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Joel 2:12-32

Joel 2:12-32 NTV

Por eso dice el SEÑOR: «Vuélvanse a mí ahora, mientras haya tiempo; entréguenme su corazón. Acérquense con ayuno, llanto y luto. No se desgarren la ropa en su dolor sino desgarren sus corazones». Regresen al SEÑOR su Dios, porque él es misericordioso y compasivo, lento para enojarse y lleno de amor inagotable. Está deseoso de desistir y no de castigar. ¿Quién sabe? Quizá les suspenda el castigo y les envíe una bendición en vez de esta maldición. Quizá puedan ofrendar grano y vino al SEÑOR su Dios, como lo hacían antes. ¡Toquen el cuerno de carnero en Jerusalén! Proclamen un tiempo de ayuno; convoquen al pueblo a una reunión solemne. Reúnan a toda la gente: ancianos, niños y aun los bebés. Llamen al novio de su habitación y a la novia de su cuarto de espera. Que los sacerdotes, quienes sirven en la presencia del SEÑOR, se levanten y lloren entre la entrada del templo y el altar. Que oren: «¡Perdona a tu pueblo, SEÑOR! No permitas que tu preciada posesión se convierta en objeto de burla. No dejes que lleguen a ser la burla de los extranjeros incrédulos que dicen: “¿Los ha abandonado el Dios de Israel?”». SEÑOR Entonces el SEÑOR se compadecerá de su pueblo y guardará celosamente el honor de su tierra. El SEÑOR responderá: «¡Miren!, les envío grano, vino nuevo y aceite de oliva, suficiente para satisfacer sus necesidades. Ya no serán objeto de burla entre las naciones vecinas. Expulsaré a esos ejércitos que vienen del norte. Los enviaré a tierra árida y desolada. Los que van a la vanguardia serán arrojados al mar Muerto, y los de la retaguardia, al Mediterráneo. El hedor de sus cuerpos en descomposición se elevará sobre la tierra». ¡Realmente el SEÑOR ha hecho grandes cosas! No temas, oh tierra. Alégrate ahora y regocíjate, porque el SEÑOR ha hecho grandes cosas. No teman, animales del campo, porque pronto los pastos del desierto recobrarán su verdor. Los árboles volverán a colmarse de fruto; las higueras y las vides se llenarán una vez más. ¡Alégrense, habitantes de Jerusalén! ¡Alégrense en el SEÑOR su Dios! Pues la lluvia que él envía demuestra su fidelidad. Volverán las lluvias de otoño, así como las de primavera. El grano volverá a amontonarse en los campos de trillar y los lagares desbordarán de vino nuevo y aceite de oliva. El SEÑOR dice: «Les devolveré lo que perdieron a causa del pulgón, el saltamontes, la langosta y la oruga. Fui yo quien envió ese gran ejército destructor en contra de ustedes. Volverán a tener toda la comida que deseen y alabarán al SEÑOR su Dios, que hace esos milagros para ustedes. Nunca más mi pueblo será avergonzado. Entonces sabrán que yo estoy en medio de mi pueblo Israel, que yo soy el SEÑOR su Dios, y que no hay otro. Nunca más mi pueblo será avergonzado. SEÑOR »Entonces, después de hacer todas esas cosas, derramaré mi Espíritu sobre toda la gente. Sus hijos e hijas profetizarán. Sus ancianos tendrán sueños, y sus jóvenes tendrán visiones. En esos días derramaré mi Espíritu aun sobre los sirvientes, hombres y mujeres por igual. Y haré maravillas en los cielos y en la tierra: sangre, fuego y columnas de humo. El sol se oscurecerá, y la luna se pondrá roja como la sangre antes de que llegue el grande y terrible día del SEÑOR. Pero todo el que invoque el nombre del SEÑOR será salvo; pues algunos que están en el monte Sion en Jerusalén escaparán, tal como el SEÑOR lo ha dicho. Estos se contarán entre los sobrevivientes a quienes el SEÑOR ha llamado.