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Jeremías 15:10-21

Jeremías 15:10-21 DHH94I

¡Ay de mí, madre mía, que me diste a luz solo para disputar y pelear con todo el mundo! A nadie he prestado dinero, ni me lo han prestado a mí, y sin embargo todos me maldicen. Que sus maldiciones se cumplan, Señor, si no te he servido bien, si no te he rogado en favor de mis enemigos, cuando estaban en desgracia y aflicción. «¿Quién puede romper el hierro del norte y el bronce? A causa de todos tus pecados, Israel, voy a entregar a tus enemigos tu riqueza y tus tesoros, todo lo que tienes en tu territorio, para que se lo lleven gratuitamente. Voy a hacerte esclavo de tus enemigos en una tierra que tú no conoces, porque mi ira se ha encendido como un fuego que te consumirá.» Señor, tú que lo sabes todo, ¡acuérdate de mí y ven en mi ayuda! ¡Toma venganza de los que me persiguen! No seas con ellos tan paciente que me dejes morir a mí; mira que por ti soporto insultos. Cuando me hablabas, yo devoraba tus palabras; ellas eran la dicha y la alegría de mi corazón, porque yo te pertenezco, Señor y Dios todopoderoso. Yo he evitado juntarme con los que solo piensan en divertirse; desde que tú te apoderaste de mí he llevado una vida solitaria, pues me llenaste de tu ira. ¿Por qué mi dolor nunca termina? ¿Por qué mi herida es incurable, rebelde a toda curación? Te has vuelto para mí como el agua engañosa de un espejismo. Entonces el Señor me respondió: «Si regresas a mí, volveré a recibirte y podrás servirme. Si evitas el hablar por hablar y dices solo cosas que valgan la pena, tú serás quien hable de mi parte. Son ellos quienes deben volverse a ti, y no tú quien debe volverse a ellos. Yo haré que seas para este pueblo como un muro de bronce, difícil de vencer. Te harán la guerra, pero no te vencerán, pues yo estoy contigo para salvarte y librarte. Yo, el Señor, doy mi palabra. Te libraré del poder de los malvados, ¡te salvaré del poder de los violentos!»

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