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Deuteronomio 12:19-28

Deuteronomio 12:19-28 NVI

Cuídate de no abandonar al levita mientras vivas en tu tierra. Cuando el SEÑOR tu Dios haya extendido tu territorio, según te lo ha prometido, y digas: «¡Cómo quisiera comer carne!», podrás comer toda la carne que quieras. Si queda demasiado lejos el lugar donde el SEÑOR tu Dios decida poner su Nombre, podrás sacrificar animales de tus vacas y ovejas, según mis instrucciones, y comer en tus pueblos todo lo que quieras. Come de su carne como si fuera carne de gacela o de ciervo. Estés o no ritualmente puro, podrás comerla. Pero asegúrate de no comer la sangre, porque la sangre es la vida. No debes comer la vida con la carne. En lugar de comerla, derrámala en la tierra como si fuera agua. No comas la sangre, para que te vaya bien a ti y a tu descendencia, pues estarás haciendo lo recto a los ojos del SEÑOR. Las cosas que hayas consagrado y las ofrendas que hayas prometido, prepáralas y llévalas al lugar que el SEÑOR habrá de elegir. Tanto la carne como la sangre de tus holocaustos las ofrecerás sobre el altar del SEÑOR tu Dios. Derramarás la sangre sobre el altar, pero podrás comer la carne. Ten el cuidado de obedecer todas estas palabras que yo te he dado, para que siempre te vaya bien, lo mismo que a tu descendencia. Así habrás hecho lo bueno y lo recto a los ojos del SEÑOR tu Dios.