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Jeremías 4:1-22

Jeremías 4:1-22 LBLA

Si has de volver, oh Israel —declara el SEÑOR— vuélvete a mí. Si quitas de mi presencia tus abominaciones, y no vacilas, y juras: «Vive el SEÑOR», en verdad, en juicio y en justicia, entonces se bendecirán en Él las naciones, y en Él se gloriarán. Porque así dice el SEÑOR a los hombres de Judá y de Jerusalén: Romped el barbecho, y no sembréis entre espinos. Circuncidaos para el SEÑOR, y quitad los prepucios de vuestros corazones, hombres de Judá y habitantes de Jerusalén, no sea que mi furor salga como fuego y arda y no haya quien lo apague, a causa de la maldad de vuestras obras. ¶Declarad en Judá y proclamad en Jerusalén, y decid: Tocad la trompeta en la tierra; clamad en alta voz, y decid: «Reuníos y entremos en las ciudades fortificadas». Izad bandera hacia Sión; buscad refugio, no os detengáis; porque traigo del norte la calamidad, una gran destrucción. Ha salido el león de la espesura, y el destructor de naciones se ha puesto en marcha; ha salido de su lugar para convertir tu tierra en desolación. Tus ciudades quedarán en ruinas, sin habitantes. Por eso, vestíos de cilicio, lamentaos y gemid; porque no se ha apartado de nosotros la ardiente ira del SEÑOR. Y sucederá en aquel día —declara el SEÑOR— que fallará el corazón del rey y el corazón de los príncipes; se quedarán atónitos los sacerdotes y los profetas se pasmarán. Entonces dije: ¡Ah, Señor DIOS! Ciertamente has engañado en gran manera a este pueblo y a Jerusalén, diciendo: «Paz tendréis», cuando tienen la espada al cuello. En aquel tiempo se dirá a este pueblo y a Jerusalén: Un viento abrasador de las alturas desoladas del desierto, en dirección a la hija de mi pueblo, no para aventar, ni para limpiar, un viento demasiado fuerte para esto, vendrá a mi mandato. Ahora yo pronunciaré juicios contra ellos. He aquí que él sube como las nubes, y como un torbellino sus carros; sus caballos son más ligeros que las águilas. ¡Ay de nosotros, porque estamos perdidos! ¶Lava de maldad tu corazón, Jerusalén, para que seas salva. ¿Hasta cuándo morarán dentro de ti pensamientos perversos? Porque una voz lo anuncia desde Dan, y proclama el mal desde los montes de Efraín. Avisadlo a las naciones: ¡Aquí están! Proclamad sobre Jerusalén: «Sitiadores vienen de tierra lejana y alzan sus voces contra las ciudades de Judá. -»Como guardas de campo están apostados contra ella por todos lados, porque se ha rebelado contra mí» —declara el SEÑOR. Tu comportamiento y tus acciones te han traído estas cosas. Esta es tu maldad. ¡Qué amarga! ¡Cómo ha penetrado hasta tu corazón! ¶¡Alma mía, alma mía! Estoy angustiado, ¡oh corazón mío! Mi corazón se agita dentro de mí; no callaré, porque has oído, alma mía, el sonido de la trompeta, el pregón de guerra. Desastre sobre desastre se anuncia, porque es arrasada toda la tierra; de repente son arrasadas mis tiendas, en un instante mis cortinas. ¿Hasta cuándo he de ver la bandera y he de oír el sonido de la trompeta? Porque mi pueblo es necio, no me conoce; hijos torpes son, no son inteligentes. Astutos son para hacer el mal, pero hacer el bien no saben.