Job 3
3
II. DEBATE DE JOB CON SUS TRES AMIGOS (3—27)
Job se queja de su desdicha
1-2Por fin Job rompió el silencio,#3.1-2 Job rompió el silencio: La protesta vehemente y lo osado del lenguaje contrastan con la humilde sumisión manifestada por Job al comienzo del relato (cf. 1.21-22; 2.9-10). y maldijo el día en que había nacido.#3.1-19 Job no maldice a Dios, como el acusador había supuesto (2.5), sino el día en que vino al mundo para soportar tan terribles sufrimientos (Jer 20.14-18; Eclo 23.14).
Job
3¡Maldita sea la noche en que fui concebido!
¡Maldito sea el día en que nací!
4¡Ojalá aquel día se hubiera convertido en noche,
y Dios lo hubiera pasado por alto
y no hubiera amanecido!
5¡Ojalá una sombra espesa lo hubiera oscurecido,
o una nube negra lo hubiera envuelto,
o un eclipse lo hubiera llenado de terror!
6¡Ojalá aquella noche se hubiera perdido en las tinieblas
y aquel día no se hubiera contado
entre los días del mes y del año!
7¡Ojalá hubiera sido una noche estéril,
en que faltaran los gritos de alegría!
8¡Ojalá la hubieran maldecido los hechiceros,
que tienen poder sobre Leviatán!#3.8 Leviatán: legendario monstruo marino, descrito a veces con los rasgos característicos del cocodrilo (Job 41.1-34). Cf. Sal 74.14; 104.26; Is 27.1. Mediante una audaz imagen poética, Job personifica la noche de su nacimiento y desea que ese monstruo la hubiera devorado.
9¡Ojalá aquella mañana no hubieran brillado los luceros,
ni hubiera llegado la luz tan esperada,
ni se hubiera visto parpadear la aurora!
10¡Maldita sea aquella noche, que me dejó nacer
y no me ahorró ver tanta miseria!
11¿Por qué no habré muerto en el vientre de mi madre,
o en el momento mismo de nacer?
12¿Por qué hubo rodillas que me recibieran
y pechos que me alimentaran?
13Si yo hubiera muerto entonces,
ahora estaría durmiendo tranquilo,
descansando en paz,
14con los reyes y ministros
que se construyen grandes pirámides,#3.14 Pirámides: texto probable. Heb. ruinas. También puede entenderse como que reconstruyen ciudades en ruinas (cf. Is 58.12; 61.4).
15o con los gobernantes
que llenan sus palacios de oro y plata.
16¿Por qué no me enterraron como a los abortos,
como a los niños muertos antes de nacer?#3.16 Cf. Ec 6.3-5.
17En la tumba tiene fin la agitación de los malvados,
y los cansados alcanzan su reposo;
18allí encuentran paz los prisioneros,
y dejan de escuchar los gritos del capataz;
19allí están grandes y pequeños por igual,
y el esclavo se ve libre de su amo.
20¿Por qué deja Dios ver la luz al que sufre?#3.20-26 En este pasaje las quejas se dirigen a Dios.
¿Por qué le da vida al que está lleno de amargura,
21al que espera la muerte y no le llega,#Ap 9.6.
aunque la busque más que a un tesoro escondido?
22La alegría de ese hombre llega
cuando por fin baja a la tumba.
23Dios lo hace caminar a ciegas,
le cierra el paso por todos lados.
24Los gemidos son mi alimento;
mi bebida, las quejas de dolor.
25Todo lo que yo temía,
lo que más miedo me causaba,
ha caído sobre mí.
26No tengo descanso ni sosiego;
no encuentro paz, sino inquietud.#3.24-26 Finalmente, Job se concentra en su propia miseria.
Actualmente seleccionado:
Job 3: DHH94I
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Texto © Sociedades Bíblicas Unidas, 1994.