Isaías 25:1, 4, 8-9

Oh SEÑOR, honraré y alabaré tu nombre, porque tú eres mi Dios. ¡Tú haces cosas maravillosas! Las planeaste hace mucho tiempo, y ahora las has realizado.

Oh SEÑOR, tú eres una torre de refugio para los pobres, una torre de refugio para los necesitados en su angustia. Eres refugio de la tempestad y amparo del calor. Pues los actos opresivos de la gente despiadada son como una tormenta que azota los muros

¡Él devorará a la muerte para siempre! El SEÑOR Soberano secará todas las lágrimas y quitará para siempre los insultos y las burlas contra su tierra y su pueblo. ¡El SEÑOR ha hablado! En aquel día, la gente proclamará: «¡Este es nuestro Dios! ¡Confiamos en él, y él nos salvó! Este es el SEÑOR en quien confiamos. ¡Alegrémonos en la salvación que nos trae!».