Jesús partió de aquel lugar y se fue a la región de Judea y al otro lado del Jordán. Otra vez se reunieron las multitudes y, como era su costumbre, les enseñaba. Algunos fariseos se acercaron y, para ponerlo a prueba, le preguntaron: —¿Está permitido que un hombre se divorcie de su esposa? —¿Qué les mandó Moisés? —respondió Jesús. —Moisés permitió que un hombre le escribiera un certificado de divorcio y la despidiera —contestaron ellos. —Ese mandamiento lo escribió Moisés para ustedes por lo obstinados que son —respondió Jesús—. Pero al principio de la creación Dios “los creó hombre y mujer”. “Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y los dos llegarán a ser uno solo”. Así que ya no son dos, sino uno solo. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre. Vueltos a casa, los discípulos preguntaron a Jesús sobre este asunto. —El que se divorcia de su esposa y se casa con otra comete adulterio contra la primera —respondió—. Y, si la mujer se divorcia de su esposo y se casa con otro, comete adulterio. Empezaron a llevarle niños a Jesús para que los tocara, pero los discípulos reprendían a quienes los llevaban. Cuando Jesús se dio cuenta, se indignó y dijo: «Dejen que los niños vengan a mí; no se lo impidan, porque el reino de Dios es de quienes son como ellos. Les aseguro que el que no reciba el reino de Dios como un niño, de ninguna manera entrará en él». Y después de abrazarlos, los bendecía poniendo las manos sobre ellos.
Leer Marcos 10
Escuchar Marcos 10
Compartir
Comparar todas las versiones: Marcos 10:1-16
¡Guarda versículos, lee sin conexión, mira videos didácticos y más!
Inicio
Biblia
Planes
Videos