Tú mereces alabanzas, Dios nuestro, y no nosotros; tú mereces alabanzas por tu amor y tu fidelidad. Las otras naciones preguntan en son de burla: «¿Qué pasó con su Dios?» ¡Pero tú estás en el cielo, y haces todo lo que quieres! Los ídolos de esas naciones son objetos de oro y plata; ¡son hechura humana! ¿Y qué es lo que tienen? Una boca que no habla, y ojos que no ven; orejas que no oyen, y narices que no huelen; manos que no tocan, y pies que no andan; garganta tienen, ¡pero no emiten ningún sonido! Iguales a esos ídolos son quienes los hacen y quienes confían en ellos. Israelitas, pongan su confianza en Dios; ¡él nos ayuda y nos protege! Sacerdotes, pongan su confianza en Dios; ¡él nos ayuda y nos protege! Y ustedes, que adoran a Dios, pongan en él su confianza; ¡él nos ayuda y nos protege! Dios se acuerda de nosotros y nos llena de bendiciones: Bendice a los israelitas, bendice a los sacerdotes, y bendice a quienes lo adoran, sean o no gente importante. ¡Que Dios añada bendiciones sobre ustedes y sobre sus hijos! ¡Que los bendiga Dios, creador del cielo y de la tierra! Los cielos son de Dios, y a nosotros nos confió la tierra. Los muertos ya han bajado al mundo del silencio y no pueden alabar a Dios; ¡nos toca a nosotros alabarlo desde ahora y para siempre!
Leer Salmos 115
Compartir
Comparar todas las versiones: Salmos 115:1-18
¡Guarda versículos, lee sin conexión, mira videos didácticos y más!
Inicio
Biblia
Planes
Videos