San Marcos 14
14
3. Pasión, muerte y resurrección
(14.1—16.20)
Conspiración para arrestar a Jesús
(Mt 26.1-5; Lc 22.1-2; Jn 11.45-53)
1Faltaban dos días para la fiesta de la Pascua, cuando se come el pan sin levadura.#14.1 Pascua: fiesta judía que conmemora la liberación de la esclavitud en Egipto (Ex 12.1-27; Dt 16.1-8); véase Índice temático. Pan sin levadura: Véase Índice temático. La Pascua duraba sólo un día; la seguía inmediatamente la fiesta del Pan sin levadura (Lv 23.5-6), que duraba siete días. Estas festividades atraían a un número extraordinario de judíos de todas partes. Los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley buscaban la manera de arrestar a Jesús por medio de algún engaño, y matarlo. 2Pues algunos decían:
—No durante la fiesta, para que la gente no se alborote.#14.1-2 Aunque por miedo a la gente (cf. Lc 22.2) no querían arrestar a Jesús abiertamente durante la fiesta, la colaboración inesperada de Judas (vv. 10-11) les dio la oportunidad de hacerlo por medio de algún engaño, sin enfrentarse con las multitudes.
Una mujer derrama perfume sobre Jesús
(Mt 26.6-13; Jn 12.1-8)
3Jesús había ido a Betania, a casa de Simón, al que llamaban el leproso.#14.3 Simón, al que llamaban el leproso: Véase Mt 26.6 n. Mientras estaba sentado a la mesa,#14.3 Sentado a la mesa: En realidad, los comensales se recostaban sobre unos divanes (véase Lc 7.38 n.). llegó una mujer que llevaba un frasco de alabastro#14.3 Alabastro: piedra blanda y fina. lleno de perfume de nardo puro,#14.3 Nardo: ungüento muy valioso, hecho de la planta del mismo nombre e importado de la India. de mucho valor. Rompió el frasco y derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús. 4Algunos de los presentes se enojaron, y se dijeron unos a otros:
—¿Por qué se ha desperdiciado este perfume? 5Podía haberse vendido por el equivalente al salario#14.5 Salario de trescientos días: Lit. trescientos denarios, casi un año de salario de un jornalero. de trescientos días, para ayudar a los pobres.
Y criticaban a aquella mujer.
6Pero Jesús dijo:
—Déjenla; ¿por qué la molestan? Ha hecho una obra buena conmigo. 7Pues a los pobres siempre los tendrán entre ustedes,#Dt 15.11. y pueden hacerles bien cuando quieran; pero a mí no siempre me van a tener. 8Esta mujer ha hecho lo que ha podido: ha perfumado mi cuerpo de antemano para mi entierro.#14.8 Véase Mt 26.8-12 n.; cf. Jn 19.40. 9Les aseguro que en cualquier lugar del mundo donde se anuncie la buena noticia, se hablará también de lo que hizo esta mujer, y así será recordada.
Judas traiciona a Jesús
(Mt 26.14-16; Lc 22.3-6)
10Judas Iscariote, uno de los doce discípulos, fue a ver a los jefes de los sacerdotes para entregarles a Jesús. 11Al oírlo, se alegraron y prometieron darle dinero a Judas, que comenzó a buscar el momento más oportuno de entregar a Jesús.
La Cena del Señor
(Mt 26.17-29; Lc 22.7-23; Jn 13.21-30; 1~Co 11.23-26)
12El primer día de la fiesta en que se comía el pan sin levadura, cuando se sacrificaba el cordero de Pascua, los discípulos de Jesús le preguntaron:
—¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?#14.12 El punto culminante de la Pascua era la cena, en que se comía el cordero sacrificado para tal ocasión (Lc 22.7 n.).
13Entonces envió a dos de sus discípulos, diciéndoles:
—Vayan a la ciudad. Allí encontrarán a un hombre que lleva un cántaro de agua; síganlo, 14y donde entre, digan al dueño de la casa: “El Maestro pregunta: ¿Cuál es el cuarto donde voy a comer con mis discípulos la cena de Pascua?”#14.13-14 La ciudad: Jerusalén. El hombre del cántaro: posiblemente habían hecho arreglos para que eso sirviera de contraseña; véase Lc 22.10-11 n. 15Él les mostrará en el piso alto un cuarto grande, arreglado y ya listo para la cena.#14.15 La cena de la Pascua tenía que celebrarse dentro de la santa ciudad de Jerusalén, así que sus habitantes solían prestar a los peregrinos un lugar debidamente arreglado. Prepárennos allí lo necesario.
16Los discípulos salieron y fueron a la ciudad. Lo encontraron todo como Jesús les había dicho, y prepararon la cena de Pascua.#Dt 16.5-8.
17Al anochecer llegó Jesús con los doce discípulos. 18Mientras estaban a la mesa,#14.18 Mientras estaban a la mesa: Lit. Mientras se recostaban; véase Mt 26.20 n. comiendo, Jesús les dijo:
—Les aseguro que uno de ustedes, que está comiendo conmigo,#Sal 41.9 (10). me va a traicionar.
19Ellos se pusieron tristes, y comenzaron a preguntarle uno por uno:
—¿Acaso seré yo?
20Jesús les contestó:
—Es uno de los doce, que está mojando el pan en el mismo plato que yo.#14.20 Jn 13.18; cf. Sal 41.9 (10). Véase Mt 26.23 n. 21El Hijo del hombre ha de recorrer el camino que dicen las Escrituras; pero ¡ay de aquel que lo traiciona! Hubiera sido mejor para él no haber nacido.
22Mientras comían, Jesús tomó en sus manos el pan y, habiendo pronunciado la bendición, lo partió y se lo dio a ellos, diciendo:
—Tomen, esto es mi cuerpo.#14.22 Además de los pasajes paralelos, cf. Jn 6.51-58.
23Luego tomó en sus manos una copa y, habiendo dado gracias a Dios, se la pasó a ellos, y todos bebieron. 24Les dijo:
—Esto es mi sangre, con la que se confirma la alianza,#14.24 Ex 24.6-8; Jer 31.31-34; Zac 9.11; Lc 22.20 n. sangre que es derramada en favor de muchos. 25Les aseguro que no volveré a beber del producto de la vid, hasta el día en que beba el vino nuevo en el reino de Dios.#14.25 Véase Mt 8.11 nota; cf. Lc 13.29.
Jesús anuncia que Pedro lo negará
(Mt 26.30-35; Lc 22.31-34; Jn 13.36-38)
26Después de cantar los salmos,#14.26 Salmos: La cena de Pascua generalmente empezaba con el canto de los Salmos 113—114, y se terminaba con los Salmos 115—118. se fueron al Monte de los Olivos. 27Jesús les dijo:
—Todos ustedes van a perder su fe en mí. Así lo dicen las Escrituras: “Mataré al pastor, y las ovejas se dispersarán.”#14.27 Zac 13.7; véase Mt 26.31 n. 28Pero cuando yo resucite, los volveré a reunir en Galilea.#14.28 Mt 28.7,10,16; Mc 16.7; cf. Jn 21.1.
29Pedro le dijo:
—Aunque todos pierdan su fe, yo no.
30Jesús le contestó:
—Te aseguro que esta misma noche, antes que cante el gallo#14.30 Respecto al canto del gallo, véase Mt 26.75 n. por segunda vez, me negarás tres veces.
31Pero él insistía:
—Aunque tenga que morir contigo, no te negaré.
Y todos decían lo mismo.
Jesús ora en Getsemaní
(Mt 26.36-46; Lc 22.39-46)
32Luego fueron a un lugar llamado Getsemaní.#14.32 Getsemaní: un jardín cercano a Jerusalén, al pie del Monte de los Olivos (cf. Jn 18.1). Jesús dijo a sus discípulos:
—Siéntense aquí, mientras yo voy a orar.
33Y se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, y comenzó a sentirse muy afligido y angustiado. 34Les dijo:
—Siento en mi alma una tristeza de muerte.#Jn 12.27. Quédense ustedes aquí, y permanezcan despiertos.
35En seguida Jesús se fue un poco más adelante, se inclinó hasta tocar el suelo con la frente, y pidió a Dios que, de ser posible, no le llegara ese momento. 36En su oración decía: «Abbá,#14.36 Abbá: palabra aramea usada por los hijos al dirigirse a sus padres, y que equivale a «papá». Según los testimonios existentes, ni en el AT ni en el judaísmo se usaba este término tan familiar para invocar a Dios. En boca de Jesús, expresa una intimidad especial con él. Véase Ro 8.15 nota. Padre, para ti todo es posible: líbrame de este trago amargo;#14.36 Trago amargo: Lit. copa, imagen literaria para expresar el sufrimiento; véase Mt 26.39 n. pero que no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.»#14.35-36 Cf. Heb 5.7-8.
37Luego volvió a donde ellos estaban, y los encontró dormidos. Le dijo a Pedro:
—Simón, ¿estás durmiendo? ¿Ni siquiera una hora pudiste mantenerte despierto? 38Manténganse despiertos y oren, para que no caigan en tentación.#14.38 Para que no caigan en tentación: Véase Lc 22.40 n. Ustedes tienen buena voluntad, pero son débiles.
39Se fue otra vez, y oró repitiendo las mismas palabras. 40Cuando volvió, encontró otra vez dormidos a los discípulos, porque sus ojos se les cerraban de sueño. Y no sabían qué contestarle. 41Volvió por tercera vez, y les dijo:
—¿Siguen ustedes durmiendo y descansando?#14.41 ¿Siguen ustedes durmiendo y descansando?: otra posible traducción: Ahora sí, duerman y descansen; véase Mt 26.45 n. Ya basta, ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. 42Levántense, vámonos; ya se acerca el que me traiciona.
Arrestan a Jesús
(Mt 26.47-56; Lc 22.47-53; Jn 18.2-11)
43Todavía estaba hablando Jesús cuando Judas, uno de los doce discípulos, llegó acompañado de mucha gente armada con espadas y con palos. Iban de parte de los jefes de los sacerdotes, de los maestros de la ley y de los ancianos. 44Judas, el traidor, les había dado una contraseña, diciéndoles: «Al que yo bese, ese es; arréstenlo y llévenselo bien sujeto.» 45Así que se acercó a Jesús y le dijo:
—¡Maestro!
Y lo besó.#14.44-45 Respecto al beso, véase Mt 26.48-49 n. 46Entonces le echaron mano a Jesús y lo arrestaron.
47Pero uno de los que estaban allí sacó su espada y le cortó una oreja al criado del sumo sacerdote.#14.47 Sumo sacerdote: el jefe de los sacerdotes judíos; véase Índice temático. 48Y Jesús preguntó a la gente:
—¿Por qué han venido ustedes con espadas y con palos a arrestarme, como si yo fuera un bandido? 49Todos los días he estado entre ustedes enseñando en el templo,#14.49 Lc 19.47; 21.37; Jn 18.20. y nunca me arrestaron. Pero esto sucede para que se cumplan las Escrituras.
50Todos los discípulos dejaron solo a Jesús, y huyeron. 51Pero un joven lo seguía, cubierto solo con una sábana. A este lo agarraron, 52pero él soltó la sábana y escapó desnudo.
Jesús ante la Junta Suprema
(Mt 26.57-68; Lc 22.54-55,63-71; Jn 18.12-14,19-24)
53Llevaron entonces a Jesús ante el sumo sacerdote, y se juntaron todos los jefes de los sacerdotes, los ancianos y los maestros de la ley.#14.53 Era una reunión del Sanedrín, o sea la Junta Suprema de los judíos (v. 55). Véanse Mt 26.57 n. y Junta Suprema en el Índice temático. 54Pedro lo siguió de lejos hasta dentro del patio de la casa del sumo sacerdote, y se quedó sentado con los guardianes del templo, calentándose junto al fuego.
55Los jefes de los sacerdotes y toda la Junta Suprema buscaban alguna prueba para condenar a muerte a Jesús; pero no la encontraban. 56Porque aunque muchos presentaban falsos testimonios contra él, se contradecían unos a otros.#14.56 Según la ley judía, era necesario contar con dos o más testigos que concordaran en su testimonio (Nm 35.30; Dt 19.15). 57Algunos se levantaron y lo acusaron falsamente, diciendo:
58—Nosotros lo hemos oído decir: “Yo voy a destruir este templo que hicieron los hombres, y en tres días levantaré otro no hecho por los hombres.”#14.58 Mc 15.29; cf. Jn 2.19-22. Además, Jesús había anunciado a sus discípulos la destrucción del templo de Jerusalén (Mc 13.1-2).
59Pero ni aun así estaban de acuerdo en lo que decían.
60Entonces el sumo sacerdote se levantó en medio de todos, y preguntó a Jesús:
—¿No contestas nada? ¿Qué es esto que están diciendo contra ti?#14.60 ¿No contestas... contra ti?: otra posible traducción: ¿No contestas nada a lo que éstos dicen contra ti?
61Pero Jesús se quedó callado, sin contestar nada.#14.60-61 Is 53.7; Mt 27.12-14; Mc 15.5; Lc 23.9. El sumo sacerdote volvió a preguntarle:
—¿Eres tú el Mesías, el Hijo del Dios bendito?
62Jesús le dijo:
—Sí, yo soy. Y ustedes verán al Hijo del hombre sentado a la derecha#14.62 Como sucede en la actualidad, la derecha era el lugar de honor. del Todopoderoso,#14.62 Del Todopoderoso: Lit. del poder, modo de referirse a Dios sin pronunciar el nombre sagrado. y viniendo en las nubes del cielo.#Sal 110.1; Dn 7.13.
63Entonces el sumo sacerdote se rasgó las ropas en señal de indignación, y dijo:
—¿Qué necesidad tenemos de más testigos? 64Ustedes lo han oído decir palabras ofensivas contra Dios. ¿Qué les parece?
Todos estuvieron de acuerdo en que era culpable y debía morir.#Lv 24.15-16; Jn 19.7.
65Algunos comenzaron a escupirlo, y a taparle los ojos y golpearlo, diciéndole:
—¡Adivina quién te pegó!
Y los guardianes del templo le pegaron en la cara.#Is 50.6; 53.5.
Pedro niega conocer a Jesús
(Mt 26.69-75; Lc 22.56-62; Jn 18.15-18,25-29)
66Pedro estaba abajo, en el patio. En esto llegó una de las sirvientas del sumo sacerdote; 67y al ver a Pedro, que se estaba calentando junto al fuego, se quedó mirándolo y le dijo:
—Tú también andabas con Jesús, el de Nazaret.
68Pedro lo negó, diciendo:
—No lo conozco, ni sé de qué estás hablando.
Y salió fuera, a la entrada. Entonces cantó un gallo.#14.68 Algunos mss. omiten Entonces cantó un gallo. 69La sirvienta vio otra vez a Pedro y comenzó a decir a los demás:
—Este es uno de ellos.
70Pero él volvió a negarlo. Poco después, los que estaban allí dijeron de nuevo a Pedro:
—Seguro que tú eres uno de ellos, pues también eres de Galilea.
71Entonces Pedro comenzó a jurar y perjurar,#14.71 Jurar y perjurar: es decir, exponiéndose a maldición en caso de no decir la verdad. diciendo:
—¡No conozco a ese hombre de quien ustedes están hablando!
72En aquel mismo momento cantó el gallo por segunda vez, y Pedro se acordó de que Jesús le había dicho: «Antes que cante el gallo por segunda vez, me negarás tres veces.» Y se echó a llorar.
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Texto © Sociedades Bíblicas Unidas, 1994.