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Proverbios 6:1-19

Proverbios 6:1-19 RVC

Hijo mío, si sales fiador por tu amigo, y empeñas tu palabra en favor de un extraño, te has enredado con tus propias palabras; ¡eres cautivo de tus propias promesas! Hijo mío, has caído en manos de tu prójimo. Para librarte, tienes que hacer lo siguiente: Ve a hablar con tu prójimo, y humíllate ante él. No te des un momento de reposo; no cierres los ojos ni te duermas. Sé como gacela, y escápate del cazador; sé como un ave, y líbrate del que pone trampas. Perezoso, mira a las hormigas; fíjate en sus caminos, y ponte a pensar. Ellas no tienen quien las mande, ni quien les dé órdenes ni las gobierne. Preparan su comida en el verano, y en el tiempo de la siega recogen su comida. Perezoso, ¿cuánto más seguirás durmiendo? ¿Cuándo vas a despertar de tu sueño? Un poco de dormir, un poco de soñar, un poco de cruzarse de brazos para descansar, y así vendrán tu necesidad y tu pobreza: como un vago, como un mercenario. El que es malvado y canalla siempre anda diciendo cosas perversas; guiña los ojos, mueve los pies, hace señas con los dedos; en su corazón solo hay perversidad, y todo el tiempo anda pensando en el mal. ¡Siempre anda sembrando discordias! Por eso, cuando menos lo espere, le sobrevendrá la ruina sin que pueda evitarlo. Hay seis, y hasta siete cosas que el Señor detesta con toda el alma: Los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos que derraman sangre inocente, la mente que maquina planes inicuos, los pies que se apresuran a hacer el mal, el testigo falso que propaga mentiras, y el que siembra discordia entre hermanos.