón.