Recuerda la promesa que me hiciste; es mi única esperanza. Tu promesa renueva mis fuerzas; me consuela en todas mis dificultades. Los orgullosos me tratan con un desprecio total, pero yo no me aparto de tus enseñanzas. Medito en tus antiguas ordenanzas; oh SEÑOR, ellas me consuelan. Me pongo furioso con los perversos, porque rechazan tus enseñanzas. Tus decretos han sido el tema de mis canciones en todos los lugares donde he vivido. De noche reflexiono sobre quién eres, SEÑOR; por lo tanto, obedezco tus enseñanzas. Así paso mis días: obedeciendo tus mandamientos.
Leer Salmos 119
Escuchar Salmos 119
Compartir
Comparar todas las versiones: Salmos 119:49-56
¡Guarda versículos, lee sin conexión, mira videos didácticos y más!
Inicio
Biblia
Planes
Videos