Les dijo: «Ciertamente, es mucha la mies, pero son pocos los segadores. Por tanto, pidan al Señor de la mies que envíe segadores a cosechar la mies. Y ustedes, pónganse en camino. Pero tengan en cuenta que yo los envío como a corderos en medio de lobos. No lleven bolsa, ni alforja, ni calzado; ni se detengan en el camino a saludar a nadie. En cualquier casa adonde entren, antes que nada digan: “Paz a esta casa.” Si allí hay gente de paz, la paz de ustedes reposará sobre esa gente; de lo contrario, la paz volverá a ustedes. Quédense en esa misma casa, y coman y beban lo que les den, porque el obrero es digno de su salario. No vayan de casa en casa. En cualquier ciudad donde entren, y los reciban, coman lo que les ofrezcan. Sanen a los enfermos que allí haya, y díganles: “El reino de Dios se ha acercado a ustedes.”
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El evangelismo podría caracterizarse por la compasión en amor que sentimos por los demás; estoy convencido de que hablar del evangelio de Jesús parte de la compasión amorosa que surge por ver las almas perderse.
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Descubre las verdades que te afirmarán en tu servicio a Dios y alcanzar tu propósito de formar discípulos que caminen en la Palabra y llenos de fe. ¡COMIENZA AHORA!
Jesús tiene autoridad y gloria incluso en los últimos tiempos, esto lo anticipamos con alegría al querer ser llenos del Espíritu Santo.
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La cosecha está esperándote… ¡Alístate! El corazón de Dios siempre desea estar en asociación con nosotros. Jesús nos dijo que la cosecha está lista, pero que los trabajadores son pocos. Así que, Él nos instruye a orar por más trabajadores, incluso cuando seamos nosotros quienes vayamos al campo. La cosecha está esperándote… ¡Alístate!
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