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2 Samuel 22:1-25

2 Samuel 22:1-25 RVC

David dedicó este cántico al Señor cuando el Señor lo libró de Saúl y de todos sus enemigos. Estas son sus palabras: «Señor, tú eres mi roca y mi fortaleza ¡eres mi libertador! Dios mío, tú eres mi fuerza; ¡en ti confío! Eres mi escudo, mi poderosa salvación, ¡mi alto refugio! Salvador mío, tú me salvas de la violencia. Yo te invoco, Señor, porque solo tú eres digno de alabanza; ¡tú me salvas de mis adversarios! »Los lazos de la muerte me rodearon; ¡me arrolló un torrente de perversidad! Los lazos del sepulcro me rodearon; ¡me vi ante las trampas de la muerte! Pero en mi angustia, Señor, a ti clamé; a ti, mi Dios, pedí ayuda, y desde tu templo me escuchaste; ¡mis gemidos llegaron a tus oídos! »La tierra tembló y se estremeció; los cimientos de los cielos se cimbraron; ¡se sacudieron por la indignación del Señor! Humo salía de su nariz y de su boca brotaba fuego destructor; ¡su furor inflamaba los carbones! Inclinó los cielos, y bajó; a sus pies había densas tinieblas. Montó sobre un querubín, y voló; ¡voló sobre las alas del viento! Se envolvió en un manto de sombras; entre grises nubes, cargadas de agua. ¡De su deslumbrante presencia salieron ardientes ascuas que cruzaron las nubes! »El Señor lanzó un poderoso trueno; el Altísimo dejó escuchar su voz. Lanzó sus flechas, y los dispersó; ¡lanzó relámpagos, y acabó con ellos! El Señor dejó oír su reprensión, ¡y a la vista quedó el fondo de las aguas! De su nariz salió un intenso soplo, ¡y a la vista quedaron los cimientos del mundo! »Desde lo alto el Señor me tendió la mano y me rescató de las aguas tumultuosas; ¡me libró de los poderosos enemigos que me odiaban y eran más fuertes que yo! Me atacaron en el día de mi desgracia, pero el Señor me dio su apoyo; me llevó a un terreno espacioso, y me salvó, porque se agradó de mí. El Señor me premió porque soy justo; ¡porque mis manos están limpias de culpa! »Yo he seguido los caminos del Señor, y ningún mal he cometido contra mi Dios. Tengo presentes todos sus decretos, y no me he apartado de sus estatutos. Con él me he conducido rectamente, y me he alejado de la maldad; el Señor ha visto la limpieza de mis manos, y por eso ha recompensado mi justicia.

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