»Purificaré los labios de los pueblos para que todos invoquen el nombre del SEÑOR y lo sirvan de común acuerdo. Desde más allá de los ríos de Cus me traerán ofrendas mis adoradores, mi pueblo disperso. Aquel día no tendrás que avergonzarte más de todas tus rebeliones contra mí. Porque quitaré de en medio de ti a esa gente altanera y jactanciosa, y así nunca más volverás a ser arrogante en mi santo monte. Dejaré en medio de ti un pueblo pobre y humilde, que se refugia en el nombre del SEÑOR. El remanente de Israel no cometerá iniquidad, no dirá mentiras ni se hallará engaño en su boca. Pastarán y descansarán sin que nadie los espante». ¡Lanza gritos de alegría, hija de Sión! ¡Da gritos de victoria, Israel! ¡Regocíjate y alégrate de todo corazón, hija de Jerusalén! El SEÑOR te ha levantado el castigo; ha puesto en retirada a tus enemigos. El SEÑOR, rey de Israel, está en medio de ti: nunca más temerás mal alguno. Aquel día dirán a Jerusalén: «No temas, Sión, ni te desanimes, porque el SEÑOR tu Dios, está en medio de ti como poderoso guerrero que salva. Se deleitará en ti con gozo, te renovará con su amor, se alegrará por ti con cantos». «Yo te libraré de las tristezas, que son para ti una carga deshonrosa. En aquel tiempo yo mismo me ocuparé de todos los que te oprimen; salvaré a la oveja que cojea y juntaré a la descarriada. Les daré fama y renombre en los países donde fueron avergonzados. En aquel tiempo yo los traeré; en aquel tiempo los reuniré. Daré a ustedes fama y renombre entre todos los pueblos de la tierra cuando yo los restaure ante sus mismos ojos». Así lo ha dicho el SEÑOR.
Leer Sofonías 3
Escuchar Sofonías 3
Compartir
Comparar todas las versiones: Sofonías 3:9-20
¡Guarda versículos, lee sin conexión, mira videos didácticos y más!
Inicio
Biblia
Planes
Videos