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Salmos 55:1-23

Salmos 55:1-23 TLA

1 (2) Dios mío, no me des la espalda; presta oído a mi oración. 2-3 (3-4) ¡Atiéndeme! ¡Respóndeme! Estoy angustiado, y no encuentro paz. Me asusta oír los gritos de los malvados enemigos que me oprimen. No solo se enojan conmigo; para colmo, me persiguen. 4 (5) Siento que el corazón se me sale del pecho; el miedo a la muerte me domina. 5 (6) Estoy temblando de susto; ¡realmente estoy espantado! 6 (7) ¡Quisiera yo tener alas, y volar como paloma hasta un lugar tranquilo! 7 (8) Me iría muy lejos de aquí: ¡me iría a vivir al desierto! 8 (9) ¡Buscaría refugio, y me pondría a salvo de los que me atormentan! 9 (10) Dios mío, destruye sus planes; no los dejes ponerse de acuerdo. En la ciudad solo veo sangre y violencia; 10 (11) dentro de sus murallas reinan día y noche, la intriga y la maldad; 11 (12) el engaño y la opresión dominan en todas sus calles. 12-14 (13-15) ¡Amigo mío, hasta tú me has ofendido! Tú, que eres igual que yo, tú, que eres como mi hermano, y que ibas conmigo al templo. Si otro me hubiera insultado, lo podría soportar; si otro me hubiera humillado, podría esconderme de él. 15 (16) ¡Ojalá que a mis enemigos la muerte los tome por sorpresa! ¡Ojalá que los entierren vivos, porque en ellos solo hay maldad! 16 (17) Yo, por mi parte, voy a pedirle ayuda a Dios; ¡él habrá de salvarme! 17 (18) Mañana, tarde y noche, no dejaré de rogarle; ¡él habrá de escucharme! 18 (19) Mucha gente me ataca, pero él me rescatará; me hará salir sano y salvo de la lucha que ahora libro. 19 (20) Dios, el rey eterno, humillará a mis enemigos. Son gente que nunca cambia ni sabe honrar a Dios; 20 (21) amenazan a sus amigos, y nunca cumplen sus promesas. 21 (22) Dentro de ellos solo piensan en pelear. Sus palabras son amables y suaves como la mantequilla; ¡son más suaves que el aceite, pero más cortantes que un cuchillo! 22-23 (23-24) Dios mío, ¡tú echarás a los malvados hasta el fondo de la tumba! ¡Esos asesinos mentirosos no vivirán ni la mitad de su vida!