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Deuteronomio 23:10-25

Deuteronomio 23:10-25 RVC

»Si hay en medio de ti alguien que no esté limpio por causa de alguna impureza ocurrida durante la noche, tendrá que salir del campamento y no podrá entrar en él. Al caer la noche se lavará con agua, y en cuanto se ponga el sol podrá entrar en el campamento. »Aparta un lugar fuera del campamento, al cual puedas salir. Entre tu equipo debes llevar también una estaca para que, cuando vayas a ese lugar apartado, hagas un hoyo allí y puedas cubrir tu excremento antes de volver. Toma en cuenta que el Señor tu Dios anda en medio de tu campamento para librarte y para poner en tus manos a tus enemigos; por lo tanto, tu campamento tiene que ser un lugar santo; de lo contrario, si él ve en ti alguna inmundicia, dejará de acompañarte. »Si algún esclavo anda huyendo, no se lo devuelvas a su amo. Pero tampoco lo oprimas. Déjalo vivir entre tu gente, en alguna de tus ciudades que él escoja y en la que él quiera quedarse. »Entre las hijas de Israel no debe haber rameras. »Entre los hijos de Israel no debe haber sodomitas. »No lleves a la casa del Señor tu Dios la paga de una ramera, ni el precio de un perro, para cumplir con un voto. Tanto lo uno como lo otro son cosas que le repugnan al Señor tu Dios. »No impongas intereses a tu hermano por el dinero, o comestibles, o cualquier otra cosa que le prestes, y por lo que se acostumbra cobrar interés. Para que el Señor tu Dios te bendiga en todo lo que hagas en la tierra de la que vas a tomar posesión, podrás cobrarle intereses al extraño, pero no a tu hermano. »Cuando hagas un voto al Señor tu Dios, no tardes en cumplirlo, porque ciertamente el Señor tu Dios te exigirá que lo cumplas, y cometerás un pecado si no lo cumples. Aunque no cometerás ningún pecado si te abstienes de prometer, toda promesa que salga de tus labios deberás cumplirla. Tal y como lo prometiste al Señor tu Dios, cumplirás con la ofrenda voluntaria que hiciste con tu propia boca. »Si entras en la viña de tu prójimo, podrás comer uvas hasta saciarte, pero no podrás llenar tu cesto. »Si entras en el trigal de tu prójimo, podrás arrancar espigas con la mano, pero no podrás meter la hoz para segar las espigas de tu prójimo.

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