»Escribe al ángel de la iglesia de Pérgamo:
»Esto dice el que tiene la aguda espada de dos filos:
»Sé dónde vives: allí donde Satanás tiene su trono. Sin embargo, sigues fiel a mi nombre. No renegaste de tu fe en mí ni siquiera en los días en que Antipas, mi testigo fiel, sufrió la muerte en esa ciudad donde vive Satanás.
»Sin embargo, tengo unas cuantas cosas en tu contra: toleras ahí a los que se aferran a la doctrina de Balán, el que enseñó a Balac a poner tropiezos a los israelitas, incitándolos a comer alimentos sacrificados a los ídolos y a cometer inmoralidades sexuales. Toleras también a los que sostienen la doctrina de los nicolaítas. Por lo tanto, ¡arrepiéntete! De otra manera, iré pronto a ti para pelear contra ellos con la espada de mi boca.
»El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que salga vencedor le daré del maná escondido y le daré también una piedrecita blanca en la que está escrito un nombre nuevo que solo conoce quien la recibe.
»Escribe al ángel de la iglesia de Tiatira:
»Esto dice el Hijo de Dios, el que tiene ojos que resplandecen como llamas de fuego y pies que parecen bronce al rojo vivo:
»Conozco tus obras, tu amor, fe, servicio y perseverancia. Además, sé que tus últimas obras son más abundantes que las primeras.
»Sin embargo, tengo en tu contra que toleras a Jezabel, esa mujer que dice ser profetisa. Con su enseñanza engaña a mis siervos, pues los induce a cometer inmoralidades sexuales y a comer alimentos sacrificados a los ídolos. Le he dado tiempo para que se arrepienta de su inmoralidad, pero no quiere hacerlo. Por eso la voy a postrar en un lecho de dolor y a los que cometen adulterio con ella los haré sufrir terriblemente, a menos que se arrepientan de lo que aprendieron de ella. A los hijos de esa mujer los heriré de muerte. Así sabrán todas las iglesias que yo soy el que escudriña la mente y el corazón y a cada uno de ustedes lo trataré de acuerdo con sus obras.
»Ahora, al resto de los que están en Tiatira, es decir, a ustedes que no siguen esa enseñanza ni han aprendido lo que ellos llaman “profundos secretos de Satanás”, les digo que ya no impondré ninguna otra carga. Eso sí, retengan con firmeza lo que ya tienen, hasta que yo venga.
»Al que salga vencedor y cumpla mi voluntad hasta el fin, le daré autoridad sobre las naciones—así como yo la he recibido de mi Padre— y
»“él las gobernará con cetro de hierro;
las hará pedazos como a vasijas de barro”.
También le daré la estrella de la mañana. El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.