Oh SEÑOR, Dios de mi salvación, a ti clamo de día. A ti vengo de noche. Oye ahora mi oración; escucha mi clamor. Mi vida está llena de dificultades, y la muerte se acerca. Estoy como muerto, como un hombre vigoroso al que no le quedan fuerzas. Me han dejado entre los muertos, y estoy tendido como un cadáver en la tumba. Soy olvidado, estoy separado de tu cuidado.
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