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Génesis 49:13-33

Génesis 49:13-33 TLA

»Tú, Zabulón, vivirás a la orilla del mar; tus costas servirán de puertos y tus fronteras llegarán hasta Sidón. »Tú, Isacar, eres fuerte como un burro acostado entre dos corrales. Cuando veas que tu tierra es buena y agradable para descansar, con mucho gusto aceptarás hacer trabajo de esclavos. »Y tú, Dan, le harás justicia a tu pueblo, pues eres de las tribus de Israel. Eres como una serpiente que espera junto al camino: cuando muerde las pezuñas del caballo, el jinete se cae de espaldas. »¡Dios mío, sigo esperando tu ayuda! »A ti, Gad, te atacará una banda de ladrones, pero tú los atacarás por donde menos lo esperen. »Y tú, Aser, tendrás la mejor comida y cocinarás los mejores platillos, dignos de la mesa de un rey. »Tú, Neftalí, amas la libertad. Eres como una venada suelta, madre de hermosos venaditos. »Tú, José, pareces un caballo criado junto a un manantial. ¡Saltas y trepas por el muro! Gente malvada y cruel te ataca y te lanza flechas, pero tú mantienes firme tu arco y no doblas tus fuertes brazos. ¡Gracias al Dios poderoso que guía y protege a Israel! ¡Gracias al Dios de tu padre, que te brinda su ayuda! ¡Gracias al Dios que todo lo puede y que siempre te bendice! ¡Con bendiciones del alto cielo! ¡Con bendiciones del mar profundo! ¡Con bendiciones a las madres que tienen hijos y los alimentan! Son más grandes las bendiciones que vienen de tu padre, que las abundantes bendiciones de los cerros y montañas eternas. Todas estas bendiciones te pertenecen a ti, José, pues entre tus hermanos tú eres el más importante. »Tú, Benjamín, eres un lobo feroz; por la mañana devoras tu presa y por la tarde repartes los restos.» Así bendijo Jacob a sus doce hijos. A cada una de las doce tribus de Israel le dio la bendición más apropiada. Después de bendecirlos, Jacob les dio las siguientes instrucciones: «Ya me falta poco para morir. Por favor, entiérrenme en la tumba de mis antepasados. Me refiero a la cueva y al campo que Abraham le compró a Efrón el hitita para enterrar a su esposa Sara. Allí están enterrados Abraham e Isaac, y su esposa Rebeca, y allí también enterré a Lía. Esa cueva está en Canaán, en el campo de Macpelá, cerca del bosque Mamré. Tanto la cueva como el campo se los compramos a los hititas». Luego de darles estas instrucciones, Jacob se encogió en la cama y murió.