1 Reyes 13:18-25
1 Reyes 13:18-25 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Pero el anciano insistió: —Yo también soy profeta, lo mismo que tú, y un ángel de parte del Señor me ha ordenado que te lleve a mi casa y te dé de comer y de beber. Y aunque el anciano le mentía, el profeta de Judá se fue con él y comió y bebió en su casa. Y estando ellos sentados a la mesa, el Señor habló al profeta anciano que había hecho volver al profeta de Judá, y en voz alta dijo el anciano a este: —El Señor ha dicho que por haber tú desobedecido las órdenes que te dio, pues te volviste para comer y beber donde el Señor te ordenó que no lo hicieras, no reposará tu cuerpo en el sepulcro de tus antepasados. Cuando el profeta de Judá acabó de comer y beber, el profeta anciano le aparejó el asno, y el profeta de Judá se fue. Pero en el camino le salió al encuentro un león y lo mató, y su cuerpo quedó tirado en el camino. El asno y el león, sin embargo, se quedaron junto al cadáver. En eso pasaron unos hombres y vieron el cadáver tirado en el camino, y que el león estaba todavía junto a él. Y cuando llegaron a la ciudad donde vivía el profeta anciano, contaron lo que habían visto.
1 Reyes 13:18-25 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
El anciano respondió: —También yo soy profeta, como tú. Y un ángel, obedeciendo la palabra del SEÑOR, me dijo: “Llévalo a tu casa para que coma pan y beba agua”. Así lo engañó y el hombre de Dios volvió con él, y comió y bebió en su casa. Mientras estaban sentados a la mesa, la palabra del SEÑOR vino al profeta que lo había hecho volver. Entonces el profeta anunció al hombre de Dios que había llegado de Judá: —Así dice el SEÑOR: “Has desafiado la palabra del SEÑOR y no has cumplido la orden que el SEÑOR tu Dios te dio. Has vuelto para comer pan y beber agua en el lugar donde él te dijo que no lo hicieras. Por lo tanto, no será sepultado tu cuerpo en la tumba de tus antepasados”. Cuando el hombre de Dios terminó de comer y beber, el profeta que lo había hecho volver le aparejó un asno y el hombre de Dios se puso en camino. Pero un león le salió al paso y lo mató, dejándolo tendido en el camino. Sin embargo, el león y el asno se quedaron junto al cuerpo. Al ver el cuerpo tendido y al león cuidando el cuerpo, los que pasaban por el camino llevaron la noticia a la ciudad donde vivía el profeta anciano.
1 Reyes 13:18-25 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
El anciano le dijo: —Yo también soy profeta, y un ángel me dio este mensaje de parte de Dios: “Lleva al profeta de Judá a tu casa para que coma pan y beba agua”. El profeta de Judá no sabía que el anciano mentía, entonces se fue con él, comió pan y bebió agua en su casa. Pero cuando estaban comiendo, Dios le habló al anciano profeta. Luego el anciano le dijo al profeta de Judá: —Dios dice que tú desobedeciste sus órdenes, pues has vuelto, y has comido y bebido cuando él te lo había prohibido. Por eso, cuando mueras no serás enterrado en la tumba de tus antepasados. El profeta de Judá terminó de comer y de beber, y el anciano profeta le preparó el burro. El profeta de Judá se fue, pero en el camino un león lo atacó y lo mató. Su cuerpo quedó tirado en el camino, pero el burro y el león permanecieron a su lado. Al rato unos hombres pasaron por ahí, y vieron el cuerpo del profeta tirado en el camino y al león a un lado. Entonces fueron a la ciudad donde vivía el anciano profeta y le contaron lo que habían visto.
1 Reyes 13:18-25 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Pero el viejo profeta lo engañó y le dijo: «Yo, lo mismo que tú, también soy profeta. Un ángel me habló de parte del Señor, y me dijo: “Llévalo a tu casa para que coma pan y beba agua.”» Entonces el varón de Dios lo acompañó a su casa, y allí comió pan y bebió agua. Pero cuando estaban comiendo, el Señor le dio un mensaje al profeta que lo había hecho regresar, y al varón de Dios que había venido de Judá le dijo con fuerte voz: «Así dice el Señor: “Por haberte rebelado contra el mandato del Señor, por no haber obedecido el mandamiento del Señor tu Dios, y por haber regresado para comer pan y beber agua en donde el Señor te ordenó que no lo hicieras, tu cuerpo no será sepultado junto con tus padres.”» En cuanto el varón de Dios terminó de comer y beber, el viejo profeta que lo había engañado le aparejó el asno. Ya en el camino, un león salió y atacó al varón de Dios y lo mató, y su cuerpo quedó tendido en el camino, y junto a él se echaron el asno y el león. La gente que pasaba por allí, al ver tendido el cuerpo del profeta, y al león a su lado, fueron a la ciudad y se lo contaron al viejo profeta.
1 Reyes 13:18-25 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Y el otro le dijo, mintiéndole: Yo también soy profeta como tú, y un ángel me ha hablado por palabra de Jehová, diciendo: Tráele contigo a tu casa, para que coma pan y beba agua. Entonces volvió con él, y comió pan en su casa, y bebió agua. Y aconteció que estando ellos en la mesa, vino palabra de Jehová al profeta que le había hecho volver. Y clamó al varón de Dios que había venido de Judá, diciendo: Así dijo Jehová: Por cuanto has sido rebelde al mandato de Jehová, y no guardaste el mandamiento que Jehová tu Dios te había prescrito, sino que volviste, y comiste pan y bebiste agua en el lugar donde Jehová te había dicho que no comieses pan ni bebieses agua, no entrará tu cuerpo en el sepulcro de tus padres. Cuando había comido pan y bebido, el que le había hecho volver le ensilló el asno. Y yéndose, le topó un león en el camino, y le mató; y su cuerpo estaba echado en el camino, y el asno junto a él, y el león también junto al cuerpo. Y he aquí unos que pasaban, y vieron el cuerpo que estaba echado en el camino, y el león que estaba junto al cuerpo; y vinieron y lo dijeron en la ciudad donde el viejo profeta habitaba.
1 Reyes 13:18-25 La Biblia de las Américas (LBLA)
Y el otro le respondió: Yo también soy profeta como tú, y un ángel me habló por palabra del SEÑOR, diciendo: «Tráelo contigo a tu casa, para que coma pan y beba agua». Pero le estaba mintiendo. Entonces se volvió con él, comió pan en su casa y bebió agua. Y sucedió que cuando ellos estaban a la mesa, la palabra del SEÑOR vino al profeta que le había hecho volver; y él clamó al hombre de Dios que vino de Judá, diciendo: Así dice el SEÑOR: «Porque has desobedecido el mandato del SEÑOR, y no has guardado el mandamiento que el SEÑOR tu Dios te ha ordenado, sino que has vuelto y has comido pan y bebido agua en el lugar del cual Él te dijo: “No comerás pan ni beberás agua”, tu cadáver no entrará en el sepulcro de tus padres». Y sucedió que después de haber comido pan y de haber bebido agua, aparejó el asno para él, para el profeta que había hecho volver. Y cuando este había partido, un león lo encontró en el camino y lo mató, y su cadáver quedó tirado en el camino y el asno estaba junto a él; también el león estaba junto al cadáver. Y he aquí, pasaron unos hombres y vieron el cadáver tirado en el camino y el león que estaba junto al cadáver; y fueron y lo dijeron en la ciudad donde vivía el anciano profeta.
1 Reyes 13:18-25 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Sin embargo, el profeta anciano le dijo: —Yo también soy profeta, como tú. Y un ángel me dio este mandato de parte del SEÑOR: “Llévalo a tu casa para que coma y beba algo”. Pero el anciano le estaba mintiendo. Así que regresaron juntos, y el hombre de Dios comió y bebió en la casa del profeta. Mientras estaban sentados a la mesa, vino un mandato del SEÑOR al profeta anciano, quien le gritó al hombre de Dios de Judá: «Esto dice el SEÑOR: “Has desafiado la palabra del SEÑOR y desobedecido el mandato que el SEÑOR tu Dios te dio. Regresaste a este lugar para comer y beber donde él te dijo que no comieras ni bebieras. Por eso, tu cuerpo no será enterrado en la tumba de tus antepasados”». Cuando el hombre de Dios terminó de comer y beber, el profeta anciano ensilló su propio burro y se lo dio, y el hombre de Dios siguió su camino. Mientras viajaba, le salió al paso un león y lo mató. Su cuerpo quedó tirado en el camino, y tanto el burro como el león estaban junto al cadáver. Unas personas que pasaban por allí, al ver el cuerpo tirado en el camino y al león parado junto a él, fueron a dar la noticia a Betel, donde vivía el profeta anciano.