A Aarón, Moisés le dijo:
«Acércate al altar, y presenta tu holocausto y tu ofrenda de expiación, y haz la reconciliación con Dios por ti mismo y por el pueblo. Presenta además la ofrenda del pueblo, para su reconciliación con Dios, tal y como lo ha ordenado el Señor.»
Entonces Aarón se acercó al altar y degolló el becerro para su propia expiación.
Los hijos de Aarón le llevaron la sangre; y él mojó en ella su dedo y la untó sobre los cuernos del altar, luego derramó la sangre restante al pie del altar,
y quemó sobre el altar la grasa con los riñones y la grasa del hígado de la expiación, tal y como el Señor se lo había ordenado a Moisés,
pero la carne y la piel las quemó fuera del campamento.
Aarón degolló también el holocausto, y los hijos de Aarón le llevaron la sangre y él la roció sobre el altar y alrededor de este.
Entonces le llevaron el holocausto pieza por pieza, y la cabeza, y Aarón quemó todo esto sobre el altar.
Luego lavó los intestinos y las piernas, y quemó todo esto en el altar, junto con el holocausto;
ofreció también la ofrenda del pueblo, tomó el macho cabrío que era para la expiación del pueblo y, como había hecho con el primero, lo degolló y lo ofreció por el pecado;
además, ofreció el holocausto, según el rito establecido,
ofreció la ofrenda, tomó un puñado de ella, y la quemó sobre el altar, además del holocausto de la mañana.
Aarón degolló también el buey y el carnero en sacrificio de paz, que era del pueblo, y los hijos de Aarón le llevaron la sangre y él la roció sobre el altar y alrededor de este;
tomó las grasas del buey y del carnero, junto con la cola, la grasa que recubre los intestinos, los riñones, y la grasa del hígado,
y poniendo las grasas sobre el pecho del animal sacrificado las quemó sobre el altar.
Sin embargo, el pecho y la espaldilla derecha los meció Aarón delante del Señor, como ofrenda mecida, tal y como el Señor se lo había ordenado a Moisés.
Luego, Aarón levantó las manos en dirección al pueblo, lo bendijo y descendió, después de hacer la expiación, el holocausto y el sacrificio de paz.
Entonces Moisés y Aarón entraron en el tabernáculo de reunión, y luego salieron y bendijeron al pueblo, y el Señor mostró su gloria a todo el pueblo:
De la presencia del Señor salió un fuego que consumió el holocausto y las grasas que estaban sobre el altar. Al ver esto, todo el pueblo alabó a Dios y se postró sobre su rostro.