Elías se asustó y huyó para ponerse a salvo. Cuando llegó a Berseba de Judá, dejó allí a su criado y caminó todo un día por el desierto. Llegó adonde había un arbusto de retama y se sentó a su sombra con ganas de morirse. «¡Estoy harto, SEÑOR! —protestó—. Quítame la vida, pues no soy mejor que mis antepasados». Luego se acostó debajo del arbusto y se quedó dormido. De repente, un ángel lo tocó y le dijo: «Levántate y come». Elías miró a su alrededor y vio a su cabecera un panecillo cocido sobre brasas y un jarro de agua. Comió, bebió y volvió a acostarse. El ángel del SEÑOR regresó y, tocándolo, le dijo: «Levántate y come, porque te espera un largo viaje». Elías se levantó, comió y bebió. Una vez fortalecido por aquella comida, viajó cuarenta días y cuarenta noches hasta que llegó a Horeb, el monte de Dios. Allí pasó la noche en una cueva. SEÑOR Más tarde, la palabra del SEÑOR vino a él. —¿Qué haces aquí, Elías? —le preguntó. Él respondió: —Me consume mi amor por ti, SEÑOR Dios de los Ejércitos. Los israelitas han rechazado tu pacto, han derribado tus altares y a tus profetas los han matado a filo de espada. Yo soy el único que ha quedado con vida, ¡y ahora quieren matarme a mí también! El SEÑOR le ordenó: —Sal y preséntate ante mí en la montaña, porque estoy a punto de pasar por allí. Mientras estaba allí, el SEÑOR pasó y vino un viento recio, tan violento que partió las montañas y destrozó las rocas, pero el SEÑOR no estaba en el viento. Después del viento hubo un terremoto, pero el SEÑOR tampoco estaba en el terremoto. Tras el terremoto vino un fuego, pero el SEÑOR tampoco estaba en el fuego. Y después del fuego vino un suave murmullo.
Lee 1 Reyes 19
Escuchar 1 Reyes 19
Compartir
Comparar todas las versiones: 1 Reyes 19:3-12
3 Dias
Hoy en el mundo moderno en que vivimos, todo apunta a más productividad, más eficacia y mayor rapidez. Inevitablemente, ese ritmo frenético en el trabajo, el ministerio y la vida diaria nos pasa factura en nuestra salud, emocionalmente y espiritualmente. ¿Cómo podemos enfrentar entonces los síntomas y manifestaciones del agotamiento extremo? Descubre cómo Elías, un hombre de Dios, pasó por este ciclo y encontró descanso en medio de la tormenta.
3 dias
El dolor de la soledad es un estado de desaliento en el que cae una persona que está, o se siente aislado, ya sea por propia incapacidad de relacionarse exitosamente o por factores externos. Cuando esto sucede por distintos motivos, Dios mismo sale en nuestro rescate: “Aunque mi padre y mi madre me abandonen, el Señor me mantendrá cerca”. Utiliza tu momentánea soledad como una motivación para intimar con Dios.
¿Importante para quién?, todos en algún momento tendremos que responder esta pregunta. Sin embargo, la respuesta está inmersa en otro interrogante, así que cuando este mundo nos desafía a responder, ya Dios tiene una respuesta esperando.
4 Dias
Cuando la vida se complica debemos recordar que estamos seguros en el.
¡Guarda versículos, lee sin conexión, mira clips de enseñanzas y más!
Inicio
Biblia
Planes
Vídeos