Tu palabra es una lámpara a mis pies y una luz en mi camino. Hice un juramento, y lo voy a cumplir: ¡pondré en práctica tus justos decretos! Señor, me siento muy afligido; ¡dame vida, conforme a tu promesa! Acepta, Señor, las ofrendas de mis labios, y enséñame tus decretos. Siempre estoy en peligro de muerte, pero no me olvido de tu enseñanza. Los malvados me ponen trampas, pero no me aparto de tus preceptos.
Leer Salmos 119
Compartir
Comparar todas las versiones: Salmos 119:105-110
¡Guarda versículos, lee sin conexión, mira videos didácticos y más!
Inicio
Biblia
Planes
Videos