Logo de YouVersion
Ícono Búsqueda

Juan 1:1-31

Juan 1:1-31 TLA

Antes de que todo comenzara, ya existía aquel que es la Palabra. La Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Cuando Dios creó todas las cosas, allí estaba la Palabra. Todo fue creado por la Palabra, y sin la Palabra nada se hizo. De la Palabra nace la vida, y la Palabra, que es la vida, es también nuestra luz. La luz alumbra en la oscuridad, ¡y nada puede destruirla! Dios envió a un hombre llamado Juan, para que hablara con la gente y la convenciera de creer en la luz. Juan no era la luz; él solo vino para mostrar quién era la luz. Y la luz verdadera pronto llegaría a este mundo. Aquel que es la Palabra estaba en el mundo. Dios creó el mundo por medio de aquel que es la Palabra, pero la gente no lo reconoció. La Palabra vino a vivir a este mundo, pero su pueblo no la aceptó. Pero aquellos que la aceptaron y creyeron en ella, llegaron a ser hijos de Dios. Son hijos de Dios por voluntad divina, no por voluntad humana. Aquel que es la Palabra habitó entre nosotros y fue como uno de nosotros. Vimos el poder que le pertenece como Hijo único de Dios, pues nos ha mostrado todo el amor y toda la verdad. Juan habló de aquel que era la Palabra, y anunció: «Ya les había dicho que él estaba por llegar. Él es más importante que yo, porque existe desde antes de que yo existiera.» Dios nos dio a conocer sus leyes por medio de Moisés, pero por medio de Jesucristo nos hizo conocer el amor y la verdad. Nadie ha visto a Dios jamás; pero el Hijo único, que está más cerca del Padre, y que es Dios mismo, nos ha enseñado cómo es él. Gracias a lo que el Hijo de Dios es, hemos recibido muchas bendiciones. Los jefes de los judíos que vivían en Jerusalén enviaron a algunos sacerdotes, y a otros ayudantes del templo, para que le preguntaran a Juan quién era él. Juan les respondió claramente: —Yo no soy el Mesías. Y ellos volvieron a preguntarle: —¿Eres Elías? Juan les respondió: —No; no soy Elías. Pero los sacerdotes y sus acompañantes insistieron: —¿Eres tú el profeta que Dios iba a enviar? —No —dijo Juan. Finalmente, le dijeron: —Tenemos que llevar una respuesta a los que nos enviaron. Dinos, ¿quién eres tú? Juan les hizo recordar: —Yo soy el que grita en el desierto: “Prepárenle el camino al Señor”. Entonces los mensajeros de los fariseos le dijeron a Juan: —Si tú no eres el Mesías, ni Elías ni el profeta, ¿por qué bautizas? Juan contestó: —Yo bautizo con agua. Pero hay entre ustedes uno a quien todavía no conocen. Aunque yo he llegado antes, él es más importante que yo, y ni siquiera merezco ser su esclavo. Todo esto pasó en el pueblo de Betania, al otro lado del río Jordán, donde Juan bautizaba. Al día siguiente, Juan vio que Jesús se acercaba. Entonces le dijo a toda la gente: «¡Aquí viene el Cordero de Dios que quita el pecado de la gente del mundo! Por medio de él, Dios les perdonará a ustedes todos sus pecados. Yo me refería a él cuando dije: “Después de mí viene uno que es más importante que yo, porque existe desde antes de que yo naciera.” Yo no sabía quién era, pero Dios me mandó a bautizar con agua para que todos puedan conocerlo.

Video de Juan 1:1-31