Por tanto, amados míos, ya que siempre han obedecido, no solo en mi presencia, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocúpense en su salvación con temor y temblor, porque Dios es el que produce en ustedes lo mismo el querer como el hacer, por su buena voluntad. Háganlo todo sin murmuraciones ni peleas, para que sean irreprensibles y sencillos, e intachables hijos de Dios en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual ustedes resplandecen como luminares en el mundo, aferrados a la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido ni trabajado en vano. Y aunque mi vida sea derramada en libación sobre el sacrificio y servicio de la fe de ustedes, me gozo y regocijo con todos ustedes. Y asimismo, también ustedes gócense y regocíjense conmigo. Espero en el Señor Jesús enviarles pronto a Timoteo, para que yo también pueda regocijarme al saber cómo se encuentran ustedes; pues no tengo a nadie con ese mismo ánimo, y que con tanta sinceridad se interese por ustedes. Porque todos buscan su propio interés, y no lo que es de Cristo Jesús. Pero ya conocen los méritos de él, que ha servido conmigo en el evangelio como sirve un hijo a su padre. Así que espero enviarlo a ustedes tan pronto vea yo cómo van mis asuntos, y confío en el Señor que yo también iré pronto a ustedes. Pero consideré necesario enviarles a Epafrodito, mi hermano y colaborador y compañero de lucha, y además mensajero de ustedes y proveedor de mis necesidades, porque él tenía grandes deseos de verlos a todos ustedes, y se angustió mucho al saber que ustedes se enteraron de su enfermedad.
Leer Filipenses 2
Compartir
Comparar todas las versiones: Filipenses 2:12-26
¡Guarda versículos, lee sin conexión, mira videos didácticos y más!
Inicio
Biblia
Planes
Videos