Salmos 94
94
SALMO 94 (93)
El Señor es el Juez del mundo#Salmo 94 Este salmo comienza con una súplica al Señor para que intervenga en favor de todas las víctimas de la injusticia y la violencia (vv. 1-4). Luego, el salmista adopta el estilo de un maestro de sabiduría y dirige un severo reproche a los que ponen en duda el triunfo final de la justicia (cf. vv. 14-15).
1¡Muéstrate,#94.1 Muéstrate: Lit. resplandece, es decir, manifiéstate en favor de los oprimidos con todo el esplendor de tu poder y tu justicia. Señor, Dios de las venganzas!#94.1 Dios de las venganzas: La palabra «venganza» tiene aquí el sentido de justa retribución. El Señor es un Dios que a cada cual le da lo que merece (Jer 51.56).
2Tú eres el Juez del mundo;#94.2 Sal 50.6; 75.7(8). Cf. Gn 18.25.
¡levántate contra los orgullosos#94.2 Los orgullosos son los enemigos implacables del Señor y de su pueblo (Sal 73.6-9; 123.4; 140.5 [6]), que tendrán que bajar la vista ante el juicio de Dios (Is 2.11). Cf. Lc 1.51.
y dales su merecido!
3¿Hasta cuándo, Señor,
hasta cuándo se alegrarán los malvados?
4Todos esos malhechores
son insolentes y altaneros;
¡son unos fanfarrones!
5Oh Señor,
ellos destrozan a tu pueblo;
¡humillan a los tuyos!
6Matan viudas y extranjeros;
asesinan huérfanos.
7Dicen que el Señor no ve,
que el Dios de Jacob no se da cuenta.#94.7 Sal 14.1; 53.1(2); 73.11.
8¡Entiendan, gente torpe y necia!#94.8 Gente... necia: Véase Sal 92.6(7) n.
¿Cuándo podrán comprender?
9¿Acaso no habrá de oír
el que ha hecho los oídos?
¿Y acaso no habrá de ver
el que ha formado los ojos?
10¿Acaso no ha de castigar
el que corrige a las naciones?
¿Y acaso no ha de saber
el que instruye en el saber al hombre?
11El Señor sabe que el hombre
solo piensa tonterías.#94.11 Citado en 1 Co 3.20.
12Oh Señor,
feliz#94.12 Feliz: Véase Sal 1.1 n. aquel a quien corriges
y le das tus enseñanzas
13para que tenga tranquilidad
cuando lleguen los días malos,
mientras que al malvado
se le prepara la fosa.
14El Señor no abandonará a su pueblo,
ni dejará solos a los suyos.
15La justicia volverá a los tribunales,
y todo hombre honrado la seguirá.
16¿Quién se levantará a defenderme
de los malvados y malhechores?
17Si el Señor no me hubiera ayudado,
yo estaría ya en el silencio de la muerte.
18Cuando alguna vez dije: «Mis pies resbalan»,
tu amor, Señor, vino en mi ayuda.
19En medio de las preocupaciones
que se agolpan en mi mente,
tú me das consuelo y alegría.
20Tú no puedes ser amigo de jueces injustos,
que actúan mal y en contra de la ley;
21que conspiran contra el inocente y honrado,
y lo condenan a muerte.
22Pero el Señor es mi refugio;
mi Dios es la roca que me defiende.
23El Señor hará que los malvados
sean destruidos por su propia maldad.#94.23 El Señor... maldad: Véase Sal 64.8(9) n.
¡Nuestro Dios los destruirá!
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Texto © Sociedades Bíblicas Unidas, 1994.