MARCOS 14
14
La Pascua de Jesús (14,1—16,8)
Complot contra Jesús
(Mt 26,1-5; Lc 22,1-2; Jn 11,45-53)
1Faltaban dos días para la fiesta de la Pascua y de los Panes sin levadura#14,1: la fiesta de la Pascua y de los Panes sin levadura: Ver nota a Mt 26,17., y los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley andaban buscando el modo de tender una trampa a Jesús para prenderlo y matarlo.#11,18; Ex 12,1-20; Dt 16,1-8; Mt 12,14. 2Decían, sin embargo:
— No lo hagamos durante la fiesta, a fin de evitar una alteración del orden público.
3Estaba Jesús en Betania, en casa de un tal Simón, a quien llamaban el leproso. Mientras se hallaba sentado a la mesa, llegó una mujer que llevaba en un frasco de alabastro un perfume de nardo#14,3: Betania: Ver nota a Mt 21,17.— nardo: Planta de flores blancas y muy olorosas, procedente de la India. Con la raíz del nardo se preparaba un perfume muy valioso y apreciado. auténtico y muy valioso. Rompió el frasco y vertió el perfume sobre la cabeza de Jesús.#ver Lc 7,37-38. 4Molestos por ello, algunos comentaban entre sí: “¿A qué viene tal derroche de perfume? 5Podía haberse vendido este perfume por más de trescientos denarios#14,5: trescientos denarios: Es decir, el equivalente al salario de casi un año para un obrero del campo o un trabajador de tipo medio. Una cantidad, por tanto, muy importante. Ver, al respecto, notas a Mt 18,24 y 20,2. y haber entregado el importe a los pobres”. Así que murmuraban contra aquella mujer. 6Pero Jesús les dijo:
— Déjenla. ¿Por qué la molestan? Lo que ha hecho conmigo es bueno. 7A los pobres los tendrán siempre entre ustedes y podrán hacerles todo el bien que ustedes quieran; pero a mí no me tendrán siempre.#Dt 15,11. 8Ha hecho lo que estaba en su mano preparando por anticipado mi cuerpo para el entierro#14,8: para el entierro: Ver nota a Mt 26,12..#16,1; Jn 19,40. 9Les aseguro que, en cualquier lugar del mundo donde se anuncie la buena noticia#14,9: buena noticia: Lit. evangelio. Ver notas a 1,1 y Rm 1,1., se recordará también a esta mujer y lo que hizo.#Mt 24,14.
Judas traiciona a Jesús
(Mt 26,14-16; Lc 22,3-6)
10Entonces Judas Iscariote#14,10: Iscariote: Ver segunda nota a Mt 10,4., uno de los doce discípulos, fue a hablar con los jefes de los sacerdotes para entregarles a Jesús.#Mt 10,2; 26,2. 11Ellos se alegraron al oírlo y prometieron darle dinero a cambio. Así que Judas comenzó a buscar una oportunidad para entregarlo.
Los discípulos preparan la cena de Pascua
(Mt 26,17-19; Lc 22,7-13)
12El primer día de los Panes sin levadura#14,12: los Panes sin levadura: Ver nota a Mt 26,17., cuando se sacrificaba el cordero de Pascua, los discípulos le preguntaron a Jesús:
— ¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?#Ex 12,6.14-20.
13Jesús envió a dos de sus discípulos diciéndoles:
— Vayan a la ciudad y encontrarán a un hombre que lleva un cántaro de agua. Síganlo 14y, allí donde entre, díganle al dueño de la casa: “El Maestro dice: ¿Cuál es la estancia#14,14: la estancia: Lit. mi estancia. Puede entenderse en el sentido de “la estancia que necesito”, o también como alusión a que los habitantes de Jerusalén tenían una cierta obligación de prestar a los peregrinos lugares apropiados donde celebrar la cena de Pascua dentro de la ciudad santa. donde voy a comer la Pascua con mis discípulos?”. 15Él les mostrará en el piso de arriba una sala amplia, ya dispuesta y arreglada. Prepárenlo todo allí para nosotros. 16Los discípulos salieron y fueron a la ciudad, donde encontraron todo como Jesús les había dicho. Y prepararon la cena de Pascua.
Jesús anuncia la traición de Judas
(Mt 26,20-25; Lc 22,14.21-23; Jn 13,21-30)
17Al anochecer llegó Jesús con los Doce, se sentaron a la mesa#14,17: se sentaron a la mesa: Lit. se recostaron. Ver nota a Jn 13,23. 18y mientras estaban cenando, Jesús dijo:
— Les aseguro que uno de ustedes va a traicionarme. Uno que está comiendo conmigo.#Sal 41,10.
19Se entristecieron los discípulos y uno tras otro comenzaron a preguntarle:
— ¿Acaso seré yo, Señor?
20Jesús les dijo:
— Es uno de los Doce; uno que ha tomado un bocado de mi propio plato. 21Es cierto que el Hijo del hombre#14,21.41.62: Hijo del Hombre: Ver nota a Mt 8,20. tiene que seguir su camino, como dicen de él las Escrituras. Sin embargo, ¡ay de aquel que traiciona al Hijo del hombre! Mejor le sería no haber nacido.
La cena del Señor
(Mt 26,26-30; Lc 22,14-23; 1 Co 11,23-25)
22Durante la cena, Jesús tomó pan, bendijo a Dios, lo partió y se lo dio diciendo:
— Tomen, esto es mi cuerpo.#ver Mt 14,19 y par.; 15,36 y par.
23Tomó luego en sus manos una copa, dio gracias a Dios y la pasó a sus discípulos. Y bebieron todos de ella.#1 Co 10,16. 24Él les dijo:
— Esto es mi sangre, la sangre de la alianza, que va a ser derramada en favor de todos#14,24: alianza: Numerosos mss., varios de cierta importancia, dicen: nueva alianza.— de todos: Lit. de muchos, ver nota a 10.45..#Ex 24,8; Za 9,11; Heb 9,20; (ver Mc 10,45). 25Les aseguro que no volveré a beber de este fruto de la vid hasta el día aquel en que beba un vino nuevo en el reino de Dios.
26Cantaron después el himno y salieron hacia el monte de los Olivos#14,26: el himno: Ver nota a Mt 26,30.— monte de los Olivos: Ver nota a Mt 21,1..
Jesús predice la negación de Pedro
(Mt 26,31-35; Lc 22,31-34; Jn 13,36-38)
27Jesús les dijo:
— Todos me van a abandonar#14,27.29: me van a abandonar: Lit. se escandalizarán., porque así lo dicen las Escrituras: Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas.#Za 13,7. 28Pero después de mi resurrección iré delante de ustedes a Galilea.
29Pedro le dijo:
— ¡Aunque todos te abandonen, yo no te abandonaré!
30Jesús le contestó:
— Te aseguro que hoy, esta misma noche, antes de que el gallo cante por segunda vez, tú me habrás negado tres veces.
31Pedro insistió, asegurando:
— ¡Yo no te negaré, aunque tenga que morir contigo!
Y lo mismo decían todos los demás.#Jn 11,16.
Oración de Jesús en Getsemaní
(Mt 26,36-46; Lc 22,39-46)
32Llegados al lugar llamado Getsemaní#14,32: Getsemaní: Ver nota a Mt 26,36., Jesús dijo a sus discípulos:
— Quédense aquí sentados mientras yo voy a orar.
33Se llevó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, y comenzó a sentirse atemorizado y angustiado. 34Les dijo:
— Me está invadiendo una tristeza de muerte. Quédense aquí y manténganse vigilantes.
35Se adelantó unos pasos más y, postrándose en tierra, oró pidiéndole a Dios que, si era posible, pasara de él aquel trance#14,35: trance: Lit. hora. Este vocablo es muy utilizado por los evangelistas, con frecuencia con un singular contenido teológico, sobre todo en el cuarto evangelio (ver Jn 2,4; 7,30; 8,20; 12,27; 13,1).. 36Decía:
— ¡Abba#14,36: Abba: Una vez más Mc conserva la palabra aramea original (ver 5,41; 6,34; 9,5; 15,34). Abba era la palabra habitual utilizada por los hijos pequeños para dirigirse a su padre y, como nuestro “papá”, tenía una gran carga afectiva. No consta que los judíos la utilizasen jamás para dirigirse a Dios. En cambio, y sorprendentemente, sí parece que Jesús la empleaba con cierta normalidad para dirigirse y hablar con Dios como su Padre celestial. Además de este pasaje de Mc, la encontramos otras dos veces en el NT: Rm 8,15 y Ga 4,6., Padre, todo es posible para ti! Líbrame de esta copa de amargura; pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.#Mt 6,10; 20,22 y par.; Jn 5,30; 6,38.
37Volvió entonces y, al encontrar dormidos a los discípulos, dijo a Pedro:
— Simón, ¿duermes? ¿Ni siquiera has podido velar una hora? 38Manténganse vigilantes y oren para que no desfallezcan en la prueba. Es cierto que tienen buena voluntad, pero les faltan las fuerzas.#Mt 6,13; Lc 11,4.
39Otra vez se alejó de ellos y oró diciendo lo mismo. 40Regresó de nuevo a donde estaban los discípulos y volvió a encontrarlos dormidos, pues tenían los ojos cargados de sueño. Y no supieron qué contestarle. 41Cuando volvió por tercera vez, les dijo:
— ¿Aún siguen durmiendo y descansando? ¡Ya basta! Ha llegado la hora: el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de pecadores. 42Levántense, vámonos. Ya está aquí el que me va a entregar.
Jesús es arrestado
(Mt 26,47-56; Lc 22,47-53; Jn 18,1-12)
43Todavía estaba Jesús hablando cuando se presentó Judas, uno de los Doce. Venía acompañado de un tropel de gente armada con espadas y garrotes, que habían sido enviados por los jefes de los sacerdotes, los maestros de la ley y los ancianos. 44Judas, el traidor, les había dado esta contraseña:
— Aquel a quien yo bese, ese es. Aprésenlo y llévenselo bien sujeto.
45Al llegar, se acercó en seguida a Jesús y le dijo:
— ¡Maestro#14,45: Maestro: Lit. Rabí. El segundo evangelio conserva también este título arameo en 9,5; 10,51 y 11,21. Para su significado, ver nota a Jn 1,38.!
Y lo besó. 46Los otros, por su parte, echando mano a Jesús, lo apresaron. 47Uno de los que estaban con él sacó la espada y, de un golpe, le cortó una oreja al criado del sumo sacerdote.#Jn 18,26. 48Jesús, entonces, tomó la palabra y les dijo:
— ¿Por qué han venido a arrestarme con espadas y garrotes como si fuera un ladrón? 49Todos los días he estado entre ustedes enseñando en el Templo, y no me han arrestado. Pero así debe ser para que se cumplan las Escrituras.#Lc 19,47; 21,37; Jn 18,20.
50Y todos los discípulos lo abandonaron y huyeron.#Za 13,7; Jn 16,32. 51Un muchacho, cubierto sólo con una sábana, iba siguiendo a Jesús. También quisieron echarle mano; 52pero él, desprendiéndose de la sábana, huyó desnudo.
Jesús ante el Consejo Supremo
(Mt 26,57-68; Lc 22,54-55.63-71; Jn 18,12-14.19-24)
53Llevaron a Jesús ante el sumo sacerdote; y se reunieron también todos los jefes de los sacerdotes, los ancianos y los maestros de la ley. 54Pedro, que lo había seguido de lejos hasta la mansión del sumo sacerdote, se sentó con los criados a calentarse junto al fuego. 55Los jefes de los sacerdotes y el pleno del Consejo Supremo#14,55: Consejo Supremo: Ver segunda nota a Mt 5,22. andaban buscando un testimonio contra Jesús para condenarlo a muerte; pero no lo encontraban 56porque, aunque muchos testificaban falsamente contra él, sus testimonios no concordaban#14,56: no concordaban: Según Nm 35,30 y Dt 19,15 se requerían al menos dos testigos concordes para probar la culpabilidad de una persona, especialmente cuando estaba en juego la vida del acusado.. 57Algunos se levantaron y testificaron en falso contra Jesús, diciendo:
58— Nosotros lo hemos oído afirmar: “Yo derribaré este Templo obra de manos humanas y en tres días construiré otro que no será obra humana”.#15,29 y par.; Jn 2,19; Hch 6,14.
59Pero ni aun así conseguían hacer coincidir los testimonios. 60Poniéndose, entonces, de pie en medio de todos, el sumo sacerdote preguntó a Jesús:
— ¿No tienes nada que alegar a lo que estos testifican contra ti?
61Pero Jesús permaneció en silencio, sin contestar ni una palabra. El sumo sacerdote insistió preguntándole:
— ¿Eres tú el Mesías, el Hijo del Bendito#14,61: del Bendito: Una de las expresiones utilizadas para evitar la pronunciación directa del nombre de Dios.?#Is 53,7; Lc 23,9; Jn 19,9.
62Jesús respondió:
— Sí, lo soy. Y ustedes verán al Hijo del hombre sentado junto al Todopoderoso y que viene entre las nubes del cielo.#Dn 7,13; Sal 110,1; Ap 1,7.
63Al oír esto, el sumo sacerdote se rasgó las vestiduras#14,63: se rasgó las vestiduras: Ver nota a Mt 26,65. y exclamó:
— ¿Para qué necesitamos más testimonios? 64¡Ya han oído su blasfemia! ¿Qué les parece?
Todos juzgaron que merecía la muerte.#Lv 24,16; Jn 19,7. 65Algunos se pusieron a escupirlo y, tapándole la cara, lo golpeaban y le decían:
— ¡A ver si adivinas#14,65: adivinas: Bastantes mss., aunque no de especial valor, añaden: quién te ha pegado!!
Y también los criados le daban bofetadas.
Pedro niega a Jesús
(Mt 26,69-75; Lc 22,54-62; Jn 18,15-18.25-27)
66Entre tanto, Pedro estaba abajo, en el patio de la casa. Llegó una criada del sumo sacerdote 67y, al ver a Pedro calentándose junto al fuego, lo miró atentamente y dijo:
— Oye, tú también estabas con Jesús, el de Nazaret.
68Pedro lo negó, diciendo:
— Ni sé quién es ese ni de qué estás hablando.
Y salió al vestíbulo. Entonces cantó un gallo#14,68: Entonces cantó un gallo: Varios mss., entre ellos alguno de reconocido valor, omiten estas palabras. En cuanto a la hora del canto del gallo, ver nota a Mt 26,34.. 69La criada lo volvió a ver y dijo de nuevo a los que estaban allí:
— Este es uno de ellos.
70Pedro lo negó otra vez. Poco después, algunos de los presentes insistieron dirigiéndose a Pedro:
— No cabe duda de que tú eres de los suyos, pues eres galileo.
71Entonces él comenzó a jurar y perjurar:
— ¡No sé quién es ese hombre del que ustedes hablan!
72Al instante cantó un gallo por segunda vez y Pedro se acordó de que Jesús le había dicho: “Antes que cante el gallo dos veces, me habrás negado tres veces”. Y se echó a llorar.#14,30 y par.; Jn 13,38.
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