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1 Reyes 6:11-38

1 Reyes 6:11-38 RVC

La palabra del Señor vino a Salomón, y le dijo: «En relación con el templo que estás construyendo, yo cumpliré la promesa que le hice a tu padre David, siempre y cuando tú obedezcas mis estatutos y mis decretos, y pongas en práctica mis mandamientos; entonces yo habitaré en el templo, en medio de los israelitas, y nunca abandonaré a mi pueblo.» Salomón terminó de construir el templo. Luego recubrió sus paredes con tablas de cedro por dentro y por fuera, hasta las vigas del techo, y el piso lo cubrió con madera de ciprés. En la parte final del templo construyó un edificio de nueve metros y lo recubrió con tablas de cedro de arriba abajo. Este espacio es el lugar santísimo. El templo medía dieciocho metros de largo. Por dentro estaba recubierto con madera de cedro, con figuras talladas de calabazas silvestres con sus botones en flor. Todo era de cedro; nada era de piedra. Salomón mandó adornar por dentro el lugar santísimo, para colocar allí el arca del pacto del Señor. El lugar santísimo estaba en la parte interior del templo, la cual medía nueve metros de largo, nueve metros de ancho y nueve metros de alto, y estaba recubierto con el oro más puro; además, recubrió de oro el altar de cedro. Todo el interior del templo lo recubrió con el oro más puro, y colocó cadenas de oro para impedir la entrada al santuario. De modo que el interior del templo estaba recubierto de oro de arriba abajo, lo mismo que el altar que estaba frente al lugar santísimo. Salomón mandó esculpir en madera de olivo dos querubines, cada uno de los cuales medía cuatro y medio metros de alto. Cada ala extendida medía poco más de dos metros, de modo que las alas, de punta a punta, medían cuatro y medio metros. Ambos querubines eran idénticos en altura y estaban hechos del mismo material. La altura de cada querubín era de cuatro y medio metros. Estos querubines fueron puestos dentro del templo, en el lugar santísimo, con las alas extendidas; el ala de cada uno tocaba la pared opuesta, y una y otra se tocaban por las puntas y se unían en el centro del templo. También a los querubines los recubrió de oro. En las paredes del templo, lo mismo afuera que adentro, mandó tallar figuras de querubines, palmeras y botones en flor. El piso del templo lo cubrió de oro por dentro y por fuera. A la entrada del santuario puso puertas de madera de olivo, y el umbral y los postes formaban una figura de cinco esquinas. Las dos puertas estaban hechas de madera de olivo, en las que también talló figuras de querubines, palmeras y botones en flor. Todo esto lo recubrió de oro. Para la puerta a la entrada del templo mandó hacer postes cuadrados de madera de olivo. También mandó hacer dos puertas giratorias de madera de ciprés. En esas puertas también mandó tallar figuras de querubines, palmeras y botones en flor, y las recubrió de oro. El atrio interior lo construyó con tres hileras de piedra labrada y una hilera de vigas de cedro. En el cuarto año, en el mes de Zif, se echaron los cimientos del templo del Señor. En el undécimo año, en el mes de Bul, que es el octavo mes del año, concluyó la construcción del templo, con todo lo necesario y todos los detalles. La construcción duró siete años.

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