Dios le respondió a Job desde la tormenta: «¿Quién eres tú para dudar de mi sabiduría, si solo tonterías has dicho? ¡Vamos a ver qué tan valiente eres! Ahora yo voy a hablar, y tú me vas a escuchar. »Si de veras sabes tanto, dime dónde estabas cuando puse las bases de la tierra. ¡Tú no sabes quién la midió metro a metro, quién puso la primera piedra y en qué descansan sus cimientos! ¡Tú no estabas allí, mientras cantaban las estrellas y los ángeles danzaban! »Dime quién puso límites al mar cuando este cubrió la tierra; dime cuándo lo envolví entre nubes y lo dejé en la oscuridad; dime cuándo les mandé a las olas no pasar más allá de la playa. »¿Alguna vez en tu vida le has dado órdenes al sol para que comience un nuevo día? ¿Alguna vez en tu vida le has dado órdenes a la tierra para que se quite de encima a los malvados? Cuando la luz del nuevo día se asoma tras las montañas, los malvados no soportan su luz, y allí se acaba su poder. »¿Has bajado al fondo del mar para ver dónde nace el agua? ¿Has bajado al reino de la muerte y visitado a los muertos? Si en verdad lo sabes todo, dime cuánto mide la tierra. »¿Sabes dónde viven la luz y la oscuridad? ¿Puedes llevarlas al trabajo, y regresarlas a su casa? ¡Claro que no! No has vivido tantos años ni naciste antes que ellas. »¿Has estado en los depósitos donde guardo la nieve y el granizo? Yo los tengo guardados para los tiempos de guerra y para castigar a los malvados. ¿Sabes hacia dónde se dirigen los relámpagos, y a qué regiones de la tierra viajan los vientos del este? ¿Sabes quién deja caer las lluvias torrenciales, y quién riega los desiertos, donde nadie vive? ¿Quién riega los campos secos y los convierte en verdes prados? ¿Quién produce la lluvia y el rocío? ¡Dime de dónde salen el hielo y la escarcha, cuando el agua del mar profundo se endurece como la roca! »¿Puedes hacer que las estrellas se agrupen en constelaciones y aparezcan todas las noches? Allí tienes a la Osa Mayor, a Orión, las Siete Cabritas y la Cruz del Sur. ¡Si no sabes gobernar la tierra, cómo podrías gobernar el cielo! »¿Puedes ordenar que llueva con solo levantar la voz? ¿Puedes darle órdenes al rayo, y hacer que te obedezca? Dime quién les dio sabiduría al gallo y a las otras aves. Dime si eres capaz de contar las nubes y hacer que llueva para humedecer la tierra cuando esta se reseca. »Tú no consigues comida para las leonas y sus cachorros, mientras duermen o descansan en el fondo de sus cuevas. Tú no alimentas a los cuervos, cuando sus polluelos andan perdidos y me piden de comer.
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