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1 TESALONICENSES INTRODUCCIÓN

INTRODUCCIÓN
1. Pablo y Tesalónica
Tesalónica ha sido siempre una de las ciudades más importantes de Grecia. Fundada a finales del siglo IV a. C. por Casandro, general de Alejandro Magno, la ciudad recibió el nombre de la esposa de Casandro que era, a su vez, hermanastra del gran conquistador. Cuando Roma se apoderó de Grecia en el año 168 a. C., Tesalónica pasó a ser la capital de la provincia romana de Macedonia, y su puerto, al fondo del amplio golfo de Termas, se convirtió en uno de los más seguros y florecientes del mar Egeo. No es de extrañar que la comunidad judía allí afincada llegara a ser numerosa e influyente, como lo prueba el hecho de tener sinagoga propia (ver Hch 17,1).
Pablo evangelizó Tesalónica durante su segundo viaje misionero, probablemente entre los años 49-50 d. C. Llegó allí procedente de Filipos y durante un período no inferior a tres o cuatro meses proclamó el evangelio entre judíos y paganos. Pero surgieron dificultades y Pablo tuvo que abandonar un tanto precipitadamente la ciudad (ver Hch 17,5-10). Atrás dejaba una iglesia elementalmente organizada que supo mantenerse fiel, progresar y ofrecer un magnífico ejemplo de vida cristiana a los creyentes de otras comunidades (ver 1,2-10; 2,19-20).
2. Marco histórico y peculiaridades de la carta
No todo, sin embargo, fueron luces. También aparecieron algunas sombras en la recién nacida iglesia cristiana de Tesalónica. Así se lo hace saber a Pablo su discípulo Timoteo, que había sido enviado allí por el Apóstol y que ahora regresa a Corinto con buenas noticias en conjunto, pero con algunos asuntos que él no ha sabido resolver y que pedirían la intervención de Pablo. En concreto, los judíos continúan tratando de desprestigiar a Pablo, las costumbres paganas no han desaparecido del todo entre los nuevos discípulos de Jesús, y, sobre todo, los cristianos tesalonicenses se plantean una doble pregunta en relación con los creyentes que han comenzado a morir: ¿qué va a ser de los hermanos que mueran antes de la venida gloriosa del Señor? ¿cuándo tendrá lugar esa venida?
Pablo entiende que, por una parte, debe hacer presente a los tesalonicenses su satisfacción por la buena marcha de la comunidad y, por otra, debe responder a sus preguntas. Ante la imposibilidad de acudir personalmente a Tesalónica, decide enviarles una carta. Lo hace desde Corinto en el año 50 o 51 (según los distintos cálculos cronológicos) y significa el bautismo epistolar de Pablo. También estaríamos, casi con toda seguridad, ante el escrito más antiguo del NT.
Precisamente por tratarse de los primeros pasos de Pablo como escritor cristiano, no debemos buscar en 1 Ts profundas y sistemáticas disquisiciones teológicas. Es, más bien, el padre y pastor que entra en comunicación con los suyos y que transmite, por una parte, sentimientos de alegría y agradecimiento a Dios y, por otra, avisos, plegarias, palabras de aliento y de consuelo a los propios tesalonicenses. Y todo ello en un tono sencillo, familiar y profundamente afectuoso.
3. Contenido de la carta
Después de un saludo breve pero denso (1,1), Pablo pasa a alabar el magnífico comportamiento de la iglesia de Tesalónica y a dar gracias a Dios por esta respuesta tan positiva al mensaje evangélico aun en medio de la persecución y el sufrimiento (1,2-10). En realidad, toda la primera parte de la carta está como penetrada por un clima de acción de gracias (ver 2,13; 3,9) que Pablo aprovecha para recordar con gozo y añoranza su ministerio en Tesalónica (2,1-16), para manifestar su permanente preocupación por aquellos a quienes ha engendrado en la fe (2,17—3,5), y para animar a los tesalonicenses a mantenerse fieles al Señor hasta el día de su gloriosa manifestación (3,6-13).
La segunda parte de la carta (4,1—5,22) contiene una amplia serie de exhortaciones, recomendaciones, instrucciones y avisos que tienen como telón de fondo el tema de la “parusía” o venida gloriosa del Señor. Dentro de este marco exhortativo, responde Pablo a las dos cuestiones que preocupaban de manera especial a los tesalonicenses y que han sido señaladas más arriba. A la primera, diciendo que todos los creyentes, tanto los que han muerto como los que aún vivan en el momento de la venida de Cristo, compartirán la victoria del Señor (4,13-18). A la segunda, afirmando que el momento de la venida pertenece estrictamente al secreto de Dios y que, por tanto, nadie fuera de Dios lo conoce. Eso sí, será un acontecimiento para el que todos los creyentes debemos estar preparados con una vida consagrada al trabajo, a la paz, a la ayuda mutua, a la oración, a la alegría y a un uso conveniente de los dones del Espíritu (5,1-22).
La carta concluye con una ardiente súplica a Dios para que haga posible lo que es muy difícil o imposible a los seres humanos (5,23-24) y con un saludo pleno de afecto para todos los hermanos (5,25-28).
4. Estructura de la carta
— Introducción (1,1-10)
I.— MINISTERIO DE PABLO EN TESALÓNICA (2—3)
II.— INSTRUCCIONES Y RECOMENDACIONES DIVERSAS (4,1—5,22)
— Conclusión (5,23-28)
PRIMERA CARTA A LOS TESALONICENSES

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1 TESALONICENSES INTRODUCCIÓN: BHTI

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