Tanto Zorobabel hijo de Salatiel como Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, lo mismo que el resto del pueblo, oyeron la voz del Señor su Dios y las palabras del profeta Hageo, tal y como el Señor su Dios le había ordenado decir, y todo el pueblo tuvo temor delante del Señor. Entonces Hageo habló con el pueblo por mandato del Señor, y como enviado suyo dijo: «Yo estoy con ustedes.» —Palabra del Señor. El Señor despertó el espíritu de Zorobabel hijo de Salatiel, que era gobernador de Judá, y el espíritu de Josué hijo de Josadac, que era sumo sacerdote, lo mismo que el espíritu del resto del pueblo, y todos ellos acudieron a trabajar en la casa de su Dios, el Señor de los ejércitos. Era el día veinticuatro del mes sexto, del año segundo del rey Darío.
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Dios no habita en templos hechos con manos de hombre. La realidad es que Dios habita en los corazones de todo aquel que ha decido recibir a su hijo Jesucristo como único Señor y Salvador. Estudia con nosotros la Palabra de Dios y aprende a vivir como un templo agradable para Él.
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Un llamado a meditar en nuestra relación con Dios a través del capítulo 1 del libro de Hageo.
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La actitud de Hageo de “hazlo bien” insta a un Israel distraído a reconstruir el templo después de regresar del cautiverio. Viaje diariamente a través de Hageo mientras escucha el estudio de audio y lee versículos seleccionados de la palabra de Dios.
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El libro de Hageo fue escrito en el 520 a.C., cuando el reino del sur, Judá, ya había regresado en el 537 a.C. del destierro al que fue llevado por Babilonia en el 586 a.C. En este libro se desafía al pueblo respecto a sus prioridades llamándolos a reverenciar y glorificar a Dios, construyendo el Templo, a pesar de la oposición. Recorramos este libro en tan solo 10 versículos.
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