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Ezequiel 22:18-31

Ezequiel 22:18-31 NVI

«Hijo de hombre, el pueblo de Israel se ha convertido para mí como la escoria del cobre y del estaño, del hierro y del plomo, que se queda en el horno. ¡Son como la escoria de la plata! Por eso, así dice el SEÑOR y Dios: “Como todos ustedes se han convertido en escoria, los voy a reunir en medio de Jerusalén. Así como la plata, el cobre, el hierro, el plomo y el estaño se juntan y se echan en el horno, y se atiza el fuego para fundirlos, así también yo, en mi ira, los juntaré a ustedes y los fundiré. Los amontonaré y atizaré contra ustedes el fuego de mi ira, los fundiré en medio de la ciudad. Así como se funde la plata en medio del horno, así serán fundidos ustedes en medio de la ciudad; entonces sabrán que yo, el SEÑOR, he derramado mi ira contra ustedes”». La palabra del SEÑOR vino a mí y me dijo: «Hijo de hombre, dile a Israel: “Tú eres una tierra que no ha sido purificada ni mojada por la lluvia en el día de la ira”. Hay una conspiración de sus príncipes en la que, como leones rugientes que despedazan su presa, devoran a la gente, se apoderan de las riquezas, de los objetos de valor y aumentan el número de viudas. Sus sacerdotes violan mi Ley y profanan mis objetos sagrados. Ellos no hacen distinción entre lo sagrado y lo profano ni enseñan a otros la diferencia entre lo puro y lo impuro. Tampoco prestan atención a mis sábados; he sido profanado entre ellos. Los oficiales de la ciudad son como lobos que desgarran a su presa; siempre están listos a derramar sangre y a destruir vidas, con tal de lograr ganancias injustas. Los profetas todo lo disfrazan mediante visiones falsas y predicciones mentirosas. Alegan que lo ha dicho el SEÑOR y Dios, cuando en realidad el SEÑOR no les ha dicho nada. Los terratenientes roban y extorsionan a la gente, explotan al indigente y al pobre, y maltratan injustamente al extranjero. »Yo he buscado entre ellos a alguien que construya un muro y se ponga en la brecha delante de mí por mi tierra, para que yo no la destruya. ¡Y no lo he hallado! Por eso derramaré mi ira sobre ellos; los consumiré con el fuego de mi ira y haré recaer sobre ellos todo el mal que han hecho, afirma el SEÑOR y Dios».

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