»Me queda aún mucho más que quisiera decirles, pero en este momento no pueden soportarlo. Cuando venga el Espíritu de verdad, él los guiará a toda la verdad. Él no hablará por su propia cuenta, sino que les dirá lo que ha oído y les contará lo que sucederá en el futuro. Me glorificará porque les contará todo lo que reciba de mí. Todo lo que pertenece al Padre es mío; por eso dije: “El Espíritu les dirá todo lo que reciba de mí”.
»Dentro de poco, ya no me verán más; pero tiempo después, me verán de nuevo.
Algunos de los discípulos se preguntaron unos a otros: «¿A qué se refiere cuando dice: “Dentro de poco, no me verán, pero luego me verán” y “voy al Padre”? ¿Qué quiere decir con “dentro de poco”? No lo entendemos».
Jesús se dio cuenta de que querían preguntarle sobre eso, así que les dijo:
—¿Se están preguntando qué quise decir? Dije que, dentro de poco, no me verán más; pero tiempo después, volverán a verme. Les digo la verdad, ustedes llorarán y se lamentarán por lo que va a sucederme, pero el mundo se alegrará. Ustedes se lamentarán, pero su dolor se convertirá de pronto en una alegría maravillosa. Será como una mujer que sufre dolores de parto, pero cuando nace su hijo, su angustia se transforma en alegría, porque ha traído una nueva vida al mundo. Así que ahora ustedes tienen tristeza, pero volveré a verlos; entonces se alegrarán, y nadie podrá robarles esa alegría. Ese día, no necesitarán pedirme nada. Les digo la verdad, le pedirán directamente al Padre, y él les concederá la petición, porque piden en mi nombre. No lo han hecho antes. Pidan en mi nombre y recibirán y tendrán alegría en abundancia.
»He hablado de estos asuntos en lenguaje figurativo, pero pronto dejaré de hablar en sentido figurado y les contaré acerca del Padre con toda claridad. Ese día pedirán en mi nombre. No digo que pediré al Padre de parte de ustedes, ya que el Padre mismo los ama profundamente, porque ustedes me aman a mí y han creído que vine de Dios. Es cierto, vine del Padre al mundo y ahora dejaré el mundo y volveré al Padre.