«Siéntate en silencio, joven Caldea, métete en la oscuridad, porque ya no volverán a llamarte “reina de las naciones”. Cuando estuve enojado con mi pueblo, entregué mi propia nación a la deshonra y los dejé caer en tu poder. Tú no tuviste compasión de ellos, y pusiste sobre los ancianos tu pesado yugo. Dijiste: “Seré reina siempre”; no reflexionaste sobre estas cosas ni pensaste cómo habrían de terminar. Por eso, escucha ahora esto, mujer amante del lujo, que estás tranquila en tu trono, que piensas en tu interior: “Yo y nadie más que yo; yo no seré viuda ni me quedaré sin hijos.” De repente, en un mismo día, te vendrán ambas desgracias: quedarás viuda y sin hijos, a pesar de tus muchas brujerías y de tus incontables magias. Tú te sentías segura en tu maldad, y pensaste: “Nadie me ve.” Tu sabiduría y tus conocimientos te engañaron. Pensaste en tu interior: “Yo y nadie más que yo.” Pero va a venir la desgracia sobre ti, y no podrás impedirlo con tu magia; caerá sobre ti un desastre que no podrás evitar; una calamidad que no esperabas vendrá de repente sobre ti.
Leer Isaías 47
Compartir
Comparar todas las versiones: Isaías 47:5-11
¡Guarda versículos, lee sin conexión, mira videos didácticos y más!
YouVersion utiliza cookies para personalizar su experiencia. Al usar nuestro sitio web, acepta nuestro uso de cookies como se describe en nuestra Política de privacidad
Inicio
Biblia
Planes
Videos