Nuestro querido hermano Tíquico, fiel servidor y colaborador en el Señor, les contará en detalle cómo me va. Precisamente, lo envío a ustedes para que sepan cómo estamos y para que cobren ánimo. Va con Onésimo, querido y fiel hermano, que es uno de ustedes. Ellos los pondrán al tanto de todo lo que sucede aquí. Aristarco, mi compañero de cárcel, les manda saludos, como también Marcos, el primo de Bernabé. En cuanto a Marcos, ustedes ya han recibido instrucciones; si va a visitarlos, recíbanlo bien. También los saluda Jesús, llamado Justo. Estos son los únicos judíos que colaboran conmigo en pro del reino de Dios y me han sido de mucho consuelo. Les manda saludos Epafras, que es uno de ustedes. Este siervo de Cristo Jesús está siempre luchando en oración por ustedes, para que con madurez se mantengan firmes cumpliendo en todo la voluntad de Dios. A mí me consta que él se preocupa mucho por ustedes y por los que están en Laodicea y en Hierápolis. Los saludan Lucas, el querido médico, y Demas.
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