Cantares 7
7
Él
1 1 (2) ¡Qué hermosos son tus pies
en las sandalias, princesa!
Las curvas de tus caderas
son como adornos de oro fino
hechos por manos expertas.
2 2 (3) Tu ombligo es una copa redonda
donde no falta el buen vino;
tu vientre es una pila de trigo
rodeada de rosas.
3 3 (4) Tus pechos son dos gacelas,
dos gacelas mellizas.#7.3(4) Cnt 4.5.
4 4 (5) Tu cuello es una torre de marfil;
tus ojos son dos estanques
de la ciudad de Hesbón,#7.4(5) Hesbón: localidad de Transjordania, bien provista de aguas, habitada antiguamente por los amorreos (cf. Nm 21.26-30).
junto a la puerta de Bat-rabim;#7.4(5) Bat-rabim, en hebreo, significa hija de muchos.
tu nariz es como la torre del Líbano
que mira hacia la ciudad de Damasco.#7.4(5) La torre del Líbano: Podría tratarse de una torre real, aunque desconocida para nosotros, o bien de un nombre metafórico del monte Hermón, que se alza majestuoso en las cercanías de Damasco.
5 5 (6) Tu cabeza, sobre tu cuerpo,
es como el monte Carmelo;#7.5(6) El monte Carmelo: Véanse 1 R 18.19 n.; Am 1.2 nota.
hilos de púrpura son tus cabellos:
¡un rey está preso entre sus rizos!
6 6 (7) Amor mío, mujer encantadora,#7.6(7) Mujer encantadora: según dos versiones antiguas. Heb. en las delicias.
¡qué bella, qué hermosa eres!
7 7 (8) Tu porte es como el porte de una palmera;
tus pechos son como racimos.
8 8 (9) Yo pienso subir a la palmera
y adueñarme de sus racimos.
Tus pechos serán entonces
como racimos de uvas;
tu aliento, perfume de manzanas;
9 9 (10) tu paladar, como el buen vino
que resbala suavemente
por los labios y los dientes.#7.9(10) Tu paladar... los dientes: traducción probable. Heb. oscuro.
Ella
10 10 (11) Yo soy de mi amado:
los impulsos de su amor lo atraen a mí.
11 11 (12) ¡Anda, amado mío, vayamos al campo!
Pasaremos la noche entre flores de alheña.
12 12 (13) Por la mañana iremos a los viñedos,
a ver si ya tienen brotes,
si se abren ya sus botones,
si ya han florecido los granados.
¡Allí te daré mi amor!
13 13 (14) Las mandrágoras#7.13(14) Mandrágoras: Véase Gn 30.14 n. esparcen su aroma.
A nuestra puerta hay fruta de todas clases:
fruta seca y fruta recién cortada,
que para ti, amado mío, aparté.
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Cantares 7: DHH94I
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Texto © Sociedades Bíblicas Unidas, 1994.