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2 Crónicas 10:1-12

2 Crónicas 10:1-12 RVC

Roboán fue a Siquén, porque en Siquén se había reunido todo Israel para hacerlo rey. Jeroboán hijo de Nabat estaba en Egipto, adonde había huido a causa del rey Salomón, pero cuando supo esto volvió de Egipto, pues mandaron a llamarlo. Al llegar Jeroboán, él y todos los israelitas hablaron con Roboán y le dijeron: «Tu padre hizo muy pesado nuestro yugo. Aliviana un poco la dura servidumbre y el pesado yugo con que tu padre nos oprimió, y te serviremos.» Pero él les dijo: «Vengan a verme dentro de tres días.» En cuanto el pueblo se fue, el rey Roboán les pidió consejo a los ancianos que habían estado al servicio de Salomón, su padre, cuando este vivía. Les dijo: «¿Qué me aconsejan ustedes responder a esta gente?» Ellos le contestaron: «Si te conduces bien con ellos, y eres de su agrado, y les hablas amablemente, ellos te servirán siempre.» Pero Roboán no hizo caso del consejo de los ancianos, sino que les pidió consejo a los jóvenes que se habían criado con él y que estaban a su servicio. Les dijo: «¿Qué me aconsejan ustedes responder a esta gente? ¡Han venido a decirme: “Aliviana un poco el yugo con que tu padre nos oprimió”!» Los jóvenes que se habían criado con él le contestaron: «Pues a esa gente que ha venido a decirte: “Tu padre hizo muy pesado nuestro yugo, así que aliviana tú nuestra carga”, vas a decirle: “Mi dedo meñique es más grueso que los lomos de mi padre. Y si mi padre hizo pesado su yugo, yo voy a hacerlo aún más pesado; si mi padre los castigó con azotes, ¡yo los voy a castigar con látigos!”» Al tercer día Jeroboán y todo el pueblo fueron a ver al rey Roboán, puesto que él les había dicho que volvieran tres días después.