Moisés había asignado la siguiente porción a los clanes de la tribu de Rubén:
Ese territorio se extendía desde Aroer, en el límite del valle del Arnón (incluida la ciudad que está en medio del valle), hasta la llanura que está pasando Medeba. Incluía Hesbón y las otras ciudades de la llanura: Dibón, Bamot-baal, Bet-baal-meón, Jahaza, Cademot, Mefaat, Quiriataim, Sibma, Zaret-sahar en la colina situada sobre el valle, Bet-peor, las laderas del Pisga y Bet-jesimot.
La tierra de Rubén también abarcaba todas las ciudades de la llanura y todo el reino de Sehón. Sehón era el rey amorreo que había reinado en Hesbón y había muerto a manos de Moisés junto con los líderes de Madián —Evi, Requem, Zur, Hur y Reba—, príncipes que vivían en la región y aliados de Sehón. Los israelitas también habían matado a Balaam, hijo de Beor, quien usaba magia para predecir el futuro. El río Jordán marcaba el límite occidental de la tribu de Rubén. A los clanes de la tribu de Rubén se les dieron las ciudades y las aldeas vecinas de ese territorio para que fueran su hogar.
Moisés había asignado la siguiente porción a los clanes de la tribu de Gad:
Ese territorio incluía Jazer, todas las ciudades de Galaad y la mitad de la tierra de Amón tan lejos como la ciudad de Aroer, justo al occidente de Rabá. Se extendía desde Hesbón hasta Ramat-mizpa y Betonim, y desde Mahanaim hasta Lo-debar. En el valle, se encontraban las ciudades de Bet-aram, Bet-nimra, Sucot, Zafón y el resto del reino de Sehón, rey de Hesbón. La frontera occidental se extendía a lo largo del río Jordán, su extremo norte llegaba hasta la punta del mar de Galilea y luego giraba hacia el oriente. A los clanes de la tribu de Gad se les dieron las ciudades y las aldeas vecinas de ese territorio para que fueran su hogar.
Moisés había asignado la siguiente porción a los clanes de la media tribu de Manasés:
Ese territorio se extendía desde Mahanaim y abarcaba todo Basán, todo el antiguo reino del rey Og y las sesenta ciudades de Jair, en Basán. También incluía la mitad de Galaad y Astarot y Edrei, ciudades de la realeza que pertenecían al rey Og. Todo eso se les entregó a los clanes de los descendientes de Maquir, hijo de Manasés.
Esa fue la asignación de tierras que Moisés había hecho mientras estaba en las llanuras de Moab, al otro lado del río Jordán, al oriente de Jericó.